Radiocero y Radio Monte Carlo
En principio hay tres grandes corrientes opositores y dos de menor porte. [...] Jorge Larrañaga ha optado por ese papel de constructor de puentes, ha encontrado en José Mujica al hombre del otro lado del río que quiera también tender puentes, y Larrañaga también afronta la desconfianza, el descreimiento y el rechazo de muchos de su propia orilla, del área tradicional. [...] Sin duda. Cuando no se hace lo más simple y obvio, se incurre en riesgos. [...] A la larga lo que importa es cómo ve la ciudadanía cada estrategia, qué grado de apoyo le da y qué balance se hace al final. Por ahora la ciudadanía tiene mayoritariamente un talante acuerdista.
OAB: Hay dos formas de análisis político. Uno es el análisis de coyuntura, que se solapa con el análisis periodístico, el análisis de la noticia. El otro es el análisis estratégico, donde se busca salir del ruido de los acontecimientos del día a día para mirar lejos y analizar las líneas de larga duración. Este es el tipo de análisis que preferimos. Hoy vamos a hacer uno de varios análisis, no necesariamente consecutivos, sobre la oposición al gobierno, sobre los grupos opositores.
En forma un poco simple, se puede pensar que lo difícil es estar en el gobierno y lo fácil es estar en la oposición. En principio parece que es así y muchas veces lo es. Pero no siempre es fácil ser oposición, porque ser oposición no es solamente oponerse a todo. Para poner un ejemplo, en Argentina la oposición o las diferentes oposiciones no han encontrado todavía el camino.
FV: ¿Y en casa como andamos?
OAB: En principio hay tres grandes corrientes opositores y dos de menor porte. Las tres grandes lo son Vamos Uruguay en el Partido Colorado, encabezado por Pedro Bordaberry, y los dos grandes bloques en que se divide el Partido Nacional. Unidad Nacional de un lado, que fuera liderada por Luis Alberto Lacalle, y Alianza Nacional del otro, bajo la conducción de Jorge Larrañaga. Las otras dos oposiciones de menor porte son Propuesta Batllista, es decir, el ala colorada no bordaberrista, encabezada por los senadores Amorín y Viera, y el Partido Independiente. Eso en cuanto a la arquitectura política de la oposición.
Luego están las formas de oposición, que puede ir desde el más duro enfrentamiento al gobierno hasta la mayor colaboración. Entre uno y otro extremo, hay muchos caminos intermedios
FV: ¿Y cuál eligió Jorge Larrañaga? ¿Por qué lo de constructor de puentes?
OAB: La expresión “constructor de puentes” se la debo al politólogo uruguayo Francisco Panizza, profesor de una universidad inglesa, que debutó junto con nosotros y Juan Rial en Canal 4 en 1989. Como lo dice la palabra, un puente es lo que une dos orillas o dos pedazos de tierra que están separadas por un río o por un foso. Para cruzar de un lado al otro del paso se necesita un puente. Y constructor de puentes es que construye ese puente para saltar el foso y poder unir una orilla con la otra.
En la vida del país ha habido unos cuantos constructores de puentes. Todo constructor de puentes tiene dos grandes desafíos, además de construir el puente propiamente dicho. Un desafío es lograr que haya alguien del otro lado que también quiera construir ese puente, porque si no ocurre, no se logra apoyar el puente en la otra orilla y el puente se cae. Lo segundo, en política es muchas veces lo más importante, que en la propia orilla sea comprendido, o pueda resistir los ataques, la incredulidad y la incomprensión de los que no quieren ese puente, o no le ven sentido.
Jorge Larrañaga ha optado por ese papel de constructor de puentes, ha encontrado en José Mujica al hombre del otro lado del río que quiera también tender puentes, y Larrañaga también afronta la desconfianza, el descreimiento y el rechazo de muchos de su propia orilla, del área tradicional. Sin duda, es un camino diferente al de Unidad Nacional, el herrerismo y aliados, aunque Unidad Nacional todavía está en un proceso de definiciones; aunque con actitudes de clara oposición. Y el camino de Larrañaga es claramente opuesto al emprendido por Pedro Bordaberry, que está en una oposición relativamente dura.
FV: Muchos analistas y periodistas señalan que este camino de Larrañaga entraña muchos riesgos.
OAB: Sin duda. Aunque cabe decir que toda estrategia siempre ocasiona riesgos. Siempre se aconseja a los líderes políticos dejarse guiar por lo que realmente piensan y sienten, que guiarse por el cálculo político. Siempre naturalmente que al guiarse por su leal saber y entender, no se vayan a la luna. Pero dentro de determinados límites, si alguien se equivoca porque siguió lo que consideraba correcto, lo salva el no apartarse de los principios. Si se equivoca solo por cálculo, hizo dos malos negocios: lo erró al cálculo y dejó de lado lo que pensaba de verdad.
Porque cuando alguien se guía por cálculo ¿qué hace? Si al gobierno le va muy bien, estar en la vereda de enfrente puede ser perjudicial. Si al gobierno le va mal, estar pegado al gobierno puede arrastrar en la caída al que está al lado. Si al gobierno le va muy bien, estar pegado puede servir de mucho, o de nada, porque el partido de gobierno se puede llevar todo el apoyo. Como se puede ver, en los cálculos se puede acertar o equivocar con mucha facilidad. Entonces más vale que cada uno se guíe por lo que cree.
FV: ¿Y qué cree Larrañaga?
OAB: Primero conviene aclarar que estamos hablando de Alianza Nacional como un conjunto, más que de una persona. Un líder es más que la persona misma, sino que es lo que él representa, el conjunto de gente que representa.
Desde el punto de vista ideológico, Alianza Nacional se ubica en el centro del espectro político, o entre el centro puro y el centro derecha. Su visión de sociedad y de país tiene mucho que ver con la visión dominante en la sociedad uruguaya. Al menos está mucho más cerca de ese meridiano del pensamiento dominante en el Uruguay, que lo que está el herrerismo, que representa más un espacio determinado del país, un espacio específico.
FV: ¿Por ahí hay entonces una aproximación al gobierno?
OAB: Efectivamente. Y ello lleva a otra aproximación. Buena parte de las propuestas que Larrañaga le hace a Mujica son propuestas que pueden ensamblarse con las ideas de izquierda. No siempre. A veces no se ensamblan más por razones de juegos de poder que propiamente ideológicas. Otras veces no se ensamblan lisa y llanamente porque se piensa diferente. Un tema inequívoco en que no hubo posibilidad de puentes, fue el tema de la anulación o interpretación de la Ley de Caducidad. Allí entre Mujica y Larrañaga hubo la misma distancia que entre el Frente Amplio de un lado y el Partido Nacional y el Partido Colorado del otro.
En otros temas, especialmente en el área de seguridad pública, las propuestas en este caso de todo el Partido Nacional –porque las propuestas estaban en el programa de gobierno del Partido Nacional- coincidieron con el giro del gobierno hacia una mayor mano dura en materia de seguridad pública o en la búsqueda de caminos específicos para la delincuencia de menores. Así se contabiliza el darle carácter nacional a la Guardia Republicana, la transformación de cuarteles en cárceles o la creación del Instituto de Rehabilitación del Menor Infractor.
FV: También tuvo un papel activo en el logro de acuerdos gobierno-oposición
OAB: Sin duda en los últimos meses hubo dos grandes acuerdos. Uno entre el gobierno nacional y los gobiernos departamentales, la mayoría de los cuales son blancos y dentro del Partido Nacional la mayoría son de Alianza Nacional. Hay 12 gobiernos departamentales blancos, 5 frenteamplistas y 2 colorados. De los 12 blancos, 8 son de Alianza Nacional, 3 de Unidad Nacional y 1 independiente. Y allí se logró el importante acuerdo de unificación de la patente de rodados, que ya rige y que puso fin a la reiterada guerra entre las Intendencias.
El otro gran acuerdo fue el educativo, que impuso ideas del Partido Nacional, como la creación de un Instituto Politécnico de nivel universitario en el interior del país y además le permitió al presidente recobrar autoridad en los organismos educativos, con el doble voto al presidente del Codicen y su eventual extensión a los cuatro consejos desconcentrados: Primaria, Secundaria, UTU y Formación Docente.
FV: E importa riesgos
OAB: Sin duda. Cuando no se hace lo más simple y obvio, se incurre en riesgos. Claro que cuando se hace lo más simple y obvio también se corre el riesgo de fracasar. Sobre eso no hay ninguna duda. A la larga lo que importa es cómo ve la ciudadanía cada estrategia, qué grado de apoyo le da y qué balance se hace al final. Por ahora la ciudadanía tiene mayoritariamente un talante acuerdista.
Queda por verse, en futuros análisis, no necesariamente consecutivos, las estrategias que despliegan los otros grupos de la oposición.