Radiocero y Radio Monte Carlo
La gente siempre tuvo una valoración positiva de la orientación de los gobiernos frenteamplistas y siempre tuvo una valoración negativa de la gestión de los gobiernos frenteamplistas, desde 2011 hasta ahora. Hoy por hoy el 52% ve bien la orientación y el 46% la ve mal. A su vez, el 86% ve mal la gestión y el 12% la ve bien.
OAB: Un gobierno puede ser valorado o juzgado de muchas maneras. Una muy simple es cuando se valora si se aprueba o se desaprueba el desempeño del presidente de la República. Eso es muy simple, en un único juicio cada uno expresa todo lo que siente, sin matices y sin discriminación. Otra forma más abarcativa es cuando la gente expresa su opinión sobre el gobierno en general y no solamente sobre el presidente. Y es más matizada cuando en lugar de a ir a un simple aprueba-desaprueba, los juicios se expresan en una escala de muy bueno, malo, ni bueno ni malo, malo o muy malo.
Si se quiere ir a algo más sofisticado, es cuando se pide la valoración del gobierno en diversos temas o áreas temáticas. Por ejemplo, cómo valora la política exterior, o la de seguridad pública, o el manejo de la economía, o el manejo del dólar, o la política agropecuaria, o la educativa, o de salud, o las políticas sociales. Pero hay otra forma de mirar, que es muy importante, cuando se separa por un lado la aprobación o rechazo a la orientación del gobierno y por otro lado la gestión. Por un lado se mira si la orientación, el rumbo del gobierno, sus objetivos, reciben o no el napoyo de uno. Lo otro es cuando, independientemente de que se coincida o no con el rumbo, se considera buena o mala la gestión, el desempeño, digamos que el aterrizaje de las ideas.
Esta distinción es muy importante a la hora de mirar qué piensa la gente de un gobierno, o en el caso nuestro, del gobierno uruguayo y más específicamente del gobierno del Frente Amplio, del que ahora preside Tabaré Vázquez y antes presidió José Mujica.
FV: ¿Y qué pasa con ese mirar distinto? ¿Qué sentido práctico tiene?
OAB: Mucho, si la discrepancia de la gente es con la orientación, con el rumbo, eso quiere decir que lo que es previsible que en instancias electorales posteriores la gente va a buscar algo completamente distinto, que tenga ideas diferentes, rumbo diferente. En cambio, cuando hay apoyo a la orientación pero el desafecto es con la gestión, entonces lo que hay que esperar es que la gente apoye a algo que comparta la orientación del gobierno pero ofrezca mejores posibilidades de gestión.
Dicho de manera muy simple. Si el desafecto es con la orientación, la gente busca un cambio ideológico, un cambio de programa, quiere ideas diferentes. Si el desafecto es solo con la gestión, la gente lo que quiere es que con las mismas o parecidas ideas, cambien los elencos y haya gente con mayor capacidad de gestión, de manejo, de gerenciamiento.
La diferencia entonces no es menor. No es lo mismo que la lucha se de dentro de las mismas ideas en una competencia de capacidades, a que se plantee una confrontación de ideas. Siempre por supuesto una competencia de capacidades dentro de quienes comparten una misma orientación.
FV: Y ahora sí: en el título tu planteabas que no hay coincidencia en los juicios sobre la orientación y con los de la gestión.
OAB: Bueno, vemos que los juicios en general no coinciden o no coinciden demasiado. El Instituto Factum comenzó a medir de esta manera en el año 2011, es decir, comenzó a medir la valoración de la orientación del gobierno y la valoración de la gestión del gobierno. Esa medición se viene haciendo una vez por año, excepto en el 2015 en que se hizo dos mediciones, una referida al saliente gobierno de Mujica y otra al entrante gobierno de Vázquez. Por lo que en total se llevan hechas siete mediciones.
Y de aquí surge algo muy pero muy importante. La gente está de acuerdo con la orientación del gobierno. Esto es realmente importante. La mayoría del país no está insatisfecha con la orientación del gobierno, no quiere un cambio de rumbo. Aunque sí comienza a bajar la satisfacción con la orientación o el rumbo.
El acuerdo con la orientación del gobierno ha tenido el respaldo de entre el 64% y el 81%. El punto más bajo había sido en 2013 y el más alto al final de la administración Mujica en 2015. Y ahora se produce una baja importante, ya que el acuerdo con la orientación cae al 52%. Pero lo que es claro es que la mayoría absoluta de los uruguayos sigue de acuerdo con la orientación de los gobiernos frenteamplistas, con el rumbo trazado.
El desacuerdo con la orientación osciló entre un mínimo del 14% al final del gobierno Mujica y un máximo del 31% en 2012 y 2013. Pero ahora ese máximo sube hasta el 46%.
Hay sin duda mayores disconformidades que antes con la orientación del gobierno, pero todavía es un juicio minoritario la conformidad. Sigue predominando un juicio positivo sobre la orientación del gobierno: 52 contra 46.
FV: Bien, queda claro que la mayoría del país está de acuerdo con la orientación del gobierno, y esto desde que se empezó a medir en 2011 hasta ahora ¿y qué pasa con la gestión?
OAB: Esto es otro cantar. Con la gestión ocurre todo lo contrario. Siempre predominó un juicio negativo sobre la gestión. Ha oscilado entre un 54% al comienzo del nuevo gobierno Vázquez y un 79% en 2012 y 2013, pero ahora superó esa marca y el desafecto con la gestión es del 86%
A su vez, el ver bien la gestión ha oscilado entre el 16% en 2013 y un máximo del 40% al comienzo del nuevo gobierno Vázquez. Pero ahora el ver bien la gestión recoge tan solo el 12%, es el punto más bajo de la serie.
FV: ¿Resumen?
OAB: La gente siempre tuvo una valoración positiva de la orientación de los gobiernos frenteamplistas y siempre tuvo una valoración negativa de la gestión de los gobiernos frenteamplistas, desde 2011 hasta ahora. Hoy por hoy el 52% ve bien la orientación y el 46% la ve mal. A su vez, el 86% ve mal la gestión y el 12% la ve bien.
De todo ello surge algo muy claro. Hoy por hoy la mayoría de la gente coincide con la orientación, con el rumbo de los gobiernos frenteamplistas y discrepa fuertemente con la gestión, con la ejecución, con el aterrizaje de esa orientación.
Eso hace ver que la discusión de fondo, la que termina aterrizando en el voto, debe ser no una discusión ideológica, no una discusión de ideas o programas, sino una discusión sobre la capacidad de cada uno de gestionar mejor, de gerenciar el gobierno, es una discusión sobre capacidades y no sobre ideas, una competencia de capacidades dentro de quienes comparten una misma orientación..
FICHA TÉCNICA | |
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TIPO | Encuesta Nacional Factum |
REALIZADO POR | Instituto Factum |
METODO DE RECOLECCION DE DATOS | Multimétodo |
UNIVERSO DE REPRESENTACION | Todo el país |
UNIVERSO DE INDIVIDUOS | Personas residentes en los respectivos hogares de 15 y más años de edad |
MUESTRA | Aleatorio |
TOTAL DE CASOS PRESENTADOS | 502 casos |
FECHA DE REALIZACIÓN | 18 al 28 de Junio 2016 |
Máximo margen de error estadístico para el total de la muestra, para un nivel de confianza de 2 sigmas | +/- 4,5% |
MARGENES DE ERROR ESTADÍSTICO
Los márgenes de error estadístico están relacionados con el nivel de confianza y con el porcentaje en relación al cual se pretende establecer el margen de error. Se trabaja con dos niveles de confianza: de un sigma (68.27%) y de dos sigmas (95.45%). Esto significa que en 68 de cada 100 encuestas los márgenes de error quedan comprendidos dentro de los parámetros de un sigma, en otras 27 encuestas los márgenes de error quedan comprendidos dentro de los parámetros de dos sigmas y en 5 de cada 100 encuestas los márgenes de error quedan fuera de los parámetros mencionados.
En consecuencia, para una muestra global simple de 502 casos, y para una opinión que recoge el 50% de los casos (p.q=0.5) el margen de error es de 2.2% en el nivel de confianza de un sigma y de 4.5% en el de dos sigmas. Ello quiere decir que ese porcentaje tiene 68 posibilidades en 100 de oscilar entre 47.8% y 52.2%, y otras 27 posibilidades de moverse entre 45.5% y 54.5%. Hay otras 5 posibilidades de tener márgenes de error estadístico mayores y no controlables.
Es necesario advertir que el margen de error no es el mismo para todos los porcentajes obtenidos, sino que varía de acuerdo al mismo. El máximo margen de error corresponde a la categoría que recoge el 50% de los casos (p.q=0.5).
Por ejemplo, si se expresa que el máximo margen de error es de 4.5% (como en esta encuesta), ese porcentaje va a ser menor si los porcentajes obtenidos por la categoría son menores o mayores a 50%.