Radiocero y Radio Monte Carlo
[En Italia entre 2006 y 2008) empezó a verse una experiencia insólita: primeras figuras, dirigentes y militantes de varios sectores y partidos de la alianza de gobierno, convocaban a la plaza pública a manifestar contra el gobierno […] a poco de andar, en febrero de 2008, el gobierno no pudo resistir más esas contradicciones internas [Ahora en Uruguay, una situación similar] es muy importante para el presidente de la República. De cómo lo encare y de cómo lo pueda resolver dependerá el nivel de paz con que pueda encarar los desafíos externos, externos al oficialismo y externos al Uruguay.
OAB: Vamos a hablar de Uruguay, pero primero vamos a presentar una situación política que ocurrió en Italia entre mayo de 2006 y febrero de 2008, hace pues entre ocho y diez años. Es que una forma muy instructiva de ver la propia realidad y de aprender, es prestar atención a experiencias ajenas, particularmente de países que corresponden a nuestro universo cultural y cuentan con un sistema político con mucha semejanza con el nuestro. Aunque ahora es un poco diferente, en los últimos 70 años el sistema político más parecido al uruguayo ha sido el sistema político italiano.
En Italia en las elecciones de abril de 2006 ganó una amplia coalición de centro izquierda que llevó a la Presidencia del Gobierno al profesor Romano Prodi, un economista de primera línea. La coalición tuvo como dos elementos centrales al poscomunismo, es decir al transformado Partido Comunista Italiano, el más poderoso de Occidente, y al ala izquierda de la Democracia Cristiana. Pero conformó además un gran arco, que en términos uruguayos podemos decir que fue desde lo que aquí es Alianza Nacional -el sector blanco que tiene como referente a Jorge Larrañaga- hasta lo que aquí es Unidad Popular, en cuyo seno hay sectores libertarios y otros de cuño marxista leninista no soviético. Pero además, con sectores como el Partido de los Comunistas Italianos que cuando la transformación del viejo partido se mantuvo firme en las viejas concepciones, es decir, para usar una terminología en boga en Uruguay, un comunismo ultra ortodoxo. Como se puede ver, es un arco amplísimo, muy difícil de conciliar una punta con la otra.
A poco de andar el gobierno Prodi, cuando ya comenzaba en Italia la necesidad de hacer algún que otro ajuste de cinturón, empezó a verse una experiencia insólita: primeras figuras, dirigentes y militantes de varios sectores y partidos de la alianza de gobierno, convocaban a la plaza pública a manifestar contra el gobierno. Cuando digo primeras figuras, digo ministros del gobierno que iban a la plaza a manifestar contra el gobierno. Y a sectores del gobierno que llamaban a realizar paros y protestas contra el mismo gobierno que integraban.
Demás estar decir que casi todos los dirigentes sindicales eran miembros de los partidos y grupos políticos de esa gran coalición de gobierno.
FV: Aalgo hemos visto de integrantes de un gobierno que apoyan paros contra las políticas de ese mismo gobierno.
OAB: Exacto. Para terminar el cuento una anécdota personal. Allá por el año 2007, conversando en la sede del Gobierno con el Secretario General del Gobierno de Italia, un gran amigo personal, me expresó sus dudas que con esas prácticas se llegase a buen puerto. Estamos hablando de un sistema parlamentario, que no tiene la firmeza de un sistema presidencial, donde el presidente sí o sí dura todo el periodo, en el caso uruguayo cinco años. Pero lo cierto es que a poco de andar, en febrero de 2008, el gobierno no pudo resistir más esas contradicciones internas y se tuvo que ir a elecciones anticipadas. Como no podía ser de otra manera, en esas elecciones el centro izquierda perdió el gobierno y retornó Silvio Berlusconi.
FV: ¿Y por casa cómo andamos?
OAB: Bueno, creo que no fui ni demasiado indirecto ni demasiado sutil al contar lo de Italia. El jueves 14 de julio, jueves de la semana pasada, hubo un paro general convocado por el PIT-CNT. Ese paro contó con el apoyo explícito del Partido Comunista de Uruguay, el PCU, y del Partido por la Victoria del Pueblo, el PVP.
El PCU cuenta directamente con un diputado, además de con sus aliados de la Lista 1001 contar con un senador. El PVP cuenta con un diputado. Así que dos diputados de la mayoría, sin los cuales el Frente Amplio no tendría mayoría parlamentaria, más la viceministra de Desarrollo Social, el Director Nacional de Trabajo y directores de organismos públicos, todos ellos son dirigentes de sectores que convocaron de manera pública y entusiasta al paro general.
Además, los sindicalistas afiliados al PCU constituyen una de las principales corrientes del PIT-CNT, quizás la más importante de todas. Y hay dirigentes sindicales que son militantes del PVP. Pero un dato no menor es que la abrumadora mayoría de dirigentes del PIT-CNT, del secretariado y de la Mesa Representativa, son afiliados, militantes y hasta dirigentes de sectores integrantes del Frente Amplio, es decir, del partido de gobierno.
FV: ¿Y qué pasa?
OAB: El qué pasa es un tema muy importante para la cohesión del gobierno y para el devenir del gobierno.
Lo primero que hay que interpretar si el gobierno está siendo golpeado o cuestionado desde el exterior o desde el interior. Es decir ¿es un movimiento social que cuestiona la política del gobierno o es un juego de fuerzas al interior del partido de gobierno, al interior del oficialismo?
Si es un cuestionamiento externo, eso quiere decir que un movimiento social, por fuera de la lucha política y sin que intervenga la política, se enfrenta a la política económica del gobierno.
Pero en el caso de que sea un juego de fuerzas al interior del partido de gobierno ¿entre quienes y cómo? Parecería que es entre los sectores que impulsan una política económica diferente y los que apoyan la política de la actual conducción económica a cuyo frente se encuentra Danilo Astori. La línea política del Equipo Económico aparece clarificada en las medidas de ajuste propuestas en la Rendición de Cuentas.
Del otro lado, hay varios sectores que difieren pública de la concepción del Equipo Económico, que tienen una visión distinta de cómo se deben enfrentar los retos económicos, quien debe pagar el pato de la boda. En esta línea están fuera de toda duda el PCU, el PVP, el socialismo garganista y en cierto modo el MPP.
Entonces, el cuestionamiento a la política económica se hace no solo dentro de las instancias formales del Frente Amplio, de su bancada y estructura, sino mediante el juego político en las organizaciones sociales. Es un poder muy fuerte que permite condicionar y atacar al gobierno y a su Equipo Económico.
Esto no quiere decir que los sectores más duros usen al movimiento sindical en contra de la opinión de los trabajadores sindicalizados. No es así. Porque si pueden jugar la política en base al movimiento sindical es porque hay un sector importante de los trabajadores sindicalizados que resiste la política económica del gobierno, al menos en cuanto los afecta como asalariados, en primer término el aumento del IRPF sobre los sueldos y los lineamientos de ajuste salarial.
Sin duda este tema es muy importante para el presidente de la República. De cómo lo encare y de cómo lo pueda resolver dependerá el nivel de paz con que pueda encarar los desafíos externos, externos al oficialismo y externos al Uruguay.