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El Estado y la democracia en cuestión.
América Latina después de la transición (novena nota)
Juan Rial
Octava
nota
9.
Las diversas “Américas Latinas”
La vasta región dista de ser homogénea. México, esta cada vez
más cerca de los EEUU y distanciándose mucho respecto al resto
de América Latina. El país frontera con el mundo anglo viene
procesando una integración económica y social real, mucho
antes de firmarse el NAFTA (Tratado de Acuerdo de Libre
Comercio, con EEUU y Canadá) en 1994. Proveedor constante de
mano de obra barata para la agricultura, el comercio y la
industria de los EEUU a lo largo del siglo, los mexicanos
afincados en los EEUU, especialmente en California,
constituyen un indicador de ese proceso integrador. Alrededor
de 300 000 personas cruzaban la frontera de 3200 kilómetros en
1994. En el 2000 fueron 500 000. De 2.443 municipios mexicanos
existentes en el año 2000, sólo 93 no registran, oficialmente,
migrantes a los EEUU. Una de cada veinte familias mexicanas
recibe ingresos importantes de sus parientes mexicanos y
“chicanos” en EEUU que en total, enviaron unos 6 200 millones
de dólares en el año 2000. En ese país residen unos 8 millones
y medio de mexicanos y unos 13 millones y medio de
descendientes. Del total de inmigrantes ilegales en EEUU,
probablemente 2/3 son mexicanos .
Las ciudades de los estados norteños de la federación mexicana
viven en función de la economía norteamericana, proceso
incrementado por la vigencia del Acuerdo de Libre Comercio. Es
tan importante este proceso que, poco a poco, México puede
considerarse un asociado privilegiado de los EEUU y su
relacionamiento con el resto de América Latina cada vez está
más condicionado por su relación "especial" con el vecino del
norte, constituyendo una suerte de "marca" fronteriza entre
ambas regiones. Así como Gran Bretaña ha tenido una constante
alianza especial en el campo político con EEUU y también
podría considerarse que era una "marca fronteriza" de EEUU
frente a Europa, México en el campo económico está al
alcanzando esa posición muy privilegiada, junto con Canada,
país que además, tiene una alianza política de mayor
estabilidad y nivel con los EEUU.
El comercio anual de México con los EEUU fue de 250.000
millones de dólares en el 2000 (era de 80 mil millones en
1994, el primer año del NAFTA) La inversión extranjera directa
alcanzará a unos 27.000 millones en el 2001, pasando de 13.000
millones en el 2000 .
El movimiento zapatista fue una nota disonante para la
estabilidad política de México. Se trató de una expresión del
indigenismo promovida por dirigentes de la antigua izquierda
revolucionaria que sabían que el camino de la revolución
armada tradicional está cerrado, por lo que buscaron un
protagonismo por la vía de una “guerrilla simbólica” aupada en
la comunicación social, lográndolo sólo parcialmente, a pesar
de la alta publicidad obtenida por el conocidísimo Comandante
Marcos, que sabe muy bien como publicitar y "vender un nuevo
producto". El estado mexicano primero toleró el movimiento, y
luego, poco a poco, comenzó a "digerirlo". Un estado fuerte
bajo el control del PRI (Partido Revolucionrio Institucional)
decidió en 1994 que la represión pura no era la vía para
acallar un movimiento basado en un reclamo de justicia social
no atendida. Prefirió dilatarlo y el nuevo gobierno del
presidente Fox optó por un compromiso más o menos inestable,
que en los hechos, dejó al zapatismo en los márgenes de la
vida política y social del país. El conflicto ha dejado de
estar en los primeros planos de los medios de comunicación, y
a los efectos prácticos puede decirse que ha “desaparecido”,
pero en la frontera sur, en ese espacio vivo que traspasa
limites políticos para “reencontrar” el viejo mundo maya
superviviente la situación dista de ser estable .
El fuerte estado mexicano, el heredero de la revolución de
1910 ha cambiado notoriamente en la última década del siglo XX,
inaugurando en el 2000 un nuevo régimen. Ese estado basado en
el centro de México, con un aparataje de control que residía
en el PRI y en una red de control centrada en Ciudad de México
y con otra más ligera, en base a clientelismo y privilegios en
la periferia, especialmente en el sur, ha comenzado a
desaparecer y no se sabe aún, adonde lleva la emergencia de un
estado mucho más débil, pero abierto, con un territorio
cercano a EEUU, proveedor de bienes industriales y de mano de
obra barata. Parecería que la tendencia es a una mayor
“autonomía” para los estados norteños, fuertmente integrados a
los EEUU, mientras que el atrasado sur parece seguir el modelo
de los “estados fincas” centroamericanos, reduciendo el poder
del centro.
El Caribe y Centroamerica constituyen dos goznes diferenciados
de México en el proceso de integración con los EEUU.
Proveedores sustanciales de migrantes, como México, tanto la
República Dominicana como El Salvador que no tienen una
frontera terrestre con EEUU, también cuentan con las remesas
de sus compatriotas, sólo que en estos pequeños países esos
env+ios de dinero están en el primer lugar de sus ingresos. El
turismo, también proveniente de los EEUU en gran medida es
otro de los rubros sustanciales de estos países. Parecería que
también ese puede ser el destino futuro para Cuba cuando se
produzca el fallecimiento de Fidel Castro.
Si bien se han hecho esfuerzos de cambio, de modernización,
los países de la región todavía están viviendo una etapa en la
cual la agricultura todavía juega un papel importante, no
tanto en lo económico, sino en lo social. Se trata de países
con mentalidad predominantemente “campesina” a pesar de la
pérdida de relevancia del sector. La Rep. Dominicana ha pasado
a ser sede de la nueva forma de industrialización, la maquila,
cuya fuerza de trabajo es muy mal remunerada. El Salvador tuvo
más empuje empresarial, especialmente tras completarse el
proceso de paz en 1994, pero pronto encontró sus límites.
Varios de los países centroamericanos tienen una estructura
social muy antigua, conformando verdaderos "países - finca".
En ellos es difícil imponer impuestos, la presencia estatal es
relativamente vaga en buena parte del territorio, casi no
puede hablarse de la existencia de un poder Judicial
indpendiente y garante de derechos. Guatemala y Honduras
constituyen ejemplos plenos de lo que indicamos.
Regímenes sultanistas como los soportados en Haiti, Nicaragua
y la Dominicana durante gran parte de su historia han dejado
una huella fuerte de desesperanza en los sectores populares
que suelen votar con los pies, saliendo del país. La
Dominicana ha llegado a mostrar indices macroeonómicos
excepcionales pero ello no ha cambiado en mucho la vida de su
la mayoría de su gente presidida por la pobreza . Todavía el
ingreso por remesas de inmigrantes y el turismo sigue siendo
la clave de la economía del país. Tampoco las dos partes de la
isla Hispaniola han llegado a clausurar un pasado de enconos.
Los descendientes de haitianos todavía encuentran fuerte
discriminación en la Dominicana, por lo que el antiguo proceso
de migración de haitianos a la Dominicana ha cedido frente a
la atracción que ofrece ir directamente a EEUU, a pesar de
todas las trabas migratorias.
Cuba es el territorio de un experimento socialista, fracasado,
como todos los llevados adelante en Rusia y los territorios
que conformaron el imperio interior y exterior desaparecido en
1989. Pero el régimen pervive. La emigración de la antigua
clase alta y media, como resultado del triunfo revolucionario
hace que la actual clase dirigente este atada al destino de la
revolución. Saben bien que su caída puede implicar la pérdida
de su posición privilegiada y negociar su futuro supone muchos
riesgos mientras viva el líder revolucionario. Poco a poco, en
Cuba, se ha registrado una transición que incorpora el
capitalismo como una actividad paralela en la que se desempeña
un sector de la población que atiende
"a-los-turistas-que-traen-divisas" y que privilegia a
inversores que llegan a arreglos, muchos de ellos "non sanctos"
con la nomenklatura. Pero la isla sigue bajo un control
político férreo, a pesar que se dejan expresar críticas y
descontento, mientras no se pase del nivel de rumor y del
"derecho al pataleo" reconocido "oficiosamente", como ocurre
con algunas películas filmadas en el país. La fuerza militar
se ha convertido en el pilar estructural del régimen, por
encuadrar una masa importante de la población, a pesar que su
valor militar ha devenido, progresivamente nulo. Se trata de
una fuerza militar, que al igual que la china, practica el
Bingshang , pero, en este caso, cada vez más en forma
autónoma, con escasos controles por parte de la autoridad
civil, lo que le permite ser el fiel de la balanza de la
política del país. Se sigue reprimiendo a los pocos
integrantes de la oposición política si intentan ir más lejos
de su actividad "testimonial" que permite al régimen mostrar
su existencia. Se tolera su acción, para permitir
identificarla mejor, y, episódicamente, suelen recibir una
respuesta represiva, para recordar que el poder existe. Para
el futuro sólo se espera la muerte de "el Caballo" (uno de los
sobrenombres populares de Fidel Castro), para pasar a una
transición muy atípica, en la cual el rol sustancial en le
campo político será jugado por las nuevas generaciones nacidas
en Cuba tras la revolución.
Desde el punto de vista cultural, la permanencia de Fidel
Castro al frente del gobierno cubano suscita sentimientos
encontrados entre la población de las clases populares de la
región latinaomericana. Si bien una gran mayoría de la
población de la región considera al régimen cubano como
dictatorial y se ha perdido la ilusión en el “mañana”
socialista y los sectores “ilustrados” consideran que los
éxitos presentados, tales como el abatimiento del
analfabetismo o la atención gratuita salud gratuita, para
citar sólo los más relevantes, no compensan los problemas que
supone una economía en ruinas y la falta de libertades,
todavía queda un punto importante. Cuba logró oponerse al
poder dominante y resistir y esto a pesar de la desaparición
de su protector, la Unión Soviética y esto, de alguna manera
supone una “cuota” de admiración remanente para el líder
dictatorial cubano.
El otro territorio que apenas llegó a una primera fase del
experimiento socialista, Nicaragua, tras su caída en 1990, ha
sumido en la decepción y la corrupción no sólo a la masa de la
población, sino a la élite. El sandinismo con su "piñata" de
1990, el reparto privado de bienes socializados tras la
revolución, bienes que antes fueron de Somoza y sus socios del
régimen sultanista, mostró un tempranísimo grado de corrupción
-siguiendo precisamente las prácticas históricas del país- que
regímenes similares sólo alcanzaron tras un tiempo largo
ejercido el poder absoluto. Arreglos entre la elite
“tradicional” y los sandinistas y la profundización de la
situación de pobreza han sumido a la población en la
desesperanza.
Panamá, que siempre sufrió un problema de identidad, no ha
logrado ir más allá de ser una suerte de una gran zona franca
para el manejo financiero. Rocobrar el canal de Panamá no ha
significado prosperidad, pues además del canal recibió como
herencia la infraestructura de la antigua "zona del Canal", la
mayor parte de la cual no ha podido ser aprovechada con
beneficio. Gran parte de las antiguas bases militares son
obsoletas y no reciclables. A ello hay que agregar la herida
abierta en la confianza nacional por la "intervasión" de 1989,
que no se ha cerrado.
De acuerdo al saber convencional y a las presentaciones de los
medios de comunicación sólo Costa Rica sigue destacándose como
excepción en Centroamérica. Se trata de un país con población
homogénea, que tiene cincuenta años de estabilidad política,
que puede calificarse de una poliarquía , que ha logrado tener
cierto desarrollo equilibrado, sin llegar a fuerte
macrocefalía urbana y que ha sido respetado por sus vecinos, a
pesar de no disponer de una fuerza militar profesional. Por
supuesto se señala que hay restas, pero no hay duda que el
hecho de poseer un estado con una burocracia estable, poderes
de regulación e intervención en la vida económica y social,
prácticas formales e informales que apuntan a lograr
equilibrios efectivos entre los poderes ejecutivo, legislativo
y judicial, a la negociación y una cultura popular muy
extendida que aborrece el conflicto, la confrontación y busca
al consenso, llevan a considerar que la excepción "tica"
constituya un éxito que, sin embargo, es dificilmente
exportable. Sin embargo, hay señales de alerta y deterorioro.
La elección presidencial del 2002 mostró el quiebre del
bipartidismo y un fuerte grado de abstención indicando la
falta de satisfacción ciudadana con el estado de cosas en el
país.
El mundo andino recorre los umbrales de la estabilidad
amenazándo caerse hacia el lado de la ingobernabilidad .
Venezuela el país que es más caribeño que andino sufre la
maldición del petróleo que también tienen otros países del
tercer mundo que poseen fuertes reservas de la principal
fuente de energía del mundo de hoy, sin tener otros sectores
económicos importantes. Siendo el petróleo el alfa y omega de
Venezuela toda la vida del país gira en torno a su
explotación. Es una actividad con escasos lazos con el resto
de la economía y la sociedad. Tanto hacia atrás (base social
requerida) como hacia adelante (generación de nuevos empleos y
nuevas actividades) el petróleo significa poco. Pero es el
"todo" en lo que supone ingresos. El resultado ha sido el
manejo de la distribución del ingreso por el estado a través
del clientelismo, en gran medida de tipo "horizontal" ,
abarcando a grandes sectores. Este esquema creció
desmesuradamente con los shock petroleros de los años 70 y fue
insostenible al llegar la hora del ajuste de los ochenta. Para
la masa popular esas medidas de ajuste eran, y en buena medida
son, incomprensibles. ¿Porqué no podían continuar las cosas
igual? El "Caracazo" de 1989 el intento de golpe de Chávez de
1992 y las sucesivas revueltas terminaron con la llamada
"cuarta república". La quinta que lidera Chávez es un régimen
que descansa en un nuevo caudillo, que usa una retórica
radical y populista, pero que no ha puesto en peligro los
intereses sustanciales de los sectores empresariales
transnacionales y cuya acción populista redistribuidora sólo
puede sostenerse mediante los precios altos de petróleo, pero
sin cambiar la mentalidad "rentística" del país, por lo que no
podrá resistir a una caída fuerte del precio del crudo. Los
excesos verbables de Chávez, la “desprolijidad” con la que se
maneja la administración pública cotidiamente, ha llevado a
una muy mala imagen, especialmente en los medios de
comunicación, que, trasformados en actores, promovieron la
caída del presidente. En abril del 2002 un intento de golpe de
estado en fraguado entre una cúpula empresarial y oficiales
desconformes de la fuerzas armadas, con el apoyo de sectores
medios fracasó. Fue ejecutado en forma chapucera, sin liquidar
toda posible resistencia , sin un plan político adecuado para
transferir el poder, tratando de “enterrar” todo vestigio de
la legalidad impuesta por la constitución de 1999 y sin los
visos de posible legaliad que lo hiciera “tragable” a la
llamada comunidad internacional. La inestabilidad política del
país continua sin que pueda vislumbrarse, en el caso de una
nueva destitución de Chávez, que tipo de régimen puede
sucederle.
Colombia tiene una historia reciente trágica. No ha sufrido
ruptura en la continuidad constitucional desde que fue
desalojado del poder Rojas Pinilla a fines de los años
cincuenta, pero la violencia que comenzó a fines de los años
cuarenta del siglo pasado, no sólo no ha cesado, sino que se
ha incrementado. Las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia), creadas en los años cincuenta como banda armadas
liberales y consolidadas en los sesenta, tras la intervención
de militantes comunistas, han devenido un actor relevante en
el proceso político. Iniciado como movimiento de autodefensa
de sectores caciquiles liberales, luego se acercó al modelo de
organización revolucionaria que aparentaba seguir los cánones
guevaristas, pero que en ralidad estaba sujeta a la ortodoxia
de los comunistas pro-moscovitas, que fue abandonada en los
años noventa con la caída de la URSS. En su condición de
movimiento pro-moscovita nunca intentó seriamente tomar el
poder, por lo cual le fue más fácil realizar una transición.
Ahora es una organización al servicio de señores de la guerra
que lo que se proponen es controlar un territorio de límites
imprecisos, algunas de cuyas áreas practicamente nunca
estuvieron en manos del Estado. Algunos de sus comandantes,
sin embargo, han creído y creen que el proceso los llevaría a
conducir una ofensiva en gran escala y plantearse la toma del
poder, llevando a cabo operaciones que excedían el marco de un
conflicto marginal, localizado, con el cual se podía convivir
por parte del estado colombiano. Las dos posiciones coexisten
y dependerá de la dinámica los hechos cual posición
predominará. Cualquiera de los movimientos guerrilleros que
intente operar principalmente en zonas urbanas estará perdido.
La cara más conocida de las FARC, el “comandante Tiro Fijo”, o
“Manuel Marulanda” (Pedro Marín) no aspira a sentarse en el
sillón presidencial en Bogotá .
El ELN (Ejército de Liberación Nacional), inicialmente un
movimiento guevarista ha devenido también en un movimiento de
señores de la guerra cuyas prácticas son similares a las de la
FACR. Su área de operaciones, más pequeña y más vulnerable,
está cruzada por oleoductos y sus ingresos por la "protección"
de los mismos, son respetables .
Los paramilitares, la AUC (Autodefensa de Colombia) creados
por ganaderos y alentados por militares, poco a poco también
se han constituido en un actor con intereses propios.
El negocio del narcotráfico, por su parte, ya no están
concentrado en carteles manejados por capos omnímodos como el
fallecido Pablo Escobar o los hermanos Rodríguez Orijuela,
ahora la estructura es de “boutiques” más pequeñas, flexibles
y más difícilemente reprimibles. Esta esturctura laxamente
federativa encuentra su réplica en la federación de jefezuelos
guerrilleros. Tampoco desafían más la autoridad estatal, como
en el tiempo que enfrentaron la posibilidad de ser
extraditados a los EEUU, con una campaña de terror, lo que
llevó a la cacería del gran capo Pablo Escobar. La actividad
continua ahora en una nueva forma, bajo un control más
descentralizado y tras haber cambiado de orientación. Ahora no
solo se procesa y distribuye, también se produce cocaína, tras
los esfuerzos de erradicación impulsados por los EEUU en
Bolivia y Perú. El area de producción a veces colide con parte
de las "zonas operativas" de las guerrillas, pero otra buena
parte de las mismas está fuera de esas zonas y deben negociar
con las fuerzas militares, policiales y paramilitares las
diversas protecciones. En esta situación el Estado ha devenido
una ficción en buena parte del territorio nacional, producto
también de una clase política que no se ha abierto lo
suficiente para lograr el ingreso de nuevos sectores sociales
a la élite dirigente. Sin embargo, la estructura urbana parece
moverse en un mundo paralelo, donde la acción disolvente de
guerrilleros y paramilitares en mucho más episódica,
practicando la clandestinidad clásica y confundiéndose, muchas
veces, con la delincuencia común organizada.
Una excepción la constituye la acción del gobierno local de la
capital. Movimientos de independientes llevaron a
antipolíticos como Antanus Mockus a la Alcaldía de Bogotá. Su
acción y especialmente la de su antecesor, Enrique Peñalosa,
ha convertido la capital de 7 millones de habitantes en una
metrópoli donde ha bajado la tasa de criminalidad, ha mejorado
notoriamente el transporte urbano público, para sólo citar los
ejemplos más relevantes, a pesar que la ciudad crece en casi
160 000 personas anualmente, que emigran desde otras ciudades
del país.
El plan Colombia que se propone imponerse sobre los
guerrilleros y reducir y si es posible eliminar el cultivo de
coca ya está en marcha. Si efectivametne se reducen las áreas
de cultivo de coca, se producirá una migración de las zonas de
producción y así como en el pasado Bolivia y Perú eran los
principales proveedores es posible que se vuelva a a esa
situación. El presidente Alvaro Uribe que asumió en agosto del
2002 sabe que sólo una acción muy fuerte de la fuerza militar,
sostenida, contínua, podría eliminar a los guerrilleros, pero
eso requiere un fuerte apoyo político doméstico e
internacional que no se sabe si contará totalmente .
Ecuador desde el retorno a un régimen democrático en 1979, ha
vivido poco tiempo con un régimen estable. Desde 1979 Ecuador
ha tenido nueve presidentes en seis períodos constitucionales.
Los dos últimos electos popularmente fueron derrocados (Abdalá
Bacaram destituído por el Congreso y Jaime Mahuat por una
revuelta condonada por el Parlamento). En el 2000 Ecuador
abandonó la emisión de moneda, adoptó el dolar de EEUU, dado
que no podía pagar su deuda externa, hecho que, junto a la
quiebra de bancos, alentó protestas populares. Las mismas
culminaron con una revuelta indígena a principios del año
2000, apoyada por mandos medios del Ejército, con un guiño del
mando superior de la época, que creyó llegado el momento del
retorno de los militares a la presidencia, lo que llevó a la
caída de Mahuat. La revuelta hizo resurgir la constante
oposición entre costa, centrada en Guayaquil y su oligarqía
comercial y exportadora y la sierra, donde reside la sede de
la burocracia estatal en Quito. Un acuerdo oligárquico puso al
guayaquileño Noboa a cargo de la presidencia, que ocupa
“precariamente”, con el apoyo del establishment financiero.
Esa oposición no ha podido saldarse, mientras el movimiento
indigenista sigue reclamando una mayor participación en las
decisiones políticas y el Ejército trata de retirarse de
actividades de apoyo al desarrollo y del díalogo con civiles,
dado que las considera "peligrosas", visto lo ocurrido en el
2000. El principal ingreso del país es el petróleo, seguido en
segundo lugar por la remesas de los migrantes. El tercer
rubro, la exportación de café, banano y camarón, en conjunto,
no llega a alcanzar la importancia de las remesas.
Perú vivió un experimento “fuera del tiempo” en la década de
los noventa. El APRA, que no había podido llegar nunca a
ejercer la presidencia en poco más de sesenta años, cuando lo
alcanzó, practicó un “populismo” que no era sostenible. Al
finalizar el mandato de Alan García el país estaba sumido en
una hiperinflación y la economía “informal” paso a ser la
dominante. En lo político también el deterioro era alto, dos
movimientos revolucionarios crecían, especialmente Sendero
Luminoso, una organización de carácter polpotiano, que quería
"igualar" la situación social instaurando un régimen agrarista
primitivo . El sistema político practicamente quebró. La
elección de 1990 confrontó a dos personajes ajenos al quehacer
político, el conocido escritor Mario Vargas Llosa y un oscuro
profesor universitario de ascendencia japonesa: Alberto
Fujimori. En un país donde la informalidad era el "otro
sendero" , el de la sobrevivencia de los sectores populares,
la política empezó a recorrer ese camino. Un movimiento amorfo
llevó a la presidencia a Fujimori en 1990. Falto de real apoyo
en el ámbito empresarial, Fujimori recibió el apoyo del equipo
económico que se supondría que trabajaría para Vargas Llosa.
El planteo era puramente pragmático. La carencia de apoyo
político lo llevó a adelantarse a los militares y promover un
golpe de estado. En 1992 disolvió el Congreso y los militares
quedaron en el rol de acompañantes y no de protagonistas. Se
conformó un "troika" de poder, integrada por Fujimori, su
asesor Vladimiro Lenin Montesinos, un "rasputinesco"
personaje, y la fuerza militar, contando con el concurso de
oportunistas o de convencidos que ese era el único camino
posible en ese momento. Llevaron adelante un gobierno que
conformó una "democracia iliberal", luego de "santificar" el
resultado del golpe con una elección que fue aceptada por la
comunidad internacional. El gobierno de Fujimori logró
contener la inflación a un costo social enorme y derrotar a
los insurgentes. En base a estas acciones trató de perpetuarse
en el poder sin conformar instituciones ni organizar
adecuadamente el estado. El pecado de hubrys lo desbordó y
episodios de corrupción, que involucraron a practicamente
todos los sectores sociales, dieron por tierra con el régimen,
dejando como herencia un país desinsitucionalizado, con enorme
desconfianza en todas las organizaciones existentes y no mucha
esperanza en el futuro. El nuevo gobierno iniciado en el 2001,
presidido por Alejandro Toledo, carece de apoyos partidarios e
intenta gobernar con instrumentos pensados para una
administración autoritaria. En el corto lapso transcurrido
desde que se inició esta presidencia, ya tuvo que sortear
importantes planteos de movimientos regionales, los problemas
económicos y la situación social de los sectores subalternos
sigue siendo preocupante y el prestigio del presidente y las
instituciones es notoriamente bajo
Bolivia, por su parte, sigue la práctica de formar gobiernos "quasi-parlamentarios",
en base a coaliciones que se han ido alternando en el
gobierno. Han girado en base a dos grandes formaciones
políticas. Una conservadora, ADN (Acción Democrática
Nacionalista) heredera de los gobiernos autoritarios de los
setenta y ochenta que lideraba, hasta su renuncia a la
presidencia por problemas de salud, el Gral. Hugo Banzer, y
otra en torno al modernizado y neo-liberal Movimiento Nacional
Revolucionario. Cada una de esas coaliciones tenía un ala
izquierda, las dos del mismo origen. Al MNR lo apoyaba el
Movimiento Bolivia Libre, con el resultado, que finalmente,
pasó a ser absorbido por su socio mayor. Mientras, el
Movimiento de Izquierda Revolucionario liderado por el
ex-presidente Jaime Paz lo hacía con la ADN. Movimientos de
nuevos caudillos, la Unión Cívica Solidaridad y Conciencia de
Patria, que lideraban los fallecidos Max Fernández y Carlos
Palenque, completaban el número de fuerzas políticas
relevantes. Pero CONDEPA de hecho desapareció y UCS pasó a
tener una relevancia muy menor aunque siempre terminó
apoyándoa los gobiernos de turno. En el 2002 emergieron dos
fuerzas nuevas, también impulsados por “nuevos caudillos”. Una
es la Nueva Fuerza Republicana, liderada por un ex militar,
alcalde de Cohabamba, Mafred Reyes Vila, otro un movimiento
indígenista, cuya base son los indígenas del altiplano y un
tercero centrado en el líder de los cocaleros del Chapare, Evo
Morales, quien expresó el descontento popular terminando
segundo en la consulta electoral. Finalmente el candidato del
MNR, Gonzalo Sánchez de Losada nuevamente accedió a la
presidencia, aliado esta vez con el MIR. El partido del
“orden” AND, sufró una dura derrota arribando en cuarto lugar.
La emergencia del movimiento social en Cochabamba en torno a
los productores de coca, reforzado por la movilización contra
la privatización del agua potable de la ciudad fue el punto de
inflexión hacia el retorno de la polarización político –social
en el país. El nuevo parlamento que se reunió por primera vez
en agosto del 2002 mostró este hecho con las vestimentas con
que se presentaron y lenguaje usado por miembros del MIP
(Movimiento Indígena Pachakuti) principalmente campesino y los
del Movimiento Al Socialismo (MAS) de Evo Morales, movimiento
urbano y de cocaleros. Desde plumas, sobreros chachacacas
hasta polleras, al tiempo que hablaban en aymara, quecha y
hasta tupí guaraní casi cincuenta diputados se enfrentaban a
los setenta y ocho tradicionalmente vestidos y castellanos
hablantes de los otros partidos.
Bolivia, al igual que Peru siguió las políticas de
erradicación de cultivos de coca provocando una fuerte
conmoción social en el país y una pérdida de ingresos
importante. De acuerdo con dJeffrey Sachs entre 1992 y el 2000
debido a política de erradicación Bolivia dejó de percibir
cerca de 655 millones de dólares de ingresos . En las
elecciones del 2002 el hasta entonces diputado y líder
cocalero Evo Morales llegó segundo en las elecciones generales
para la presidencia. Previamente fue amenazado de perder sus
fueros parlamentarios y los representatnes diplomáticos de los
EEUU manifestaron públicamente su desagrado ante esta persona,
aumentando la incertidumbre sobre el futuro político del país.
En conjunto el mundo andino muestra tras años de formalidad
democrática que no se ha podido lograr enfrentar con éxito los
problemas centrales de estos países en el área social y que la
estabilidad político-institucional es precaria.
Brasil sigue con su plan para convertirse en una potencia
intermedia, recorriendo lentamente el camino. A pesar que las
iniquidades sociales siguen siendo altas y que las crisis
financieras son recurrentes, la economía brasileña es la
octava del mundo. Es uno de estos países que constantemente
hace esfuerzos para mejorar la situación, pero el volumen de
los problemas y obstaculos a superar es tan importante que no
parece posible lograr enfrentarlos adecuadamente. La situación
social, con fuertes desigualdades, pobreza y marginalidad es
uno de los mayores problemas. En un país de casi 180 millones
de habitantes, apenas pueden considerarse consumidores plenos
unos 70 millones, mostrando que falta mucho camino a recorrer.
El país no ha logrado crear un sistema de partidos importante.
Sus componentes son endebles, pueden reconfigurarse
constantemente y la lucha entre los grupos de poder regionales
continua siendo la clave de las decisiones políticas de
Brasil. La sucesión del presidente Fernando Henrique Cardoso
es problemática. No está claramente delineado un candidato que
siga su orientación política y la élite económica local teme
un ascenso electoral muy fuerte del partido dos trabalhadore
sy su líder “Lula” Da Silva. Por su parte la política exterior
de EEUU apunta, constantemente, a tratar de impedir un
subliderazgo brasileño en América del Sur, política que Brasil
no confronta abiertamente, pero trata de desactivar. Brasil
intenta frenar todo intento de expansión de los EEUU através
del ALCA, que pondrían frenos notorios al intento de
convertirse en una potencia intermedia.
Los países del cono sur de la región son, de acuerdo al índice
de desarrollo humano del PNUD , aquellos que tienen mejor
calidad de vida en América Latina junto a Costa Rica. Chile es
presentado a menudo como ejemplo de un desarrollo adecuado, el
modelo exitoso. Tras el retorno a la democracia en 1988, el
país ha sido conducido políticamente por una coalición
conformada por democristianos, socialistas e izquierdistas
moderados, nucleados en el Partido por la Democracia, además
de otras pequeñas formaciones.
Es cierto que la posibilidad de un experimento socialista se
canceló con el malogrado gobierno de la Unidad Popular de
Salvador Allende. Desde entonces sólo sectores muy
minoritarios siguen abogando por ese tipo de sociedad. La
mayoría de la izquierda es moderada, ha recorrido el camino de
la integración negativa casi totalmente, o sea mantener la
retórica, mientras que actúa pragmáticamente, en su casi
totalidad para pasar a tener también un discurso ideológico
acorde con la vigencia del capitalismo. La idea de socialismo
que pervive en los partidos socialistas existentes, refiere a
principios muy generales de justicia social, que puede
compartir con aquellos de ideología socialcristiana, con
quienes comparte el poder desde el retorno a un régimen
democrático en 1989.
La existencia de un sistema partidario fuerte y la pervivencia
de un estado con una máquina burocrática importante, hace de
un Chile una de las excepciones que apuntan a explicar la
estabilidad de su sistema político, a pesar que, socialmente,
el costo social del modelo económico es tan alto como en otros
países.
Desde 1982 Chile ha sido la punta de lanza de los ajustes que
genéricamente se conocen con el nombre de "consenso de
Washington", tierra firme para experimentos "neo-liberales".
Ha sido el primer país que privatizó su sistema de pensiones y
retiros, que flexibilizó el mercado laboral, que abrió su
economía de modo que es el que tiene el menor arancel externo
en la zona. Que tiene un buen desempeño como exportador y que
ha controlado inicialmente el flujo de capitales, impidiendo
la volatilidad propia de las inversiones especulativas. La
estabilidad se mantiene, pero a costa de una nueva "oligarquización",
del mantenimiento de una clase política y empresarial
resultado del acomodamiento a la circunstancia post-Pinochet,
que se ha acomodado conlas Fuerzas Armadas, soporte del
régimen anterior, y que convive con una fuerza de “derecha”
que nuclea a buena parte del electorado. La gran pregunta que
se hay que hacerse, en medio de la generalizada crisis de toda
la región sudamericana es si la “isla” chilena de prosperidad
basada en la desigualdad social podrá mantenerse.
Uruguay sigue mostrando las características de un país
"resistente" al cambio, al punto que son muy conocidas las
humoradas acerca de este país museo, donde todo "ocurre más
tarde". El cambio, sin embargo, se procesa, pero más
lentamente. El sistema político partidario, si bien se
transforma, tambien lo hace a un ritmo más pausado. Uruguay no
conoció una experiencia socialista pues la posibilidad de la
misma fue abortada en los años setenta. Una dictadura completó
la tarea de evitar ese futuro. La izquierda sobrevivió y como
no pasó por la experiencia de gobierno tiene también ciertos
grados de radicalismo, más fuertes que en Chile, pero la
mayoría de la misma también practica la integración negativa.
En Uruguay la contradicción entre ideología y discursos con
las prácticas es muy notoria. No sería extraño que esa
izquierda llegue al gobierno, pero seguramente no podrá poner
en marcha un modelo socialista, solamente un estilo, como el
que viene exhibiendo la intendencia de Montevideo, en el
tercer período de una administración de izquierda.
La persistencia de un sistema de partidos fundacionales, el
Colorado y el Nacional (o blanco, como se lo conoce
popularmente) que pueden presentar una tradición remontable a
ciento sesenta años, aunada a una izquierda que la puede
llevar a casi cien años para algunos de sus componentes y a
treinta en tanto coalición, asi como la constante presencia
del estado, también indica el porqué de la estabilidad del
país, a pesar del constante jaqueo que sufren sus gobiernos,
frente a una sociedad que no acepta perder, sucesivamente,
conquistas de ese "país modelo" creado por el batllismo en las
primeras décadas del siglo XX. En los sectores subalternos y
medios continua un constante drenaje de población hacia el
exterior, comenzado por años sesenta. La vigencia dle Mercosur
llevó a un cambio en la estructura industrial del país, que se
adaptó a la idea de ser parte de un bloque regional. El
abandono de la paridad del Real con el dólar por parte de
Brasil en 1999 y la caída del peso convertible en la Argentina
del 2001 ha llevado a desnudar la fuerte dependencia del país
que, económicamente, actuba como una “provincia binacional”.
En el 2002 tras cuatro años contínuos de recesión la situación
se volvió crítica al entrar en crisis el sistema
bancario-financiero y es de preveer una crisis social con
manifestaciones políticas en el correr del año.
Argentina sigue teniendo constantes episodios traumáticos. La
rica nación de las primeras décadas del siglo XX experimentó
constantes sobresaltos desde 1930 en adelante. Son contados
los casos de transferencias de gobierno dentro de un marco
legal y menos aún las legítimamente aceptadas. La emergencia
del peronismo en los años cuarenta ha sido el eje de la vida
política y social del país durante casi todo el resto del
siglo. El movimiento todavía existe, ahora con el nombre de
partido Justicialista, pero también ya recorrió su propia
versión de la “integración negativa”, perdiendo sus caracter
populista durante el período en que Carlos Menem fue
presidente, entre 1989 y 1999. El justicialismo de izquierda
tampoco ha podido mantener la resignificación socializante de
izquierda adquirida en los setenta y que terminó tragicamente
con la gran represión que arrasó a Montoneros y otros grupos
de izquierda de definición guevarista. El justicialismo del
2002 no es mucho más que un mito que permea a diversos
sectores políticos y sociales que compiten por el poder.
El país ha pasado constantemente por períodos de euforia por
parte de las élites que a veces alcanzan a los sectores
medios, por el desempeño económico, a otros de depresión,
vistos los fracasos. El esquema se viene repitiendo desde los
años 60, acompañado de inestabilidad y violencia política y
social. Si bien la fracasa experiencia revolucionaria y
exitosa labor represiva de los años setenta ha dejado
impregnado en el imaginario colectivo un sentimiento de
moderación que hace que no hayan existido nuevas explosiones
político – militares generalizadas, la presión social sobre
los gobiernos aumenta en los períodos de crisis haciendo que
las interrogantes sobre el futuro del país se mantengan. La
estrepitosa caída del presidente Fernando de la Rúa en
diciembre del 2001, luego de una crisis financiera de gran
envergadura, en medio de una explosión social que involucró a
sectores medios, desocupados, militantes antisistema y
provocadores de diversos servicios de intelegencia y la
incertidumbre que le siguió, con presidentes efímeros no está
superada. El gobierno “provisional” de Duhalde apenas se tiene
en pie. Los beneficiados del modelo, los especuladores no
quieren asumir las pérdidas.
El Tesoro de EEUU se ha negado a rescatar a Argentina, como lo
hizo con Indonesia en 1998 y ha hecho recaer la culpa del
fracaso en la élite local, olvidando el papel de los
organismos de auditoría internacional (el FMI) y la banca
internacional, en el proceso. El FMI ha llevado meses de
constant4es negociaciones sin llevar fondos frescos que
permitan aliviar el caótico estado de las finanzas argentinas.
La xenofobia, tanto contra EEUU, como España, cuyos capitales
controlan buena parte de las empresas privatizadas y los
fondos de pensión no se ha manifestado tan fuertemente como se
temia. Los militares han permanecido en silencio, producto de
la historia reciente de abusos contra la población durante la
“guerra sucia” de los años setenta y de la derrota militar en
Falklands-Malvinas en 1982, pero no se sabe hasta cuando.
Paraguay donde el contrabando fue el principal sector
económico, continua con su práctica, pero su relevancia es
notoriamente menor desde la aparición del hoy escuálido
Mercosur. Hoy en día un país estancado, esperando redefinir su
papel en la región. Desde los años setenta es un proveedor de
energía para el Brasil y de productos para ese mercado. Al
mismo tiempo ha devenido una "tierra de nadie" de la
identidad. El país no tiene proyecto de futuro. No sólo la
economía cae, el país sólo ha logrado evitar el "default", el
pago de intereses de deuda externa gracias al apoyo recibido
de Taiwan, país al que Paraguay chantajea, al ser el único de
América del sur que mantiene el reconocimiento diplomático a
la isla formoseña y no a China Popular. El coloradismo
strossnista creó una clase media, pero la misma no ha sabido
proyectar el país hacia un esquema de sociedad moderna,
abandonando la viejas prácticas.o tras el derrocamiento del
líder militar . La clase política no ha logrado modernizarse y
ejemplifica la parálisis del país. Los partidos opositores, el
liberalismo y los encuentristas, tratan de tomar tajadas de
privilegios, mientras el partido Colorado, abatido por
contradicciones internas, trata de seguir practicando, con
adecuaciones y restricciones las viejas formas de hacer
politica. La masa subalterna espera, sin esperanza, tras cinco
años en los cuales el producto bruto interno ha caído
constantemente, que haya algún cambio de orientación y muchos
buscan el camino de la inmigración. El desencanto es tal que
en el 2001 un graffiti en una calle asunceña decía: "Hay dos
clases de políticos. Los incapaces de todo y los capaces de
todo”. Mientras un militar actua mezclando el viejo estilo
sultanista con el del nuevo caudillo, llevando un mensaje
populista y es al que se hace referencia cuando se habla de
los capaces de todo .
Décima nota
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