10 Oct. 2020

La nueva realidad política

Oscar A. Bottinelli

El Observador

La suma de los distintos datos permite trazar dos hipótesis contradictorias: que los efectos se neutralizaron entre sí o que produjeron movimientos de la aguja en ambos sentidos y generaron una suma cero. Los impactos de la construcción propagandística hegemónica y de los éxitos que se atribuyen al presidente por la lucha contra el coronavirus, quedaron contrapuestos con la visión negativa predominante sobre el ingreso de los hogares, la incertidumbre del empleo y el crecimiento de la pobreza

No hubo ganadores ni perdedores ni remontadas el 27 de setiembre

La suma1 de los partidos de la Coalición Multicolor Ampliada2 acumuló en las elecciones parlamentarias de octubre de 2019 el 54,7% y en las elecciones departamentales de setiembre de 2020, el 49,9%. Se registra una caída del 4,8%, lo cual contrasta con el triunfalismo exhibido desde el elenco presidencial y de filas blancas.

Por otro lado, el análisis territorial marca un avance de los partidos tradicionales/Coalición Multicolor Ampliada, desde 13 gobiernos departamentales en 2015 a 16 en la actualidad, ganancia de 3 departamentos; y el correlato de un retroceso del Frente Amplio, desde 6 departamentos en 2015 a 3 en el presente, pérdida de 3 departamentos. Mirado 2020 contra 2015 hay un avance del bloque tradicional/multicolor.

No es ocioso señalar que entre 2015 y 2020 estuvo el 2019, y allí se registró el fenomenal golpe que recibe el Frente Amplio, en que pierde 8,8 puntos de todo el electorado, lo que a su vez representa más de la sexta parte de sus propios votantes. La comparación corresponde hacerla 2020 con 2019 (en votos) o con 1999/2000 en votos y gobiernos departamentales. El Frente Amplio de hoy es la conjunción de dos fuerzas de 1999: el Encuentro Progresista-Frente Amplio y el Partido del Nuevo Espacio. Si de éste último se le detraen dos puntos de quienes luego se escindieron y conformaron el Partido Independiente, la acumulación EP-FA+NE puro alcanza en 1999 el 42%. Es decir, el actual Frente Amplio estuvo 3 puntos por debajo que hace veinte años; esa es la real magnitud de su retroceso.

Bien, en 2000, con la base de ese 42% del electorado, el Frente Amplio logró vencer solamente en el departamento de Montevideo y perder en los otros 18. En 2020 con la base del 39% del electorado venció en Montevideo, Canelones y Salto. De donde, no hubo un retroceso del Frente Amplio en estas elecciones, sino que -corresponde afirmarlo una vez más- estas elecciones sirvieron de consolidación del piso del año pasado. En términos finos, inclusive sube 1,25 puntos, al alcanzar el 40,25%.

De paso, y una vez más, entre octubre y noviembre de 2019 el Frente Amplio pasó de su 39,0% al 47,4% de su fórmula presidencial en el balotaje. Eso fue interpretado, en un festejo desbordante, como “La Remontada”, el fin de un mero accidente habido un mes atrás. No hubo la tal remontada.

En cuanto al oficialismo y más especificamente en relación al partido presidencial, se ha hecho la pregunta de por qué no existió el “formidable arrastre presidencial” que previeron analistas, comunicadores y dirigentes inspirados en los mensajes del elenco presidencial. No solo se parte de la idea de un masivo apoyo al presidente de la República, sino de una campaña propagandística y una información hegemónica elaborada con alta profesionalidad desde el elenco presidencial y además reproducida y amplificada por significativos medios de comunicación y una cantidad relevante de periodistas y analistas. Existió además lo que se denomina la construcción de un personaje símbolo. Sin embargo, la votación global de la coalición estuvo en el 49,9%, 4,8 puntos menos que lo acumulado por la Coalición Multicolor Ampliada en octubre de 2019 y exactamente un punto por encima de lo logrado en el siguiente noviembre por la candidatura de Luis Lacalle Pou. No hubo avances significativos en el periodo de gobierno, respecto a la base del balotaje, y hubo un retroceso respecto a la base de las parlamentarias.

En busca de tentativa de explicación, se puede observar la Encuesta Nacional Factum de julio de 2020 (no divulgada públicamente). La aprobación del presidente, en la formulación dicotómica clásica de aprueba/desaprueba del 56%, un nivel bueno.

Ahora bien, cuando se pregunta cuál es la opinión sobre la actuación del presidente y del gobierno en el coronavirus y la salud de la población, la aprobación trepa al 83%.

Cuando se pregunta cuál es la opinión sobre la actuación del presidente y del gobierno en materia de empleo (puestos de trabajo), seguridad pública, ingresos (de los hogares, sueldos, jubilaciones, ingresos de los que trabajan por su cuenta), inflación y pobreza (incluido ollas populares) el promedio de aprobación baja al 41%.

Resulta que a cuatro meses de instalado el gobierno y dos meses y algo previo a las elecciones, la preocupación de los uruguayos se centró en empleo, inflación, ingresos, pobreza y seguridad, lo cual resulta lógico visto el avance de los problemas económicos y sociales (pérdida de empleo, seguros de paro, caída de ingresos) en paralelo a la retracción del miedo a la pandemia, cuyo éxito en su combate fue anunciado urbi et orbe.

La suma de los distintos datos y números permite trazar dos hipótesis contradictorias. Una es que los efectos se neutralizaron entre sí. La otra es que los impactos sobre sobre segmentos del electorado produjeron movimientos de la aguja en ambos sentidos y generaron un efecto neutro, una suma cero. Los impactos de la construcción propagandística hegemónica y de los éxitos que se atribuyen al presidente por la lucha contra el coronavirus, quedaron contrapuestos con la visión negativa predominante en particular sobre el ingreso de los hogares, la incertidumbre del empleo y el crecimiento de la pobreza.

El balance es que la situación del electorado sobre ambos bloques, en el eje gobierno-oposición, continúa en lo esencial incambiado.


1 Segunda nota de una serie sobre las elecciones departamentales y municipales del 27 de setiembre. Ver “El país del cinco a cuatro”, El Observador octubre 3 de 2020

2 La Coalición Multicolor se forma el 5 de noviembre de 2019 entre los partidos Nacional, Colorado, Cabildo Abierto, de la Gente e Independiente. Para las elecciones departamentales de Montevideo de setiembre de 2020 se agrega el Partido Ecologista Radical Intransigente (PERI), cuyo capital electoral capitalino en 2019 fue del 0,7% del total del electorado nacional.