Radio Uruguay - Puntos de Vista
Cómo se distribuye la intención de voto entre los distintos partidos según la región geográfica, la edad, la clase social y el interés por la política, según la Encuesta Nacional FACTUM Agosto/Setiembre 2019.
L.C.: Recordemos en qué números nos apoyamos a la hora de ver cómo se distribuye la estimación de votos entre los partidos de acuerdo a las características de la población, la edad, la clase social, el interés en la política.
E.B.: Es la encuesta de fin de agosto, principios de setiembre, con 1004 casos, 502 de telefonía fija y 502 de telefonía celular, hombres y mujeres de todo el país que estén en condiciones de votar el 27 de octubre, con un margen de error, para el total de la muestra, de +-3,2%.
L.C.: Recordemos los datos más sobresalientes de esa encuesta.
E.B.: Frente Amplio 39%, Partido Nacional 26%, Partido Colorado 18%, Cabildo Abierto 8%, Partido de la Gente y Partido Independiente 2% cada uno, y con 1% Unidad Popular, Partido Ecologista Radical Intransigente y Partido Verde Animalista, con un 3% de votos en blanco, anulados y otros partidos que tienen algunos decimales.
L.C.: Con esta foto hay otras conclusiones que se pueden hacer. Por ejemplo, veamos cómo difiere el comportamiento de los votantes en Montevideo respecto al interior.
E.B.: En general, trabajamos con los datos agregados, es decir, el dato final de la encuesta, el número, que atrás tiene mucha información que es interesante ir desagregando. Podemos empezar por la distinción por área geográfica, en dos grandes bloques, que son Montevideo y el interior. En esa división vemos, claramente, que el FA sigue siendo más fuerte en la capital que en el interior. Está teniendo algún problema en el interior, algún problema en las clases bajas, pero sigue siendo más fuerte en Montevideo, a diferencia de lo que pasa con el resto de los tres grandes partidos con los que está compitiendo. El PN es más fuerte en el interior que en Montevideo, en el entorno del 20% en Montevideo y el 30% en el interior. El PC también está más fuerte en el interior que en Montevideo, y Cabildo Abierto, levemente, también. Lo que es diferente es la proporción de intención de voto que tiene el conjunto de los otros partidos entre Montevideo y el interior. Es el doble en Montevideo. Son partidos que tienen una concentración más fuerte en la capital que en el interior. Ese es un primer dato de división entre Montevideo y el interior.
L.C.: ¿Y si llevamos este desagregado a las franjas etarias?
E.B.: Acá tenemos un fenómeno interesante. Hemos visto, a lo largo de las últimas elecciones, que el FA ha ido perdiendo muy levemente en los nuevos votantes. Sigue siendo la opción mayoritaria, lejos, con una distancia considerable, pero está teniendo algunas dificultades, y esperamos que, para esta elección, si entre 2009 y 2014 perdió, más o menos, un punto y medio de penetración en ese segmento, ahora pierda entre dos y tres puntos más. Podemos llamarle estancamiento, pero también empieza una fase de leve descenso que hay que ver cómo termina. Hay que esperar a ver qué sucede con esto pero, tal como venimos viendo el comportamiento electoral, no solo a través de encuestas sino de las estructuras etarias a lo largo del tiempo, vemos que este puede ser el momento en que puede darse el primer quiebre. De los 200 y pico de miles de votos que entran en cada elección, más o menos la mitad son del FA, pero ya no es más de la mitad.
L.C.: ¿Quién empieza a terciar más fuerte allí? ¿El PC a través de Talvi?
E.B.: Ahí hay una primera explicación. El PC tendía a aumentar su participación dentro de la intención de voto a medida que aumentaba la edad. Eso ha cambiado en estas elecciones, y lo que sucede es que el PC tiene, en las dos primeras franjas etarias que manejamos, de 18 a 32 años, y de 33 a 47 años, un nivel de participación similar a los de mayores de los 60 años. Donde tiene un poco menos es entre los 48 y los 60 años. Ahí hay cuestiones generacionales que se vinculan, donde está más fuerte el PN y también el FA como segundo tramo etario de fortaleza. Pero el PC, que tenía un comportamiento de crecimiento en su participación a medida que aumentaba la edad, ahora es más homogéneo a lo largo de los tramos etarios. El FA tiene una participación más fuerte en los jóvenes, sigue siendo su lugar más importante, junto con una generación que es la que tiene entre 48 y 60 años, que es la que se socializó políticamente, en términos de voto, a la entrada de la dictadura, y vivió la dictadura. Donde no está tan fuerte es entre los anteriores, los de más de 60 años, que votaron por primera vez en 1962, y entre los que votaron por primera vez a la salida de la dictadura. Y sigue manteniendo una fortaleza entre quienes han votado en elecciones donde el FA ha ganado, de 2004 en adelante. Y el PN tiene su fortaleza, con un comportamiento similar a lo que pasaba, antes, con el PC. Tiene una participación del entorno del 20%, 22% en los dos tramos etarios más jóvenes, entre los menores de 47 años, y tiene un comportamiento mayor, en el entorno del 30%, 32%, en los mayores de 48 años. Tiene dos núcleos en los que la edad parte, un poco, su fortaleza. En el caso de CA, tiene una menor presencia en los mayores de 60 años. Su presencia es bastante homogénea en los menores de 60 años.
L.C.: ¿Y si lo vemos por el interés en la política?
E.B.: Hay diferencias, y hay diferencias con la encuesta anterior. Talvi aparecía más fuerte entre los interesados en política de lo que aparece hoy. Talvi y el PC; ahí creo que hay un elemento importante. Cómo las estructuras del PC empiezan a funcionar y cómo uno de los elementos sobre lo que veíamos acerca del crecimiento de Talvi, empieza a ser atacado por el FA, tratando de recuperar un electorado que estaba perdiendo. Por el “centro”, pero por el centro más calificado, más informado, con más interés en la política. Ahí es donde estamos viendo, en un movimiento, que hay que esperar a ver si sigue, que el FA desciende su intención de voto a medida que desciende el interés en la política. El FA está recogiendo más en los más interesados, un poco menos en los que tienen una actitud más neutra hacia la política, y menos en los menos interesados. En los más interesados tenemos un 43% del FA, un 26% del PN y un 16% del PC, con un 7% de CA, y un 7% de las otras opciones. En los que no les interesa, el FA tiene un 27%, el PN está más o menos en los mismos niveles, 23 %. El PC tiene 16% en los interesados y 22% en los no interesados, y es exactamente al revés de lo que sucedía hace un mes.
L.C.: ¿Cómo cambió eso?
E.B.: Eso tiene que ver con las clases sociales. Las variables están muy correlacionadas, porque tiende a haber mayor interés en política en las clases más altas, que está ligado al nivel educativo. Lo otro es que las otras opciones, básicamente el voto en blanco, anulado, hoy se expresa fundamentalmente en los no interesados en la política. Pero si vamos a las clases sociales, vemos que el FA tiene un comportamiento similar al interés en la política; a medida que desciende la clase social desciende la intención de voto al FA. En el caso del PN el proceso es inverso: a medida que desciende la clase social aumenta la intención de voto, y lo mismo sucede en el caso de CA. Y en el caso del PC, en la encuesta anterior, mostraba un comportamiento similar al que hoy muestra el FA: a medida que descendía la clase social descendía la penetración que tenía el PC. Esto parece haber tenido un cambio, y hay que contrastarlo con una nueva encuesta, pero es una primera señal de dos elementos: que había un estancamiento, con un leve descenso del PC respecto de la encuesta anterior, y que hay un pequeño crecimiento del FA. Eso, cuando analizamos a la interna de estas variables, vemos que, probablemente una parte del electorado que estaba perdiendo el FA por el centro informado, básicamente del astorismo, hoy representado por Bergara, y la salida de Astori a escena, parece haber tenido un efecto sobre la composición del electorado del FA, e incidió en otra. Mostrando, también, cómo estamos en un escenario con una variabilidad más alta que la que veíamos en otros contextos, donde hay barreras que no son tan duras entre algunos partidos, y que hay otros elementos que hacen que las personas elijan entre una y otra opción.
L.C.: La clave para los partidos, este mes, es cómo captar a los potenciales votantes.
E.B.: Exactamente. Cada uno de los partidos tiene sus fortalezas, sus debilidades, donde ha ido mejorando y donde ha ido empeorando, y eso es lo que se juega a hora. Tenemos el debate la semana que viene, que puede ser un elemento importante.
L.C.: ¿Podemos esperar cambios bruscos a partir de un debate?
E.B.: Cambios bruscos es difícil. La mayor cantidad de intención de voto que han captado estos candidatos son votos estructurales o más o menos decididos. En lo que hemos presentado vimos que existe un Voto fuerte y un Voto que expresa algún tipo de debilidad. Este último está en disputa, y el debate puede tener alguna incidencia. Creo que lo que sí puede dar es donde alguno pueda diferenciarse del otro, en una impronta presidencialista. Más allá de las propuestas. Salvo que venga alguna sorpresa, que no son de esperar. Que pegue más desde el punto de vista emocional y de imagen, de postura y de manejo de la información.