11 May. 2012

Algunos problemas del Frente Amplio que se ven hacia estas elecciones internas

Oscar A. Bottinelli – Diálogo con Fernando Vilar

Radiocero y Radio Monte Carlo

Como se sabe, el 27 de mayo es la elección directa del presidente del Frente Amplio y de los miembros del Plenarios Nacional. Lo primero que se nota es un gran desconocimiento del fenómeno y una gran apatía de los frenteamplistas. [...] Hay otro tema, que tiene que ver que -como pasa en todos los partidos- con que los votantes del Frente Amplio no son todos iguales, no todos tienen el mismo grado de adhesión o de convencimiento. [...] Construyamos los distintos círculos desde adentro hacia afuera, de lo más duro a lo más blando.[...] Cuanto más cercano es el círculo es más duro ideológicamente, cuanto más lejano, más blando ideológicamente, más pragmático.[...] las autoridades de la fuerza política van a resultar elegidas por el primer círculo y por algo del segundo círculo, como mucho por todo el segundo círculo, y eso implica una visión del país y de la sociedad que puede ser diferente, en general es diferente, a la visión de la gran mayoría de los votantes frenteamplistas.

OAB: Como se sabe, el 27 de mayo es la elección directa del presidente del Frente Amplio y de los miembros del Plenarios Nacional. Lo primero que se nota es un gran desconocimiento del fenómeno y una gran apatía de los frenteamplistas. Precisamente el primer desafío que tiene el Frente Amplio es al menos lograr la misma concurrencia que en noviembre de 2006, que se situó en torno al 20% del electorado frenteamplista, algo menos de 220.000 votantes. Si el Frente Amplio no logra esa concurrencia, es un fracaso para el Frente Amplio como fuerza política, un fracaso como estructura y sin duda un golpe para el oficialismo. Este es el primer problema. Al día de hoy la cantidad de personas que conocen la fecha de las elecciones y responde en las encuestas que es seguro que va a ir a votar, ese porcentaje es la mitad de lo que fue hace cinco años, es decir, unas 100.000 personas, más bien algo menos de 100.000. Al Frente le quedan 17 días para tratar de motivar a la gente y al menos empatar la concurrencia de las pasadas elecciones internas.

FV: Ese es un primer problema y un primer desafío para el Frente Amplio ¿Qué otros problemas del Frente Amplio aparecen en esta instancia?

OAB: Hay otro tema, que tiene que ver que -como pasa en todos los partidos- con que los votantes del Frente Amplio no son todos iguales, no todos tienen el mismo grado de adhesión o de convencimiento.

FV: ¿Cómo clasificarías a estos votantes?

OAB: El Frente Amplio tuvo alrededor de 1 millón 50 mil votos. Hoy la intención de voto explícita si hubiera elecciones el próximo domingo, oscila en alrededor de 900 mil votos. En junio de 2009, cuando las elecciones de candidatos de todos los partidos, las elecciones preliminares, el 28 de junio de 2009, votaron al FA 440 mil personas. Y en noviembre de 2006, en elecciones propiamente internas, similares a las de ahora, votaron a las listas de los sectores algo menos de 220 mil personas y a los llamados delegados de base algo menos de 40 mil. A ello hay que agregar otra cifra: las personas que en las encuestas se definen como frenteamplistas, que son frenteamplistas, que pertenecen al Frente Amplio, son 770 mil. Es decir, personas no que no solamente votan al Frente, sino que son del Frente, se sienten del Frente. Esto nos permite construir seis círculos de adhesión al Frente Amplio.

FV: Veamos entonces estos seis círculos

OAB: Construyamos los distintos círculos desde adentro hacia afuera, de lo más duro a lo más blando.


 

Primer círculo, constituido por el núcleo duro militante de Comités de Base o grupos similares, en general de gente de estilo de militancia a la antigua, con la mentalidad militante de los comienzos de los setenta o de mediados de los ochenta. Son unos 40.000

Segundo círculo: gente frenteamplista firme, de espíritu globalmente militante, pero no de vida de comités de base. Son los siguientes 180 mil. Entre el primer y el segundo círculo se alcanzan las 220 mil personas que votaron en las elecciones propiamente internas frenteamplistas de 2006.

Tercer círculo, la gente que muestra la suficiente adhesión como para preocuparse de decidir el candidato presidencial, de elegir a un sector y no a otro en la interna partidaria y que se demostró dispuesto en pleno invierno a salir de casa y hacer cola para votar al Frente en las elecciones preliminares de junio de 2009. Son las siguientes 220 mil personas, es decir, entre los tres círculos se alcanzan los 440 mil que votaron al Frente Amplio ese 28 de junio de 2009.

FV: Hasta aquí llegamos a la mitad de los círculos frenteamplistas. Quedan tres más.

OAB: Cada vez más grandes y más lejanos.

El cuarto círculo comprende a las personas que en las encuestas se definen como frenteamplistas, que se sienten frenteamplistas, que tienen identidad frenteamplistas, que pertenecen al Frente Amplio, pero que esa pertenencia no les da para ir a votar en pleno invierno. Si se quiere, que tienen la camiseta puesta, aunque no están dispuestos a traspirar la camiseta en pleno invierno.

Esos son unos 330 mil. Es decir, lo que va desde los 770 mil que se definen como frenteamplistas a los 440 mil que votaron en junio.

Quinto círculo, personas que votan regularmente al Frente Amplio, que ya lo votaron y declaran que hoy lo votarían de nuevo, pero no se sienten frenteamplistas, no se sienten de pertenencia frenteamplista. Estos son alrededor de 130 mil más.

Sexto círculo, los dudosos, los que votaron al Frente Amplio en 2009 y hoy están indefinidos o refractarios. Esto son otros 150 mil.

FV: ¿Cómo seguimos con el análisis?

OAB: La descripción de estos seis círculos es muy necesaria para precisamente dibujar al electorado frenteamplistas, para saber cómo se compone.

Pero esta descripción es necesaria para plantear otro tema. Cuanto más cercano es el círculo es más duro ideológicamente, cuanto más lejano, más blando ideológicamente, más pragmático.

El primer círculo y parte del segundo círculo está constituido por personas cuya visión del mundo y de la sociedad puede catalogarse de internista, es decir, que son personas que hablan, piensan y dialogan con categorías que resultan muy claras dentro de los aparatos militantes, pero que no son comprendidas necesariamente fuera de los aparatos militantes. Hay un cierto desajuste entre la forma de pensar y ver las cosas de estos círculos militantes, de cómo lo ve la mayoría de los uruguayos, pero también de cómo lo ve la gran mayoría de los frenteamplistas. Este es otro problema que aparece hacia estas elecciones.

FV: ¿Qué consecuencias tiene esto?

OAB: Tiene una consecuencia importante para el rumbo del gobierno en estos dos años que le quedan de vida útil y una consecuencia importante para el futuro del Frente Amplio. Y es que las autoridades de la fuerza política van a resultar elegidas por el primer círculo y por algo del segundo círculo, como mucho por todo el segundo círculo, y eso implica una visión del país y de la sociedad que puede ser diferente, en general es diferente, a la visión de la gran mayoría de los votantes frenteamplistas.

Entonces, el 27 de mayo, si la abrumadora mayoría de los frenteamplistas se queda en su casa, por omisión contribuye a que el Frente Amplio vaya en una dirección diferente al pensamiento de esa mayoría. Es así de claro.

FV: ¿Es más o es menos democrático este sistema?

OAB: Depende del punto de vista con que se mire. En casi todos los partidos políticos organizados, serios, de larga vida, las autoridades la eligen sus afiliados y los afiliados son una proporción menor de su electorado. No solo 1 de cada 5 ó 1 de cada 10 como ocurre CON el Frente Amplio, sino 1 de cada 20 o mucho más todavía. Según esta concepción, el destino de un partido la deben definir los más activos, los que se afilian y están con el partido en las buenas y en las malas.

La otra concepción, dominante en la sociedad uruguaya, sostiene que se es más democrático cuanto mayor sea la representatividad. Desde este punto de vista es más representativo lo que surge de las elecciones preliminares nacionales que lo que surge de este tipo de elección de afiliados; y es más democrático lo que surge de elecciones nacionales definitivas - presidenciales o parlamentarias- que lo que surge de las elecciones preliminares nacionales. Son dos visiones diferentes, todas válidas

Ocurre que las dirigencias frenteamplistas están convencidas que este procedimiento es más democrático que el que surge de las elecciones generales, y la mayoría de los votantes frenteamplistas creen lo inverso: que esto no es lo más democrático.

Hasta aquí, algunos de los problemas que emergen con este proceso electoral. Quedan todavía otros en el tintero.