Radiocero y Radio Monte Carlo
El Partido Socialista viene de un largo conflicto que emerge hace 21 años, enseguida de las elecciones de 1994 y desemboca en estas elecciones parejas del pasado domingo, en que Mónica Xavier gana la secretaría general a Daniel Olesker por 23 votos en mil setecientos y pico. Pero la lista que respaldó a Olesker obtuvo la mayoría absoluta de los cargos electivos del Comité Central, 26 contra 25 […] Lo que se abre es un futuro incierto, complicado. Mónica Xavier deberá desplegar toda su experiencia, toda su sabiduría y todo su don de diálogo, para lograr que de aquí surja el fin de la larga confrontación interna. Lo que hace difícil el camino no es solo la intensidad y extensión de la confrontación, que quizás es lo más fácil de superar, sino la existencia de visiones ideológicas no del todo coincidentes y en algunos aspectos divergentes.
OAB: El Partido Socialista viene de un largo conflicto que emerge hace 21 años, enseguida de las elecciones de 1994 y desemboca en estas elecciones parejas del pasado domingo, en que Mónica Xavier gana la secretaría general a Daniel Olesker por 23 votos en mil setecientos y pico. Pero la lista que respaldó a Olesker obtuvo la mayoría absoluta de los cargos electivos del Comité Central, 26 contra 25 que obtuvieron las tres listas que respaldaron a Mónica Xavier. Aunque la suma de votos de estas tres listas fueron 23 más que los de la de Olesker, el haber votados divididos les hizo perder cocientes y con ello quedaron en minoría.
Hay que aclarar que es la primera vez que los socialistas realizan elecciones internas mediante representación proporcional integral. Antes, todos los cargos y candidaturas se elegían mediante voto personal, individual, sin listas. Ello determina, en eso coincide toda la teoría de sistemas electorales del mundo y los socialistas lo probaron en carne propia, a que una mayoría puede hacer elegir a todos los suyos y dejar a los otros casi sin representación, aunque esos otros sean apenas poco menos de la mitad. Ese sistema de voto personalizado entra dentro e la categoría de sistemas mayoritarios extremos, que son los totalmente opuestos a la proporcionalidad.
FV: ¿Qué te parece si hacemos un poco de historia?
OAB: El Partido Socialista vive un largo conflicto iniciado en la etapa posterior de la dictadura y que emerge después de las elecciones de 1994 entre dos grandes espacios: uno más afín al Partido Socialista tradicional, más clásico, siguiendo la conducción del entonces secretario general Reinaldo Gargano, y otra opuesta - que en algún momento se llamó de renovadores - que en parte podría identificarse con un seguimiento directo a Tabaré Vázquez.
Esto produce hechos importantes en los años 2000. En el año 2000, una vez que renuncia Reinaldo Gargano a la Secretaría General, por un año y medio el cargo de secretario general queda en manos de Ernesto Laguarda, quien reflejó en ese momento -o convergió en su figura- toda la oposición a Gargano. Laguarda levó una conducción de compromiso, con reparto equilibrado de cargos entre las dos tendencias. Este interregno terminó en el congreso siguiente, en 2001, donde hay un triunfo muy nítido de la conducción Gargano, su elección como presidente y la elección de Roberto Conde como secretario general .
Una segunda etapa comienza en 2005. Allí se e expresan cuatro corrientes: la que sigue a Gargano y la que sigue a Mónica Xavier que actúan de común acuerdo y postulan a Mónica Xavier como secretaria general del partido; y del otro lado el acuerdo entre la corriente seguidora de Manuel Laguarda y una nueva corriente que podríamos llamar tabarecista pura expresada en la candidatura de Eduardo Fernández. La corriente Laguarda y la corriente Eduardo Fernández se presentaron juntas en una lista o nómina que se llamaba “Acuerdo”; en ese acuerdo quedaba estipulado que la Secretaría General se disputaba a su vez entre Laguarda y Eduardo Fernández y correspondía al que tuviera más respaldo de los dos.
Del congreso de 2005 emerge un Comité Central prácticamente dividido mitad y mitad entre esas dos partes (la de Gargano-Xavier y la de Laguarda-Fernández) y dentro de la parte Laguarda-Fernández hay prevalencia del grupo Laguarda sobre el de Eduardo Fernández. Se puede decir que en ese Comité Central de cada diez miembros quedaron cinco de Gargano-Xavier, tres de Laguarda y dos de Eduardo Fernández. Había un voto de más de la parte Gargano-Xavier que de la parte del acuerdo Laguarda-Fernández. Pero un miembro -electo por el grupo Gargano-Xavier- cambia su voto y define que no fuera electa Mónica Xavier. Muchos vieron en ese cambio de voto la mano de Tabaré Vázquez.
Y del otro lado, del opositor a Gargano-Xavier, Laguarda fue más votado que Eduardo “Lalo” Fernández y con mayor cantidad de miembros en el Comité Central. Pero surge una serie de juegos que lo obligan a retirar su candidatura para posibilitar la elección de Eduardo Fernández
FV: ¿Y cómo sigue la historia?
OAB: El partido sigue dividido de manera pareja. El oficialismo se abre con la aparición de figuras como Yerú Pardiñas, que ejerce la secretaría general de noviembre de 2008 hasta ahora y por ese sistema el dominio en cargos del oficialismo fue total.
El sector garganista, denominado ortodoxo por sus contendores y por cierto sector de la prensa, se reconstruye con nuevas figuras, entre las que destacan los ex ministros Daniel Olesker y Roberto Kreimerman, y como referente de esa militancia el joven diputado Gonzalo Civila. Y pasan a denominarse “removedores”.
Por su parte, Mónica Xavier queda más próxima a Vázquez, y en ella pasan a confuir distintas corrientes, como la que siempre lo respaldó, la de Eduardo Lalo Fernández y la de Manuel Laguarda. Ese es el tridente que la catapulta a la Secretaría General en las elecciones del pasado domingo.
Pero es necesario remarcar como detonante que lleva a que los socialistas cambien los estatutos y opten por la proporcionalidad, lo ocurrido con la designación de candidatos en 2014. A nivel nacional, en el congreso nacional se impone una mayoría que excluye de todos los cargos elegibles a la gente de la corriente removedora o garganista. La obra la completa el Comité Central al adoptar un extraño sistema de suplentes que dejó a Daniel Olesker sin posibilidades de ingresar al Senado como titular .
El sector removedor replica con una jugada similar. Domina el Congreso de Montevideo y excluye de los lugares salibles a todos los diputados. Fue un juego sangriento que dejó muy herido y dividido al grupo político, y habilitó reglas de juego más afines a la tradición uruguaya de forma de dirimir el disenso y de dirimir el poder.
FV: ¿Y ahora?
OAB: Ahora el resultado fue:
Lista 4 – Olesker-Civila – 49%,3 de los votos y 26 cargos
Lista 1 – Mónica Xavier y su gente – 23,4% y 12 cargos
Lista 2 – Julio Bango y Eduardo “Lalo” Fernández, en apoyo de Mónica para secretaria general, 17,0% y 8 cargos
Lista 3 - Manuel Laguarda, también en apoyo a Mónica, 10,3% y 5 cargos.
Corresponde aclarar que la Lista 4 pese a obtener la mayoría absoluta de los cargos electivos , no va a tener plenamente la mayoría absoluta, no es necesariamente seguro porque además de los cargos elegidos por lo afiliados, se suman 22 cargos designados: 1 por cada departamental y 3 por la juventud. Allí la proporcionalidad otra vez desaparece.
Con el peso de los cargos no electivos, y el hecho de que Montevideo pese 1 en 22, las corrientes que respaldaron a Mónica Xavier pueden quedar con mayoría absoluta.
FV: ¿Y qué se abre de ahora en adelante?
OAB: Lo que se abre es un futuro incierto, complicado. Mónica Xavier deberá desplegar toda su experiencia, toda su sabiduría y todo su don de diálogo, para lograr que de aquí surja el fin de la larga confrontación interna.
Lo que hace difícil el camino no es solo la intensidad y extensión de la confrontación, que quizás es lo más fácil de superar, sino la existencia de visiones ideológicas no del todo coincidentes y en algunos aspectos divergentes.