30 Ene. 2015

La cuota parlamentaria: de diputadas y senadores; de mujeres y varones

Eduardo Bottinelli – diálogo con Fernando Vilar

Radiocero y Radio Monte Carlo

[...] vamos a recordar muy rápidamente en que consiste la Ley 18476 aprobada en el año 2009 por el Parlamento. Esta ley estabeció que las cuotas se aplicarían para las elecciones primarias del 2009 y para las primarias y las elecciones nacionales de 2014, y queda a consideración del Parlamento la discusión para aplicarla hacia adelante en base a la evaluación de resultados. El sistema de cuotas establece que de cada 3 lugares en las listas de la Cámara de Representantes y de la Cámara de Senadores, uno debería responder a una persona de distinto sexo que los otros dos, en realidad lo que quería decir es que cada 3 lugares uno debería ser para una mujer.

EB: En primer lugar vamos a recordar muy rápidamente en que consiste la Ley 18476 aprobada en el año 2009 por el Parlamento. Esta ley estabeció que las cuotas se aplicarían para las elecciones primarias del 2009 y para las primarias y las elecciones nacionales de 2014, y queda a consideración del Parlamento la discusión para aplicarla hacia adelante en base a la evaluación de resultados. El sistema de cuotas establece que de cada 3 lugares en las listas de la Cámara de Representantes y de la Cámara de Senadores, uno debería responder a una persona de distinto sexo que los otros dos, en realidad lo que quería decir es que cada 3 lugares uno debería ser para una mujer.

FV: Ese era el fin de ley, que haya más mujeres en el Parlamento.

EB: Ese es el fin de la ley, aumentar la participación de las mujeres en la política y en el Parlamento en particular.

Es importante remarcar que en Uruguay la participación de las mujeres en el Parlamento es muy baja, ubicándose en el entorno del 15%. Ante esta realidad comenzó a discutirse hace largo tiempo la necesidad de tomar medidas de acción afirmativa, es decir, medidas que apunten a una mayor presencia de las mujeres en puestos de poder. Así se creó la bancada bicameral femenina donde participaban mujeres diputadas y senadoras de los partidos políticos buscando promover medidas en este sentido y apoyadas por organismos internacionales para la financiación de actividades y de investigaciones.

Después de mucho tiempo de discusiones es que se llegó a esta ley. Lo interesante también de estas discusiones es que atravesaron a los partidos y atravesaron los géneros, es decir, había hombres y mujeres del Frente Amplio, del Partido Nacional y del Partido Colorado a favor de la cuota y había hombres y mujeres de todos los partidos en contra. No hay consenso hacia la ley, algunos por considerarla ineficiente y otros por considerarla injusta, mientras que del otro lado se argumentó que era una de las pocas herramientas que podían servir para romper el “techo de cristal” que impide la presencia de mujeres en altos cargos y que además también tendría un efecto directo sobre la presencia de la mujer en el Parlamento.

FV: ¿Y fue efectiva la aplicación de la ley de cuotas?

EB: La efectividad fue relativa y dentro de lo que se esperaba. Por cómo es el sistema electoral uruguayo el mayor efecto podía tenerlo en el Senado por ser una única circunscripción, pero para que accediera una mujer por el criterio de la ley debería alcanzar 3 bancas o múltiplo de 3 (no hablamos acá de criterios políticos donde la mujer aparece liderando o secundando un sector como pueden ser los casos de Constanza Moreira, Lucía Topolansky o Mónica Xavier). Lo mismo sucede en la Cámara de Representantes, pero este criterio era sólo aplicable a Montevideo, Canelones y Maldonado, en el resto de los departamentos no había posibilidades (reitero: por la ley de cuotas) que una mujer accediera a una banca, si lo hacía era por peso político.

Finalmente, lo que se logró fue un aumento importante de la presencia de mujeres en el Senado, más que se duplicó la cantidad de mujeres electas en la Cámara Alta. En cambio en la Cámara Baja el efecto fue casi nulo, no hubo aumento de la presencia de mujeres. Se podría decir que el saldo es favorable aunque no tanto como las impulsoras de la ley estimaban.

FV: En los últimos días se desató una polémica debido a que Graciela Bianchi renunció a su banca en el Senado para ejercer en Diputados y esto encendió el debate con respecto al uso de la cuota.

EB: Acá hay distintos elementos a considerar. Por un lado la jerarquía de las Cámaras, donde últimamente se ha dado una jerarquización donde la Cámara de Senadores se ubica en un nivel superior a la de Diputados, cuando históricamente había figuras de alto nivel que ejercían en Diputados y se reservaban incluso el lugar para presidir la Cámara de Representantes, pero esto ha ido cambiando, incluso donde las intendencias se han ubicado en un paso intermedio entre ambas cámaras y son varios los que dejan su banca en Diputados para ejercer la intendencia.

Lo normal en cualquier caso es que quien es elegido para ambas cámaras opte por la Cámara de Senadores, el último caso que se recuerda que habiendo sido elegido para Senador y Diputado eligió ser diputado es el caso de Renán Rodríguez en 1958, al menos desde ahí para adelante siempre optaron por la Cámara de Senadores.

El problema con el caso de Graciela Bianchi es quizás el más sonado por distintos motivos. El primero es que hace una elección poco habitual. El segundo es que deja el lugar al hombre de confianza del líder del sector. El tercero es que las razones que se esgrimen hacen ver que efectivamente su lugar y su suplente fueron elegidos para esta eventualidad a la vez de cumplir con la cuota.

Una de las más firmes impulsoras de la ley de cuotas fue Mónica Xavier y el Partido Socialista la aplica internamente desde hace mucho tiempo. Sin embargo cuando Xavier dejó la banca para presidir el Frente Amplio fue reemplazada por un hombre. Si bien Xavier no fue elegida con la ley de cuotas, en el fondo pasó lo mismo, se perdió una mujer en el Senado, una de las 4 mujeres que había en el Senado. Pero tampoco se puede decir que todo el problema sea este, el problema está en que tal como estaba redactada la ley era esperable que se dieran estos casos, sean en forma deliberada o en forma casual. Por ejemplo:

- Cuando Bonomi abandone su banca para reasumir en el Ministerio del Interior, quedará en su lugar Ivonne Passada, sale un hombre y entra una mujer.

- Si Lucía Topolansky es electa intendenta de Montevideo, en su lugar en el Senado quedará Ruben Martínez Huelmo, sale una mujer y entra un hombre.

- Si Daniel Martínez es electo intendente de Montevideo, en su lugar en el Senado quedará Daisy Tourné, sale un hombre y entra una mujer.

FV: ¿Algún apunte final?

EB: Lo que queda básicamente es un debate interesante hacia adelante sobre la efectividad de la ley de cuotas por un lado y las formas de aplicación por otro.

No hay duda que las mujeres tienen mayores dificultades para alcanzar cargos de poder, donde la política es un ámbito masculinizado y que existen limitaciones para el avance de la mujer.

La ley de cuotas ayudó a una mayor presencia de mujeres en el Parlamento, básicamente en el Senado. En este sentido, en la discusión sobre la efectividad de la herramienta quedará una evaluación positiva por un lado pero insuficiente por otro.

En la discusión sobre las formas, parece razonable pensar que si se quiere mantener la cantidad de mujeres electas, la ley debería abarcar la totalidad de suplentes también y no sólo a las titulares.

Y también queda planteado otro tema y es la búsqueda de la equidad de género en cargos, porque lo que la ley plantea es sobre candidaturas, pero hay cargos que no son electivos (como ministerios, entes públicos, organismos autónomos, etc.) y donde también se podría pensar una discusión al respecto.