16 Nov. 2003

La telaraña que teje Mujica

Oscar A. Bottinelli

El Observador

En medio del ruido de la campaña electoral referendaria hay silenciosos movimientos en el tablero político de la izquierda política, es decir del Encuentro Progresista, del Frente Amplio y de la nueva coalición de estos con el Nuevo Espacio. Por debajo de Tabaré Vázquez se van conformando tres grandes bloques cuyos referentes son Danilo Astori, José Mujica y los socialistas.

En medio del ruido de la campaña electoral referendaria hay silenciosos movimientos en el tablero político de la izquierda política, es decir del Encuentro Progresista, del Frente Amplio y de la nueva coalición de estos con el Nuevo Espacio. Por debajo de Tabaré Vázquez se van conformando tres grandes bloques cuyos referentes son Danilo Astori, José Mujica y los socialistas. El objetivo es el poder interno, máxime ante las importantes probabilidades de alcanzar el gobierno. En el lenguaje de la izquierda se distinguen los acuerdos programáticos (los sublemas basados en coincidencias programáticas, políticas o estratégicas) de los acuerdos “técnicos”. Por “sublema técnico” se entiende la acumulación de listas con el único objetivo de maximizar el producido electoral; es una forma sutil para no usar la palabra que en el país se aplica a este tipo de entendimiento desde 1962: cooperativa electoral.

El esquema de Astori es extremadamente simple: un sector (Asamblea Uruguay), integrado exclusivamente por frenteamplistas, con una única opción electoral (2121), un liderazgo claro (el economista senador) y su propio sublema, sin alianzas. El tejido de los socialistas es un poco más complejo. En primer lugar han construido el Espacio 90 que hoy lo asocia con el Movimiento Socialista, con otros grupos y con figuras independientes como Charlone, Olesker y Mazzarovich. Ese Espacio 90, emergió de las pasadas elecciones como la primera fuerza electoral y parlamentaria del EP-FA y además concurrió con un sublema en parte técnico y en parte político con la 1001 y la Vertiente. Con la 1001 el acuerdo parece renovado. No así con la Vertiente, que se encuentra en un proceso de discusión y meditación en cuanto a repetir la alianza con la 90 o, lo que parece más probable, acercarse al mujiquismo. El bloque encabezado por los socialistas, a la inversa del astorismo, se compone de varios espacios, cada uno de ellos con diversos sectores, sin liderazgo único, aunque integrado exclusivamente por frenteamplistas de vieja data.

El gran protagonista de estos movimientos es José Mujica, quien ha dedicado pacientemente estos años a tejer cuidadosamente un complicado tapiz político, con un oficio aprendido sin duda en sus años mozos en el herrerismo. En parte el esquema reproduce el elaborado por los socialistas, pero con mayor complejidad. Para empezar es el más amplio abanico ideológico: comprende a los demócrata cristianos, ex-comunistas, blancos de diversos orígenes y llegados en distintos momentos, socialdemócratas del Nuevo Espacio, viejos tupamaros, duros del Movimiento de Participación Popular, batllistas de reciente pasaje a la izquierda. Y además es el único bloque donde los frenteamplistas de los primeros tiempos son rara avis, casi todos ellos en la Confluencia Frenteamplista. El bloque se compone en su gran mayoría por neofrenteamplistas (como el MLN), por ex-frenteamplistas como Lescano (PDC), Veiga (grupo de Nin), Michelini (Nuevo Espacio) y por nunca frenteamplistas como Vaillant o la “Columna Blanca”; los viejos frenteamplistas crecerán en el bloque si al mismo se suma la Vertiente Artiguista.

Mujica arma la telaraña en tres niveles: el de un sublema con fuerzas asociadas, el de un espacio a partir de la 609 y un nivel intermedio donde juega el Nuevo Espacio. El Espacio 609 pretende ser la columna vertebral del sublema, con el propio senador a la cabeza y con mucha generosidad en el armado de las candidaturas. Con la base del MPP, incorpora a los Claveles Rojos de Vaillant, a la “Columna Blanca”, a grupos menores y a figuras del interior que ha reclutado departamento por departamento. En un nivel superior busca cooperativizar los votos del Espacio 609 con la Alianza Progresista (Nin Novoa, Confa, PDC) y si es posible también con la Vertiente. Y aparece un nivel intermedio, que es ese acuerdo con el Nuevo Espacio, en parte adentro y en parte afuera de la 609. Por un lado Michelini sería el segundo senador del Espacio 609, detrás del propio Mujica, y dirigentes del Nuevo Espacio encabezarían en el interior varias listas a diputado de la 609; por otro lado el Nuevo Espacio presentará su propia opción senatorial (con Michelini a la cabeza) y su propia lista de diputados en Montevideo. Esta telaraña política y electoral pretende desplazar a la 90 del sitial privilegiado en la izquierda y constituirse en el principal bloque de poder, con miras a tener la mayor influencia posible en un eventual gobierno frenteamplista. De paso, de darse ambos supuestos (triunfo de la izquierda, primera fuerza para esta red) José Mujica quedaría catapultado como la principal figura política de la izquierda después del presidente de la República.

Estos juegos de tejidos y contratejidos llevan a que los grupos que han quedado a la intemperie puedan adquirir un peso cualitativo en el armado final, si es que cada uno juega debidamente su papel. Porque para la confrontación entre los bloques, puede ser un atractivo contar con el 26 de Marzo, la Corriente Popular, la Liga Federal, la Unión Frenteamplista o la Corriente de Izquierda.

Una consecuencia de todo este esquema es que pasa a ser una incertidumbre importante en las próximas elecciones qué peso van a tener los socialistas, cuál Mujica y cuál Astori. Porque si la izquierda gana, el gobierno va a ser diferente según como resulte la correlación de fuerzas entre esos bloques. Pero otra consecuencia de la red armada por Mujica es que cambia la naturaleza política de la asociación del Nuevo Espacio con el EP-FA. En principio quedó planteado como el acuerdo de dos fuerzas independientes que, con importante diferencia de tamaño, pactaban de igual a igual. Ahora el Nuevo Espacio de hecho se incorpora al EP-FA, como un sector dentro de un espacio dentro de un sublema. Más allá de marcas y de lemas, la fuerza política sigue siendo el Encuentro Progresista-Frente Amplio, que logra captar más gente, más dirigentes y más grupos. Pero el previsto cambio en la estructura política no se ha dado. No hay una nueva coalición política en el país, sino un ajuste de componentes y una ampliación dentro de la misma fuerza.