25 Set. 2021

Acerca de la libertad: Cuba y China

Oscar A. Bottinelli

El Observador

Si se siguen los criterios del Democracy Index elaborado por el Economist Intelligence Unit, ambos países corresponden a la categoría de autoritarios, categoría que en 2020 registra 67 estados o territorios. De esos 67, Cuba ocupa el lugar 40 mientras que China, el 51. Dentro del concepto de países autoritarios, el EIU considera que Cuba tiene una participación política, una cultura política y libertades civiles mayores que China

La Presidencia de la República exhibe una aparente disonancia discursiva.

Tanto Cuba como China adhieren a una misma Teoría del Estado, o más exactamente una misma teoría sobre la estructuración política de la sociedad. En términos muy simplificados –y por tanto imperfectos- conciben la existencia de una ideología o doctrina dominante en la sociedad, cuyo intérprete o guía es una entidad política, que en ambos casos lleva la misma denominación de “Partido Comunista”. Este partido que es guía de la sociedad se sitúa por encima del Estado (dentro del cual a su vez se ubica el gobierno).

La concepción del partido guía en estos casos es de origen leninista y fue aplicada originariamente en la desaparecida Unión Soviética y se extendió luego a otros países. Aunque es necesario precisar que no todos los “estados socialistas” o “estados comunistas” se basaron en esta teoría e inclusive tampoco todos aplicaron un modelo de monopartidismo. Esta excepción al modelo de Teoría del Estado del partido guía de la sociedad por encima del Estado ocurrió sobre todo en la Europa del Este (Alemania Oriental, Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría, Polonia, Rumania).

Ni en Cuba ni en China existe competencia electoral entre partidos o entre propuestas políticas diferentes y hasta opuestas (excepto en China en algunos distritos a estatuto especial, como Hong Kong). En cambio, en ambos países existe competencia electoral personalizada aunque limitada al nivel de autoridades comunales o barriales.

Si se siguen los criterios del Democracy Index elaborado por el Economist Intelligence Unit (EIU), ambos países corresponden a la categoría de autoritarios, categoría que en 2020 registra 67 estados o territorios. De esos 67, Cuba ocupa el lugar 40 mientras que China, el 51. Dentro del concepto de países autoritarios, el EIU considera que Cuba tiene una participación política, una cultura política y libertades civiles mayores que China (como se puede observar en la tabla adjunta)

En cuanto a derechos humanos, el Human Rights Watch cuestiona a ambos países, aunque son más fuertes y duras las condenas respecto a China. Pero establece una clara diferencia en cuanto a la aplicación de la pena de muerte. En cifra de los últimos dos decenios, Cuba no ha aplicado la pena de muerte, mientras que China es considerado el país o uno de los países del mundo que la aplica en forma de mayor sistematicidad y extensión.

La mayor diferencia entre Cuba y China no es en lo político, ni en derechos humanos, ni en libertades civiles, es en el sistema económico. Tanto en Cuba como en China hay fuerte actividad privada en micro y pequeñas empresas. Pero en la actividad económica que requiere gran capital, ese capital en Cuba es del Estado o de inversiones extranjeras asociadas al Estado o en proyectos regulados por el Estado. En China, en cambio, las grandes inversiones pueden ser estatales, pero también de capitales privados chinos (en los últimos tiempos han surgido megamillonarios chinos) y de capitales extranjeros. La diferencia sustancial entre ambos países es que uno es de “economía socialista” y el otro, de “economía capitalista”.

Días pasados, el presidente de la República –junto con Guatemala y Paraguay- genera una nota altisonante en la reciente cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, con sus duras calificaciones a Cuba. Y en los mismos tiempos políticos anuncia exultante el fortalecimiento de las relaciones con la República Popular China y el comienzo de negociaciones por un tratado de libre comercio. Hay una aparente disonancia discursiva. Como todo hecho político de gobierno, debe responder a un criterio y seguir una lógica. Lo que por ahora no resulta muy claro es cuál ese criterio y cuál esa lógica.

En política internacional hay un tema prioritario en la definición de la línea a seguir por un país: si se entiende que los amigos y los adversarios responden a alineamientos ideológicas o que lo que debe predominar es la raison d’etat, el mayor pragmatismo en defensa de los intereses propios. Como quien dice, hablando de Uruguay, o la doctrina de Eduardo Rodríguez Larreta o la de Luis Alberto de Herrera 1

En busca de explicación de esa aparente disonancia discursiva, corresponde poner en un pizarrón todas las alternativas posibles, o al menos las más relevantes, de un extremo a otro de razonamiento (como corresponde hacer en análisis finos y desapasionados). Se parte del supuesto que el gobierno uruguayo y la Presidencia consideran válidos los informes tanto del Economist Intelligence Unit como del Human Rights Watch. Entonces, surgen las siguientes explicaciones:

Uno. Se considera que la exigencia de democracia, libertad, respeto a la vida y a los derechos humanos corresponde al hemisferio americano y no son exigibles en el resto del mundo. O son exigibles en Occidente, pero no en Oriente. Que los americanos o los occidentales deben tener un conjunto de derechos y garantías que no se considera que deban tenerlo los asiáticos.

Dos. Que Cuba es un país de medio o pequeño tamaño, de media o pequeña entidad económica, mientras que China es una superpotencia política, económica y militar. De donde, la realidad permite confrontar con países del mismo nivel que el de uno, pero no correr riesgos de enfrentar a los poderosos.

Tres. Que Uruguay no tiene expectativas económicas, financieras, comerciales o de inversión con Cuba, y tiene enormes expectativas económicas, financieras, comerciales o de inversión con la República Popular China. Por tanto, corresponde ideologizar en un caso y abstenerse de hacerlo en el otro.

TABLA DEL DEMOCRACY INDEX CUBA CHINA
Indice de Democracia 2,8 2,3
Participación política 3,9 2,8
Cultura política 5,6 3,1
Libertades civiles 2,4 1,1

Fuente: Democracy Index 2020 de Economist Intelligence Unit (EIU)

Notas:
a)     Los puntajes son de 0 a 10
b)     El mínimo para no ser un régimen autoritario es 4,0
c)     Ambos países son calificados por el EIU como autoritarios


1 Ver “Rodríguez Larreta y de Herrera”, El Observador marzo 14 de 2020, en portal.factum.uy