20 Oct. 2018

Tipos de “elecciones internas”

Oscar A. Bottinelli1

El Observador

En cuanto al nivel de competitividad … el Partido Nacional es el que siempre presento una competencia real […] El Partido Colorado solo exhibió competencia real en la primera de las instancias, en 1999. En las tres siguientes la competencia fue formal […] El Frente Amplioes el único que ha exhibido los tres tipos […] La razón de la competencia formal es que la elección presidencial no es el único nivel de competencia, ya que en octubre se realizan … las elecciones parlamentarias

Hay tres: sin competencia, con competencia real y con competencia formal

El 30 de junio del año venidero se realizarán las llamadas “elecciones internas”, que en realidad son elecciones generales del Cuerpo Electoral para la elección de candidatos únicos presidenciales, del Órgano Deliberativo Nacional con fines electorales (ODN) y de los 19 órganos deliberativos departamentales (ODD) de todos los partidos políticos. Son elecciones convocadas, organizadas y juzgadas por la Justicia Electoral; el padrón es el Cuerpo Electoral nacional y el voto es secreto inclusive por el partido que se vota. Por tal razón, son elecciones nacionales internas. También corresponde diferenciarlas de las elecciones propiamente internas de los partidos, como las realizadas por el Frente Amplio en julio de 2016.

Desde el punto de la sustancia política, en cuanto al nivel de competitividad por la candidatura presidencial, las elecciones nacionales internas pueden ser de tres tipos: sin competencia, con competencia real y con competencia estrictamente formal. Elecciones sin competencia son aquéllas en que hay un solo precandidato presidencial en un partido. Elecciones con competencia real son las que no solamente hay más de un precandidato, sino que al menos hasta 60 días antes existe una duda razonable sobre quien pudiere resultar el vencedor, es decir, el que supere el 50% de los votos emitidos en favor del propio lema, o habiendo obtenido no menos del 40% logre además una distancia de 10 puntos porcentuales sobre el segundo. Elecciones con competencia formal, por tato sin verdadera competitividad, son las que habiendo más de un precandidato, existe una percepción de escasas o nulas probabilidades que el resultado fuese otro que el triunfo del precandidato favorito en las principales encuestas. Desde que se instauró el presente mecanismo de candidatura única por partido y definición de la misma en elecciones nacionales internas, se han realizado cuatro actos electorales en abril de 1999, junio de 2004, junio de 2009 y junio de 2014. Fuera de los tres grandes partidos, todos los partidos que obtuvieron representación parlamentaria fueron a elecciones nacionales internas sin competencia presidencial. Por tanto, de cuatro grandes partidos en tres actores electorales surgen 16 elecciones. En cuanto al nivel de competitividad, se observa que el Partido Nacional es el que siempre presento una competencia real: en 1999 centrada entre Luis Alberto Lacalle y Juan Andrés Ramírez, tanto en 2004 como en 2009 entre Luis Alberto Lacalle y Jorge Larrañaga, y en 2014 entre Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga. Es decir, el Partido Nacional hasta ahora siempre ha exhibido competencia real.

El Partido Colorado, por su parte, solo exhibió competencia real en la primera de las instancias, en 1999, con el enfrentamiento entre Jorge Batlle y Luis Hierro López. En las tres siguientes la competencia fue formal, dado el dominio del precandidato con mayor intención de voto: Guillermo Stirling en 2004 (seguido de Alberto Iglesias) y Pedro Bordaberry en 2009 y 2014 (en ambas seguido de José Amorín Batlle).

El Frente Amplio, por su parte, es el único que ha exhibido los tres tipos. Una vez, en 2004, no tuvo competencia siquiera formal, con la precandidatura única de Tabaré Vázquez. Al contrario, en 2009 presentó una competencia real entre José Mujica y Danilo Astori. Mientras que en 1999 y en 2014 su formato fue de competitividad formal siempre de un lado Tabaré Vázquez, y del otro o Danilo Astori (1999) o Constanza Moreira (2014).

La pregunta que algunos se hacen es cuál es la razón de la competencia formal. Muy sencilla: la elección presidencial no es el único nivel de competencia, ya que en octubre se realizan las elecciones nacionales completas, en las cuales adquiere singular relevancia las elecciones parlamentarias, tanto de senadores como de diputados. Entonces, una precandidatura presidencial sin probabilidad alguna de triunfo, es un buen escenario para proyectar un espacio diferente al espacio dominante que representa el precandidato presidencial principal, que luego deviene en candidato único del partido. Esto fue muy importante para el mantenimiento o exhibición de un perfil diferenciado por Danilo Astori en 1999, para Propuesta Batllista o Batllistas de Ley (según el momento) reflejados en el nombre de José Amorín Batlle y para Constanza Moreira en 2014, enfrentada a todo el establishment frenteamplista (Vázquez, Mujica, Astori, socialistas, comunistas).

Las elecciones del 30 de junio de 2019 serán las quintas por el nuevo sistema, las quintas elecciones nacionales internas. Por lo que se ve por ahora, el Partido Nacional va camino a continuar su tradición de elecciones verdaderamente competitivas. El Partido Colorado, por el contrario, si se confirma la presentación de la candidatura de Julio Ma. Sanguinetti, continuará con su nueva tradición de ir a elecciones de competencia formal pero no real (cabe repetir, hasta ahora solo tuvo competitividad real en 1999).

En cuanto al Frente Amplio depende de cómo terminen de cuajar las definiciones presidenciales, en particular por dónde piensa ir el Movimiento de Participación Popular y el Espacio 609. Si no se diera la candidatura de José Mujica, que las últimas señales indican que va por el no, lo verdaderamente relevante es si impulsan un candidato (propio o en apoyo a alguno de los que están en liza) o llegan a una acuerdo con u otorgan su apoyo a Daniel Martínez. Un acuerdo 609-Martínez cerraría definitivamente la candidatura presidencial del Frente Amplio y haría derivar las elecciones nacionales internas hacia una competencia formal (si los demás precandidatos se mantienen) o en una ausencia de competencia (si los demás se retiran). Un apoyo a otro candidato dejaría la duda por un tiempo si el Frente Amplio va en verdad a una competencia real (y entonces la otra incógnita es quién es el desafiante o la desafiante real) o va a una competencia formal.


1 Profesor Titular de Sistema Electoral (en calidad de Docente Libre) de la Universidad de la República, Facultad de Ciencias Sociales, departamento de Ciencia Política