20 Nov. 2021

La democracia y sus dimensiones

Oscar Bottinelli1

El Observador

La democracia, se considera tal, en las versiones más actuales, cuando comprende como mínimo no solo buenos procesos electorales y pluralismo, sino exigencias de funcionamiento del gobierno, participación política, no discriminación de elementos invariables de la personalidad, cultura política democrática y libertades civiles

La democracia política es un mínimum minimorum del concepto de democracia

El primer problema que surge es cómo se define una palabra tan llevada y traída como democracia2. Si nos remontamos a ochenta años atrás, era más o menos claro lo que se definía como “Democracia” o al menos la idea que se tenía de qué era una democracia. No era universalmente aceptado que fuese el mejor sistema de gobierno, sino que era uno al que unos adherían y al que otros no adherían. Había otras categorías: los que consideraba que el pueblo no estaba en condiciones de saber qué era lo bueno y lo malo para sí, y que eso lo podía saber una élite de personas ilustradas. Pero además había movimientos fuertes que exaltaban otros regímenes, como los fascismos y protofascismos, o en sentido opuesto los partidarios de la dictadura del proletariado, que consideraban la democracia como una figura burguesa liberal, o un régimen de y para la burguesía.

Al fin de la Segunda Guerra Mundial, la palabra “democracia” pasó a ser prestigiosa e inclusive apologética: ”Ser demócrata es estar con el bien, no ser demócrata es estar con el mal”. Y a partir de allí, la palabra “democracia” pierde el sentido clasificatorio y definitorio, y pasa hacer una palabra idealizada. Todo régimen y todo gobierno se definen a sí mismo como demócrata.

A la hora de definirla, se pueden encontrar tres conceptos o tres dimensiones de democracia: el concepto de democracia política, el concepto de democracia económica y el concepto de democracia social.

La definición menos amplia de democracia política, el minimum minimorum, es que la hay cuando en un país el gobierno resulta más o menos elegido en unas votaciones, con padrones que pueden ser algo confiables, en que participan algunos partidos y en que hay algún tipo de libertad o de competencia. Más afinadamente, el concepto de democracia política se emparenta con el de poliarquía -en la definición del politólogo norteamericano Robert Dahl- , es decir un sistema que se ejerce a través de la representación de los ciudadanos con fuertes exigencias en materia de libertades, de derechos, de garantías, de competencia para el acceso a la cosa pública y para el ejercicio del poder. La poliarquía exige competencia política de propuestas diferentes, cada una con posibilidades reales de acceder al poder, en un marco de libertades y de garantías, con libertad para difundir las propuestas y con el derecho garantizado a los ciudadanos de poder optar por la propuesta que esté más cerca de sus concepciones o de sus valores.

La poliarquía es un sistema político basado en las formas y en los contenidos. Una poliarquía -que equivale más o menos al concepto de una democracia plena de partidos- requiere del cumplimiento de procedimientos y el cumplimiento de sustancias. No solo de haber elecciones limpias, libres, competitivas en plenitud, sino también ocurrir en el contexto de sociedades con amplias libertades civiles, garantías, derechos ciudadanos. A lo que hay que agregar como un elemento esencial a la poliarquía, a las democracias más puras, la confiabilidad de los ciudadanos, la creencia en los agentes políticos y los actores políticos, que es lo que otorga la legitimidad sociológica.

El tema es que la definición anterior se acota a lo político o quizás también a lo social, o parcialmente a lo social. Pero ello no agota el examen.

En estudios internacionales comparados se pregunta a la gente sobre distintas definiciones de democracia, sobre qué cree cada uno que es una democracia, se le pide elegir entre varias opciones: elecciones libre y justas, libertad para criticar el gobierno, puestos de trabajo para todos, menor brecha de ingresos entre ricos y pobre, equidad de ingresos.

Como se puede observar, los conceptos refieren a ejes valorativos diferentes. Y esos ejes se observan en muchas discusiones políticas. Una concepción es que hay democracia si el gobierno es elegido mediante elecciones competitivas, aunque haya una gran desigualdad social. A la inversa, el considerar que un régimen es una democracia si hay una gran igualdad social, un escasa brecha de desigualdad, aunque existiese un partido único. En un caso lo que importa es el cumplimiento de las reglas que aseguren la competencia política sin importar la existencia de una diferenciación social elevada. En otro caso lo relevante es la igualdad social sin importar el grado de competitividad o pluralidad política.

Entonces hay claramente un concepto de democracia que se liga a lo político, otro que se liga más a lo económico, que no coincide necesariamente con la existencia de una democracia política, y un tercero que puede llamarse de democracia de tipo social moderna, que incorpora las nuevas generaciones de derechos, en el cual aparecen los temas de género, étnico raciales, de minorías lingüísticas, de discapacidad, de orientación sexual, de libertad sexual y de libertad del uso del propio cuerpo, que lleva a considerar que una país es más o menos democrático en función de variables que no entran en las clasificaciones del Siglo XIX y de gran parte del siglo XX.

Cabe resaltar que la democracia, se considera tal, en las versiones más actuales, cuando comprende como mínimo no solo buenos procesos electorales y pluralismo, sino exigencias de funcionamiento del gobierno, participación política, no discriminación de elementos invariables de la personalidad, cultura política democrática y libertades civiles. Hay una corriente que agrega la necesidad de equidad social, trabajo para todos, bajo nivel de desigualdad económica, bajo nivel de desigualdad social, educación al alcance de todos, bajo nivel de corrupción, respeto a la vida, sustentabilidad del ambiente. Y más modernamente aun, equidad de género, libertad de opción sexual, respeto a la diversidad sexual, libertad de uso del propio cuerpo.


1 Profesor Titular Grado 5 de Sistema Electoral y Régimen Electoral Nacional de la Universidad de la República, en calidad de Docente Libre

2 Primera nota de una serie de cinco. Ponencia en el seminario “Democracia y Derechos Humanos” organizado por la Secretaría de Derechos Humanos de la Presidencia de la República, Palacio Legislativo, setiembre 13 de 2018