15 Ago. 2014

Una elección diferente en un país que quizás es diferente

Oscar A. Bottinelli – diálogo con Gonzalo Irazábal

Radiocero y Radio Monte Carlo

Esta necesariamente es una elección diferente por algo completamente distinto a las posibilidades electorales. Es la primera vez que Tabaré Vázquez compite como oficialista [...] no es lo mismo ser el opositor o el desafiante que ser el oficialista, es un cambio total de ubicación. [...] También se puede decir que es una campaña electoral en un país diferente.

OAB: Buenos días. ¿Qué tal? Bueno, esta necesariamente es una elección diferente por algo completamente distinto a las posibilidades electorales. Es la primera vez que Tabaré Vázquez compite como oficialista. Este es un dato muy importante, Tabaré Vázquez se inicia cuando la candidatura a la Intendencia de Montevideo, hace 25 años, como desafiante, y además de desafiante, de un Frente Amplio que ya venía habiendo perdido dos veces la Intendencia de Montevideo, teniéndola o creyendo tenerla al alcance de la mano.

Este es un primer cambio, no es lo mismo ser el opositor o el desafiante que ser el oficialista, es un cambio total de ubicación.

En segundo lugar es diferente porque Tabaré Vázquez siempre se acostumbró a ir desde abajo, incluso fue así en su propia vida, un hombre desde abajo que se hizo trabajando, estudiando, y en la vida política tomó un Frente Amplio que estaba mucho más abajo y con él llega a la Intendencia de Montevideo. Y bueno, elección tras elección: 1994, 1999, y luego 2004, va ascendiendo en votos, incluso en el propio 1999, de la elección de octubre a la de noviembre, tiene un gran salto electoral.

La calidad de desafiante primero, y la calidad de candidato permanentemente en ascenso fueron las constantes a su triunfo de 2004. Hoy son dos cambios formidables, primero ser el candidato del oficialismo después de 10 años de gobierno, 5 años de él, y prácticamente 5 años de José Mujica.

En segundo lugar porque el Frente Amplio ya 5 años atrás, en 2009, tiene la primer caída. La primer caída en toda la historia desde el año 1971, cuando bajo presidencia de Tabaré Vázquez y candidatura de José Mujica -siempre se dice “la culpa es del gobierno”, no “la culpa es del candidato”- el Frente Amplio pierde votos. Tenía el 50,5%, tenía un envión de recambio biológico de que mueren más blancos y colorados, y los jóvenes son de origen frenteamplista mayoritariamente, abrumadoramente mayoritario. Y eso tenía que haber dado al Frente Amplio casi dos puntos más que la elección anterior, tendría que haber superado el 52%, saca el 48%, pierde 4 puntos. Y ahora, cuando se creía además que con Vázquez el Frente Amplio iba a tener... como se dice vulgarmente: “a mover la aguja”. A salir de esa banda constante del 41% al 44% que estuvo todos estos años -en el 2012 daba la sensación de que podían ganar en primera vuelta, daba que podían tener mayoría parlamentaria- no se hace fenómeno el Frente, no se mueve del 41% al 44%, y esto hace que esto sea también una elección completamente diferente.

Más aún, cuando se acerca la elección el Frente Amplio va cayendo, está en el piso de la banda, sigue en el 41% al 44%, no ha bajado de eso, por lo menos en la encuesta de Factum, pero esto ya está implicando señales de alarma, ya es consistentemente que la suma de los Partidos Tradicionales, que no quiere decir necesariamente que esos votos en un balotaje voten en bloque, pero lo cierto es que para el parlamento pesan, son bastante más en la última encuesta Factum, 5 puntos por encima del Frente Amplio. Y las encuestas de los colegas también están marcando -con números distintos, porque unos tienen más indefinidos que otros- un Frente Amplio en crecientes dificultades y en caída, lo cual es todo esto.

La arquitectura -llamemosló así- y los datos, están dando que es una elección diferente y que bueno, que hay que ver qué pasa entonces, por qué los uruguayos en un momento de situación económica buena, -la economía es favorable al gobierno-, sus deseos, de alguna manera no están coincidiendo con la expectativa a renovar al mismo partido de gobierno.

GI: ¿Y cuáles son esos cambios en los deseos de los uruguayos expresados a través de las preferencias de voto?

OAB: Bueno, esto requiere toda una explicación más detenida e incluso diría que explicaciones más a fondo, no se tienen explicaciones del todo claras. Lo cierto es que los uruguayos en general han mejorado desde el punto de vista económico. Hay otros aspectos que no han mejorado, sin ninguna duda golpea mucho el tema de la seguridad pública, es el gran debe del país, del gobierno.

Sin ninguna duda hay aspectos estructurales donde hay una insatisfacción, la educación. Una vez salido, sobre todo mucha gente, la mayoría de la gente, salido de situación económica dura -y mucho más la que se padeció en 2003- se empieza a pensar en cosas estructurales.

La educación es un elemento de eso. La educación pública, 4 de cada 5 niños o adolescentes, más de 4 de 5, van a la educación pública, y la educación pública es contradictoria, por un lado todo el Plan Ceibal ha sido un salto cualitativo formidable, en la educación uruguaya espectacular, eso de que a un niño le regalen una tablet, después una ceibalita, después una Magallanes, y en el liceo ya están regalando un notebook, una laptop propiamente dicha, es una situación espectacular, pero por otro lado hay muchos aspectos de la calidad de la enseñanza, de la infraestructura de enseñanza, los locales, de la interrupción por paros, de la rotación de maestros, el nombramiento tardío de profesores, rotación de directores, que hacen que la gente tenga un nivel de preocupación por la educación.

Otro tema está pasando, por ejemplo, con sectores bajos que si bien han recibido a través del MIDES muy grandes ayudas, que han permitido mejorar su nivel de ingresos y de consumo, tienen una demanda, deseos de mejoras estructurales, siguen viviendo en la misma vivienda que tenían, en el mismo hábitat, es decir, con las mismas carencias de calle, de agua, a todos los elementos que hacen a vida más dignos, más de confort.

Los sectores medios-altos, que se sienten creciente y duramente golpeados en la faz impositiva, en la faz de controles, en que se sienten cada vez más golpeados por el Estado.

Es decir, es una suma de insatisfacciones y deseos de vivir, unos menos vigilados, otros por resolver problemas estructurales para si, otros en resolver problemas estructurales educativos, es decir para sus hijos, y otros sin duda, globalmente con el tema seguridad.

Lo cual lleva a que la gente desee un gobierno, donde no ocurran cosas, como por ejemplo: lo de ASSE, ANCAP, PLUNA, que están también afectando en la campaña electoral, pero esta es una parte, los deseos de los uruguayos.

También se puede decir que es una campaña electoral en un país diferente.

GI: ¿Y por qué quizás es un país diferente?

OAB: Bueno, la idea que hay es que estamos viendo que han cambiado mucho -en gran medida producto de este fuerte y rápido crecimiento económico de los hogares- muchos hábitos de uruguayos. Aquel país tan ahorrativo, tan poco dispuesto al gasto, que incluso muchos economistas mencionaban que ese era un problema que limitaba el funcionamiento de la economía, y un uruguayo que buscaba apenas le sobraba un peso, comprar un ladrillo, porque lo primero era tener una casa propia, o ahorrar en tener alguna casita que se pueda alquilar. Eso ha desaparecido. El uruguayo ha pasado a un altísimo consumismo, a cambios en las actitudes respecto al trabajo, al rendimiento del trabajo, incluso en muchos aspectos a la preocupación en los mejoramientos de estudio, de calificación, y que expresa también en el plano político y en el plano electoral. Hay una percepción -esto requiere estudios mucho más profundos- que la forma de ser uruguayo, la forma de posicionarse ante la vida, es muy diferente en el 2014 que lo que fue en el 2004. Y no solo porque en 2004 se venía de una profunda crisis, sino porque en 2004, independientemente de lo económico, se reflejaban formas de ser, y formas de plantarse ante la vida de los uruguayos, que era muy similar, con variantes, con cambios, al Uruguay de 10, 30, 50 años atrás.

Es decir la continuidad de un Uruguay que probablemente la presidencia de Vázquez haya reflejado, aquel Uruguay. Y hoy en cambio aparece una sociedad que tiene muchos elementos diferentes, y que quizás esté expresando la existencia, de esto que podemos decir es una elección diferente, en un país diferente.

GI: ¿Conclusiones?

OAB: Bueno, la conclusión es que tenemos que atender que además de ver solamente los números como carrera electoral, empezar a reflexionar que cambios de fondo existen en el país y a esos cambios de fondo cómo están respondiendo los electores por un lado, es decir, los ciudadanos. Por otro lado los actores políticos, ya sea los partidos, ya sea los candidatos, ya sea los distintos grupos políticos que compiten por la captación de la voluntad de los ciudadanos.