06 Nov. 2019

Comparativo Elecciones Nacionales 1999-2019

Eduardo Bottinelli - Diálogo con Pilar Teijeiro

TV Ciudad - Informe Capital

"En el año 99, el FA tenía un aliado directo, y ahora no lo tiene. Esa es una conclusión. No tiene con quién acordar directamente, como tenía en el 99, a un 4,4% que sumaba el NE. Por eso la estrategia que adoptó el FA ahora es de ir voto a voto, a buscar de otro lado porque no tiene con quién aliarse. En el 99, la suma del PN y el PC era del 54%, y en la segunda vuelta lo votó el 51,6%. Hoy, la suma de ambos, es el 41%, es decir, un 13% menos que hace 20 años".

P.T.: Vamos a analizar la elección más parecida a la que se presenta en 2019, que fue la del 99.

E.B.: La primera vez que se aplicó el balotaje fue en el 99, y terminó con el triunfo de Jorge Batlle. Hay una similitud entre lo que votó el Frente Amplio ahora con lo que votó en esa ocasión.

P.T.: En ninguna de las dos elecciones alcanzó el 40%.

E.B.: 39% es el porcentaje que sacó el FA en el escrutinio final. En el escrutinio primario había estado en 39,2%. Ha habido variaciones en función de llegar al escrutinio definitivo, con la apertura de los observados y demás. En el 99 sacó 39,1%. En esa oportunidad, el FA votó el 39,1%. Estaba el Nuevo Espacio, que votó con el 4,4%. El Partido Nacional, que fue el tercer partido, 21,7%, y el Partido Colorado aparecía con 31,9%. Los otros partidos sumaban 0,8%, y el voto en blanco y anulado fue el 2%.

P.T.: Hubo menor atomización.

E.B.: Sí. Es más: “otros partidos” era la Unión Cívica, no había más que recolectaran una cierta cantidad de votos. Había una menor cantidad de partidos, y ese es el primer fenómeno que vemos. El segundo movimiento muestra los bloques. Uno era el FA más el NE, que sumaban el 43,5%. El FA tuvo una capacidad de crecimiento a partir de la alianza con el NE, que terminó siendo el Encuentro Progresista-Nueva Mayoría en 2004. Fue esa construcción, a partir de esa unión con el NE, que el FA llega en 2004 al Gobierno. Pero en el 99 votan separados y van juntos a la segunda vuelta.

P.T.: Había ciertas afinidades, que hoy no tiene.

E.B.: La otra familia, el PN y el PC, hacen una alianza conjunta para ir a la segunda vuelta con un documento firmado y una foto conjunta. Esos dos partidos llegaban al 53,6%. Después vimos que, en la segunda vuelta, el voto a Batlle fue levemente inferior a la suma del PC más el PN, y Batlle recogió el 51,6%. El caso de Vázquez, con la suma del Encuentro Progresista-FA con el NE, que era de 43,5%, votó 44,1%, tuvo un leve crecimiento. El resto fue votos en blanco y anulados, que aumentaron de la primera a la segunda vuelta. Si miramos el panorama del 99, tiene algunas similitudes, pero tiene también varias diferencias.

P.T.: En el 99, los votantes respondieron a las estructuras partidarias.

E.B.: Sí. Era la primera vez que se aplicaba el balotaje, y no había un ejercicio de acostumbramiento de la primera vuelta como una elección parlamentaria, había menos atomización de partidos, y además, hasta el 94, no solo se votaba a un partido, se votaban candidatos dentro de un partido que acumulaban. Esta es la primera vez que se votó con candidatura única. Era el voto dentro del partido con candidatura única por primera vez, y no había un trasvasamiento de votos importante entre los partidos.

P.T.: Tampoco se había votado nunca lo nacional separado de lo departamental.

E.B.: Tampoco. Es otro elemento que se introducía. Entonces, muchos factores llevaban a que el movimiento fuera poco, dentro de los partidos y hacia los bloques. Cambiar de bloque se fue flexibilizando con el paso del tiempo. Si se mira el comportamiento electoral, se fue flexibilizando. Hasta 2014 hablábamos de un muro entre el FA o la izquierda y la oposición. ¿Qué pasa en 2019? Las familias ideológicas, o los bloques, son distintos. Teníamos, en el 99, un bloque de dos partidos, uno mayoritario y otro minoritario, el FA y el NE, y otro bloque con dos partidos de entre el 20% y el 30% cada uno. Ahora tenemos, de un lado, un partido, que es el FA, que está en niveles similares al 99, y otro bloque, conformado por cinco partidos políticos, que están también en la misma dimensión que tenían hace 20 años. La diferencia es que, en el 99, el 53,6% era blancos y colorados, y ahora, ese 54%, está conformado por el PN, el PC, Cabildo Abierto, el Partido de la Gente y el Partido Independiente. Es una coalición mucho más amplia en la cantidad de partidos, que refleja, porcentualmente, la misma cantidad de personas que la que reflejaban, hace 20 años, el PN y el PC.

P.T.: También hay un documento firmado en el 2019, como en el 99, pero no la foto.

E.B.: Exactamente. Hay un documento, pero no está la foto. También en el 99 había dos firmas, y ahora son cinco. Hay algunos cambios importantes, algunas permanencias interesantes. La otra comparación que podemos hacer es que, en el 99 y el 2019, la gráfica de porcentaje del FA es del mismo tamaño: 39,1% y 39%. En el 99 estaba el NE con 4,4%, que no existe en 2019. El PN, en 2019, vota mucho mejor que en 1999, y el PC vota menos. Y en 2019 aparece, con el 11%, Cabildo Abierto, y se suma, con un 2,1%, el resto de los partidos de la oposición, PdlG y PI, que no estaban en el 99. Y aparecen dos fenómenos nuevos: el 3,3% de otros partidos, que antes era solamente el 0,8%, y un crecimiento del voto en blanco y anulado.

P.T.: Eso es sin pensar en la segunda vuelta. En las elecciones generales.

E.B.: Es lo que pasó en la primera vuelta del 99 y en la primera vuelta de 2019. ¿Son comparables ambas elecciones? En algunas cosas.

P.T.: El FA se quedó más solo, y más gente vota a partidos, haciendo un trazo grueso, de derecha.

E.B.: Sí. Y otros que no son fácilmente ubicables en un espectro de izquierda-derecha, pero sí expresan una respuesta distinta al sistema político. Básicamente, el PERI, que tiene una agenda propia, pero que además tiene un perfil distinto. El Partido Verde Animalista, con un perfil distinto, el Partido Digital, con una forma distinta de hacer política.

P.T.: A modo de conclusión, se pueden definir algunas similitudes y diferencias.

E.B.: En el año 99, el FA tenía un aliado directo, y ahora no lo tiene. Esa es una conclusión. No tiene con quién acordar directamente, como tenía en el 99, a un 4,4% que sumaba el NE. Por eso la estrategia que adoptó el FA ahora es de ir voto a voto, a buscar de otro lado porque no tiene con quién aliarse. En el 99, la suma del PN y el PC era del 54%, y en la segunda vuelta lo votó el 51,6%. Hoy, la suma de ambos, es el 41%, es decir, un 13% menos que hace 20 años. La diferencia es que hoy, ese 54%, se alcanza con cinco partidos, y hay un jugador, de esos cinco, que es CA. El 2019 muestra, por lo tanto, una dispersión de votos mucho mayor entre los partidos.

P.T.: ¿Eso indica que el panorama sigue siendo incierto, o más o menos se podría llegar a comportar previsiblemente como en el 99?

E.B.: No es tan sencillo, en la medida que es más disperso, y que la composición que tienen los partidos es distinta a la que tenían en el 99, el origen de sus votos. Tenemos una fragmentación mayor, una mayor presencia del voto en blanco y anulado, una mayor presencia del voto a otros partidos por fuera, incluso, de los que forman la coalición. Lo único que podemos comparar entre el 99 y el 2019, para decir que son elecciones similares, es el porcentaje de votos al FA. El resto del escenario es muy distinto. Esto genera algunos elementos positivos y negativos. Para el FA, claramente, en contra tiene no contar con aliados, llega desgastado, porque en aquel momento era la esperanza del cambio, y en este momento es el oficialismo desgastado. El PN tiene en contra que hay votos más fragmentados, y también que, en el 99, había un acuerdo explícito, firmado, de una coalición de dos partidos, y en esta ocasión hay un acuerdo firmado, pero más disperso; sin esa foto. Aparece un documento, aparecen esas cinco firmas, pero no aparece el conjunto.

El FA tiene, como punto a favor, que al menos 8% de los que no lo votaron ahora ya votó al FA en primera vuelta en 2014, y el 14% lo votó en segunda vuelta. Pueden estar enojados, defraudados, desilusionados, pero son conocidos, para bien o para mal. Es algo que no es cambiar drásticamente, sino, en todo caso, volver. Y para el PN llega más sólido a la segunda vuelta que el FA. En la construcción que hizo a lo largo de esta campaña electoral, y sale fortalecido. Por más que votó menos que en la elección pasada, la imagen que quedó es que está fortalecido, mientras el FA sale debilitado. Y tiene la chance de aprovechar el desgaste y la desilusión de este mismo grupo de gente, que ya votó al FA en otras elecciones y no lo eligió ahora; tiene la oportunidad de capitalizar ese descontento.