14 Feb. 2014

Una constante de la última década: las permanentes tensiones con el gobierno argentino

Oscar A Bottinelli- diálogo con Camilo Delelli

Radiocero y Radio Monte Carlo

[...] es importante marcar que si bien es más dura la posición de los uruguayos blancos y colorados, de los uruguayos opositores. También dentro de los frenteamplistas, es muy fuerte y es mayoritaria la posición de quienes consideran que el gobierno uruguayo, el Presidente Mujica en particular, debe tener una posición más dura, más rígida y más de enfrentamiento con Argentina. Este es un tema clave, el gobierno no está sintonizando en la forma en que maneja el conflicto con Argentina, no solo con el grueso de la mayoría de la población, sino tampoco con la de su propio segmento político.

OAB: Hay una cosa que hay que tomar en cuenta, que muchas veces se ha manejado la existencia de los conflictos entre los gobiernos como si fuera una cosa personal ¿No?

En un momento se dijo, bueno “Batlle la forma en que se dirige a los gobiernos argentinos”. Sobre todo después de aquella célebre frase contra Duhalde, que Duhalde ahí lo jugó muy bien, permitiendo rápidamente el entendimiento. Pero luego también con Kirchner viene Vázquez, al principio hay una muy buena relación, luego viene la tensión. Y Mujica que desde que asume trata permanentemente un tono distinto, de buscar el entendimiento, de hacer concesiones, de dar señales de búsqueda constante de entendimiento, y siempre hay conflicto.

A veces se habla de “los conflictos con Argentina”, como que hay uno atrás de otro o hay un solo conflicto. Porque bueno, lo que ven es un conflicto que tiene más de una década.

CD:Expertos en negociación sostienen que cuando un conflicto no se resuelve es porque hay fallas en el diagnóstico del conflicto y en el encare de la solución ¿Dónde están esas fallas?

OAB: Bueno, esa es una vieja teoría sobre todo de la escuela de negociación de Harvard que dice “Siempre en todo conflicto hay que diagnosticarlo correctamente para encontrar por donde están los problemas que impiden solucionar el conflicto”.

En este caso, a veces uno duda, si las causas del conflicto son puntuales o el conflicto es una razón de ser en si mismo. Me explico, tanto en lo externo, no solo con Uruguay, Uruguay por razones de vecindad, por razones de proximidad de economías, de sociedades, sin duda es el que más viene afectado por las razones de conflicto con Argentina. Argentina sucesivamente ha tenido conflictos con Brasil, con Bolivia, con Chile, llegó a tener con España, con el Banco Interamericano de Desarrollo, con todos los acreedores, con Italia, con Japón, con Estados Unidos. Es decir, en la última década ha sido permanente el conflicto argentino.

Y también en lo interno, es decir, conflictos con la oposición, conflictos dentro del peronismo, con gobernadores provinciales. Entonces surge la idea de que si lo que hay detrás es que el conflicto como tal, la necesidad del conflicto no es una razón de ser del gobierno del kirchnerismo como expresión política, que la confrontación es un elemento que le permite el manejo del poder de determinadas maneras, o que necesita para el manejo de ese poder.

Entonces acá tenemos un primer tema, que hay que ver si hay distintas causas que llevan a conflicto o el conflicto es en si mismo la causa de toda la situación, la necesidad del conflicto.

CD: ¿Por qué no han funcionado los intentos de diálogo y entendimiento que permanente buscó el presidente Mujica desde que asumió?

OAB: Bueno, aquí hay un tema que es importante tener en cuenta, tiene que ver con la característica, que uno podría decir general del pueblo argentino, de la sociedad argentina.

Muy marcado en el peronismo, y se ve a través de las distintas etapas y tipos de peronismo, pero acentuado tremendamente, superlativizado en el caso del kirchnerismo, y es la concepción de que las relaciones de poder son estrictamente relaciones de fuerza y relaciones donde no puede haber dos ganadores, es decir donde de un acuerdo no puede haber una solución que satisfaga a ambos, donde siempre consideran que uno le gana al otro, y siempre el ganar o perder es en términos de destrucción, uno aplasta al otro.

En ese sentido si se ve la situación, la relación como una relación de fuerza entre dos partes que tienen o tienden a, o buscan destruirse mutuamente, lo que aparece entonces es esto: “Yo tengo que ir a la conversación, a la negociación, de la forma más dura y fuerte posible, y sostenerme en mi postura sin temblar”. Y el que da una señal más débil es el que está débil.

En otra palabras, si yo actúo con razonabilidad, el otro dice: “Este está con miedo, este está débil, a este hay que aplastarlo más.” Y si observamos, cada vez que el gobierno uruguayo o el Presidente Mujica, que ha conducido personalmente gran parte de los diálogos y las negociaciones, cada vez que él da una señal de búsqueda de entendimiento, de solución hacia un gesto de concesión a la Argentina, en términos normales, en otras relaciones con otros países, o en otras situaciones diríamos: “Esto ayuda a la solución”.

Nunca ayudó a la solución del conflicto con Argentina la concesión que hace Uruguay, al contrario, ha hecho concesiones impresionantes este gobierno, la más grande de todas es el acuerdo que le permite a Argentina recibir información sobre todas las inversiones que hay argentinas en Uruguay, los capitales que vienen acá, fue un gran propósito para Argentina contar con eso y obviamente han creado algunos nervios en lo argentinos que invierten aquí, otros se han ido, y pese a esa gran concesión el conflicto continúa, y es que eso no es visto como una razonabilidad uruguaya sino como una debilidad: “Bueno, si obtuve esto voy a seguir presionando para obtener muchas más cosas.”

Es decir, lo que estamos observando es que la razonabilidad es vista como debilidad, y lejos de acercar al entendimiento lo aleja porque potencia el conflicto.

CD: ¿Qué piensa la gente? ¿Por dónde anda la opinión pública en la relación Uruguay-Argentina?

OAB: Bueno. El tema es el siguiente, la opinión pública medida en distintos momentos, no vamos a dar una encuesta en este momento, la hemos dado en varias oportunidades. Medida en distintos momentos, si bien hay un segmento importante de la población, que valora la búsqueda del entendimiento, que valora el tratar de tener un mayor acercamiento con Argentina, mayoritariamente la población tiene una línea partidaria del endurecimiento con Argentina. Incluso, Uruguay tendría que salir a buscar apoyos internacionales donde los encuentre, de potencias lejanas, o de algún otro vecino, para poder estar protegido con la finalidad de enfrentar los embates del gobierno argentino. En este sentido es importante marcar que si bien es más dura la posición de los uruguayos blancos y colorados, de los uruguayos opositores. También dentro de los frenteamplistas, es muy fuerte y es mayoritaria la posición de quienes consideran que el gobierno uruguayo, el Presidente Mujica en particular, debe tener una posición más dura, más rígida y más de enfrentamiento con Argentina.

Este es un tema clave, el gobierno no está sintonizando en la forma en que maneja el conflicto con Argentina, no solo con el grueso de la mayoría de la población, sino tampoco con la de su propio segmento político. Esto es una cosa relevante.

CD: ¿Conclusiones?

OAB: Bueno, acá la conclusión es la siguiente, no necesariamente la opinión pública tiene razón, eso es un dato, la mayoría es un tema matemático, estadístico, pero bueno, cuando hay elecciones esa mayoría determina los gobiernos.

En política existen los liderazgos, liderazgo es no solo ser el referente de algo sino el conductor. Un conductor puede conducir de manera diferente y opuesta a lo que quieren sus seguidores o la sociedad en su conjunto, pero eso implicaría una acción de convencimiento a la población de que el camino correcto es distinto al que se piensa, y esto es una de las cosas que no ocurre, se dan los gestos de acercamiento, no producen los resultados, y la sociedad, o la opinión pública en general, no comparte eso y no hay un convencimiento de esa sociedad, una acción de convencer a la sociedad de que el camino correcto es el diálogo.

Mucho más cuando no se ofrecen resultados, sino al contrario, después de un conflicto viene otro mayor y otro mayor.