28 Mar. 2020

En los tiempos del coronavirus

Oscar A. Bottinelli

El Observador

Es importante marcar que llegó tarde -lo suficiente para visualizar las medidas exitosas y las erróneas- y llegó temprano, bastante antes de la llegada de los fríos […] En el análisis político se destacan cinco grandes diferencias estratégicas en el encare de la situación, con sus relativos matices … que varios de ellos no pasan por los clásicos clivajes derecha-izquierda, ni conservador-liberal, ni inclusive estatismo-librecambio.

Lo único predecible es la imprevisibilidad del mundo post pandemia.

El fenómeno más importante de la globalización se está dando a través de una pandemia, de difícil control. Han quedado sometidos a prueba gobiernos y gobernantes, sistemas políticos, económicos y sociales, líderes políticos, sociales, culturales y espirituales, partidos políticos y organizaciones sociales. Han quedado en discusión modelos de Estado, modelos económicos, paradigmas, estrategias, formas de gestión. Lo único predecible es que resulta imprevisible cómo se reconformará el mundo, los países, los Estados, las sociedades, una vez pasada la pandemia. Aquí no se dio aquel dicho de “si anuncian el fin del mundo me voy para Uruguay, porque todo tarda en llegar”. También se rompió la creencia mágica de la invulnerabilidad del espacio nacional, creencia basada en que no entró el cólera (en todas las América no penetró solamente en Canadá y Uruguay) y hasta hace pocas semanas no había dengue autóctono, pero ahora sí entró el Covid-19. Llegó dos meses antes de lo pensado por la Organización Mundial de la Salud, que previó el arribo del virus al sur del mundo para avanzado mayo, con el comienzo de los fríos. Se salteó que un virus de fácil trasmisibilidad, apenas implosionó en Italia iba a demorar poco en llegar a países, como los del Río de la Plata, de fuerte contacto.

Pero es importante marcar que llegó tarde y llegó temprano. Porque vino lo suficientemente tarde (cuatro a seis semanas luego de España e Italia) como para visualizar las medidas exitosas y las erróneas, las tomadas a tiempo y las tomadas a destiempo, los apresuramientos y las demoras, las decisiones detalladamente pensadas y las improvisadas, las soberbias y los miedos, la autosuficiencia y el diálogo. Todo ello es objeto de polémica en ambos países, también en Francia y en Alemania, en Nueva York y en California, en Argentina y en Brasil, para citar los que más pueden servir de referencia en estos lares. Y vino lo suficientemente temprano como para que mientras en el Hemisferio Norte se espere el fin de los fríos como el elemento enlentecedor de la epidemia, aquí en el Hemisferio Sur precisamente lo que está a la vista es lo contrario, el advenimiento de los fríos, que pueden operar como acelerador.

En el análisis político se destacan cinco grandes diferencias estratégicas en el encare de la situación, con sus relativos matices; cinco ejes diferenciadores. Es importante destacar que varios de ellos no pasan por los clásicos clivajes derecha-izquierda, ni conservador-liberal, ni inclusive estatismo-librecambio. Este es un punto de necesario destaque.

Un primer eje de divergencia estratégica coloca en una punta la mayor restricción ambulatoria de las personas versus la menor restricción posible junto con la máxima apelación a los consejos para la autorregulación. La mayor restricción ambulatoria tiene su punto culminante en la imposición del toque de queda como en Niza, Perpignan o Mulhouse. Sin llegarse al toque de queda, tanto el resto de Francia como Italia y algunas comunidades autónomas españolas imponen restricciones al desplazamiento que solo puede hacerse mediante declaraciones juradas y control policial o militar. También, Italia en primer lugar, se han restringido las actividades económicas no directamente relacionadas con la salud, alimentación o servicios básicos como energía y comunicaciones. Han cerrado muchísimo más de la mitad de las fábricas, la abrumadora mayoría de los comercios y servicios. En la mayor parte de los países dominantes de la Unión Europea prevalece la adopción del Estado de Alarma, o Estado de Excepción, o Estado de Emergencia, todos ellos equivalentes en más o en menos a las Medidas Prontas de Seguridad definidas en el derecho napoleónico y principal estatuto de excepción en el derecho público uruguayo. En esta línea dura hay que incluir Argentina o estados norteamericanos como California y Nueva York. La menor restricción ambulatoria en países afectados por el Covid-19 se da en países como Brasil o Uruguay, donde prevalece la apelación a consejos y bajas medidas coercitivas.

Un segundo eje de divergencia estratégica está en la llamada contradicción entre salud y economía. Algunos periodistas han señalado que en el gobierno uruguayo se ha visto en los equipos económicos una mayor resistencia a medidas ambulatorias restrictivas en pos del cuidado de la economía y las finanzas, mientras que en los equipos vinculados a la salud se ha visto una mayor propensión a medidas más duras. Es interesante señalar que en la discusión europea ha surgido otro eje entre economistas: los que contraponen las medidas para la defensa instantánea de la economía y las finanzas versus lo que creen que cualquier mayor afectación que haya de la salud por no tomar medidas fuertes, va a repercutir más adelante con mayor impacto en la afectación de la economía. Un tercer eje es sobre el papel del Estado, discusión clásica entre cuánto más Estado y cuánto menos Estado. La tesis más intervencionista incluye a liderazgos políticos economicamente liberales pero que apelan a la excepción a la ideología que suponen los tiempos de guerra, y la asimilación de la pandemia a un tiempo de guerra, vale decir, una visión churchilliana.

Un cuarto eje está relacionado con la gestión político-gubernativa, en que pueden señalarse cuatro grados: Uno, la decisión del gobierno en solitario (decisión presidencial) con prescindencia de oposición y sectores sociales no afines. Dos, la decisión del gobierno per se, sin diálogo con el resto, pero con estilo diplomático de comunicar previamente las decisiones a la oposición y a los sectores sociales no afines; comunicación pero no diálogo. Tres, la decisión del gobierno en diálogo con la oposición y los sectores sociales no afines y la búsqueda del mayor consenso o la mayor aceptabilidad. Cuatro, la conformación de un gobierno de unidad nacional.

Y por último, quinto eje, las políticas gubernativas a quiénes perjudican más y a quiénes menos, o dicho de otra manera, a quiénes se hace pagar más el pato de la boda y a quiénes se hace pagar menos.