Radiocero y Radio Monte Carlo
Si tomamos como expresión de la gente lo que expresan las mayorías, podemos resumir en que la gente ve bien al gobierno, tiene cierta simpatía por él, comparte la orientación o las preocupaciones del gobierno, pero está insatisfecha, o siente que sus expectativas no se han cumplido, que el gobierno está por debajo de las expectativas que tenía inicialmente. [...] El gobierno debería ver dónde están sus puntos fuertes que le dan ese apoyo y combatir sus puntos flacos. Porque no hay que olvidar que todavía no ha terminado el segundo de cinco años de gobierno. Hay tiempo para todo.
OAB: Hay muchas formas de medir lo que piensa la gente en relación al gobierno. En general cualquiera de nosotros tiene juicios que pueden ser contradictorios, o al menos llenos de matices. No solo en relación al gobierno ni en relación a la política. Por ejemplo, hablando de fútbol, muchas veces se oye decir: qué buen jugador que es, pero no me convence del todo. En relación a personas de su trabajo, o de su entorno, muchas veces se dice: me gusta, pero no me satisface del todo, hay algo que no me gusta. O hablando de su mutualista, a veces se oye decir: es buena, pero estoy insatisfecho, o estoy desilusionado.
FV: Lo que estás diciendo es que las cosas no son o blanco o negro, sino que puede haber muchos matices, muchos grises.
OAB: Exacto. En base a eso es que para evaluar al gobierno hemos buscado hacerlo a través de dos preguntas y no solo de una pregunta. La primera: ¿cómo ve la gestión del gobierno?, y la otra: ¿Cómo ve la gestión del gobierno según las expectativas que Vd. tenía antes de que se instalara?
Conviene aclarar además que se busca ver qué piensa la gente del gobierno en su conjunto, no exclusivamente del presidente Mujica. Recordemos que el 9 de setiembre presentamos aquí en Radiocero FM y Radio Monte Carlo una encuesta de evaluación de los gobernantes, en que el presidente Mujica aparece en séptimo lugar, detrás del vicepresidente Astori y de cinco ministros. La gestión del gobierno en su conjunto y el promedio de la imagen de los gobernantes son superiores al juicio concreto sobre el presidente Mujica. Esto es fundamental tenerlo en cuenta.
Entonces, lo que se indaga es lo que piensa la gente sobre el gobierno y no exclusivamente sobre el presidente. Veamos de las dos preguntas hechas en la última Encuesta Nacional Factum, la primera: ¿Cómo ve la gestión del gobierno?
FV: Las respuestas son:
¿Cómo ve la gestión del gobierno?
OAB: Es claro que al gobierno se lo ve bien por una clara mayoría. Veamos la segunda pregunta: ¿Cómo ve la gestión del gobierno según las expectativas que Vd. tenía antes de que se instalara?
FV: Los datos son:
¿Cómo ve la gestión del gobierno según las expectativas que Vd. tenía antes de que se instalara?
OAB: Primero conviene leer bien las respuestas. Porque una persona se puede quedar solo con la primera parte y decir: la mayoría ve bien al gobierno, y punto. No es correcto, porque se saltea lo segundo. Otro se puede quedar solo con los segundo y decir: la gente está insatisfecha, y punto. Lo cual también es incorrecto.
FV: Entonces ¿cómo se interpreta?
OAB: Se tienen en cuenta las dos preguntas, las respuestas a las dos preguntas, cuya combinación da un resultado muy interesante. Si tomamos como expresión de la gente lo que expresan las mayorías, podemos resumir en que la gente ve bien al gobierno, tiene cierta simpatía por él, comparte la orientación o las preocupaciones del gobierno, pero está insatisfecha, o siente que sus expectativas no se han cumplido, que el gobierno está por debajo de las expectativas que tenía inicialmente.
FV: ¿Este fenómeno es de ahora?
OAB: Al tercer trimestre del año pasado, más o menos a los seis meses de gobierno, la gente veía muy bien al gobierno y quedaban equilibradas las satisfacciones con las insatisfacciones. Ahí se produce el quiebre. Baja el nivel de gente que ve bien al gobierno, que queda más o menos estable hasta ahora. Por otro lado, cae el porcentaje de gente satisfecha y se dispara el porcentaje de gente insatisfecha, que también queda más o menos estable. Es decir, que la gente ve bien al gobierno pero insatisfecha, es una situación que cuenta ya con más de un año.
FV: ¿Y qué pasa con la adhesión partidaria de la gente?
OAB: En los dos temas es clara la diferencia de visión entre frenteamplistas de un lado y votantes de los partidos tradicionales del otro. Veamos, entre los frenteamplistas al gobierno lo ve bien el 73% y lo ve mal el 11%. Entre los votantes de partidos tradicionales hay empate: 40% lo ve bien y 40% lo ve mal.
FV: ¿Y en cuanto a estar o no satisfecho?
OAB: En los dos campos políticos predomina la insatisfacción. Los frenteamplistas consideran que sus expectativas se han cumplido en un 41%, pero un 59% considera que no se han cumplido. Predomina el desencanto en una relación de 6 a 4. Entre los votantes de los partidos tradicionales la relación es 82% de insatisfechos contra 18% de satisfechos.
FV: ¿Qué explicaciones tienen estos números?
OAB: Antes que nada tengamos presente que no hay contradicciones. Es razonable ver a alguien bien pero por otro lado sentir que sus expectativas no se cumplieron y sentir cierto desencanto. Esto es fundamental entenderlo. Es un: bien, pero qué lástima.
FV: ¿Qué explicaciones hay?
OAB: Hasta aquí lo que da la encuesta. Entremos ahora al análisis político.
Se observa, y varias encuestas que hemos hecho van por ese camino, que la gente le otorga buenas intenciones al gobierno, lo ve en general bien orientado y con preocupación por resolver los problemas del individuo común. Esta posición es muy clara en siete de cada diez frenteamplistas y en cuatro de cada diez votantes blancos y colorados. Lo que da una clara mayoría absoluta de los uruguayos. A ello se agrega que el presidente de la República despierta simpatía en la mayoría de la población. Por aquí andan las explicaciones de por qué se ve bien al gobierno.
FV: ¿Y por qué no están cumplidas las expectativas, por qué no hay gran satisfacción?
OAB: Aquí se encuentran otras cosas. Siete de cada diez uruguayos cree que el gobierno está mal gestionado. Eso implica que una parte nada menor de los frenteamplistas creen eso: más de la mitad de los frenteamplistas creen que hay problemas de gestión. Como hay problemas de gestión, hay problemas de resultados.
La insatisfacción es fuerte en los temas que más preocupan a los uruguayos: la seguridad pública, las drogas y la educación. Y en esos tres temas los juicios son negativos, muy negativos. Se ve mal el estado de la seguridad pública, hay gran preocupación por las drogas –que en parte se consideran causa de la delincuencia- y se ve mal el nivel de la enseñanza.
FV: ¿Qué cuenta en todo esto el llamado “estilo Mujica”?
OAB: Recordemos la advertencia inicial: estamos hablando del gobierno como conjunto y no específicamente del presidente. Sin embargo, a partir de esa advertencia, no se puede ignorar que en la imagen del gobierno hay un componente importante de la imagen y el estilo del presidente.
Y resulta que el estilo del presidente da para bien y para mal, para reforzar la idea positiva del gobierno y para reforzar la insatisfacción. Porque por un lado muchos ven en el presidente al hombre que habla con sensatez, que plantea los problemas desde el punto de vista del hombre común, que busca entender a todos, que no quiere imponer una verdad, que hace reflexionar. Esto va a favor de la imagen del gobierno.
Pero por otro lado el presidente es muy cambiante. Sorprende todo el tiempo. Sobre un mismo tema a veces es críptico, oscuro, otras veces parece claro porque va para un lado, y al otro día parece que va para el lado contrario. Eso desorienta, confunde y genera inseguridad. Porque a un presidente siempre se le exige que marque el camino, que guíe, que conduzca. Además, se lo ve muy reflexivo, pero poco ejecutivo. Entonces, esta otra faceta del presidente ayuda a la insatisfacción.
Por último hay que tener en cuenta que es mucho mayor la simpatía que despierta Mujica que la confianza que hay en él, que se deposita en él.
FV: ¿Conclusiones?
OAB: La conclusión mayor es que el hecho de que el 59% vea bien al gobierno es un buen punto de apoyo, pero que el 68% vea que sus expectativas no se han cumplido es una gran debilidad. El gobierno debería ver dónde están sus puntos fuertes que le dan ese apoyo y combatir sus puntos flacos. Porque no hay que olvidar que todavía no ha terminado el segundo de cinco años de gobierno. Hay tiempo para todo.