18 Oct. 2009

El cambio biológico del voto

Oscar A. Bottinelli

El Observador

Desde el nacimiento del Estado moderno (circa 1916) hasta 1938inclusive los partidos tradicionales como conjunto representaron de manera estable las nueve y media décimas del electorado, y de 1942 hasta 1966 las nueve décimas. Luego vino la persistente e ininterrumpda caída: 7 ½, 7, 6 ½, 5 ½, 4½. Aquellas estabilidad fue posible en virtud de tres elementos: el mantenimiento de la adhesión de los votantes a uno u otro partido tradicional o el deslizamiento exclusivamente entre ambos y no hacia fuera del conjunto, la captación de los migrantes y la reproducción intrafamiliar e intergeneracional del voto, es decir, cada elector que muere es sustituido por un nuevo inscripto de la misma filiación política. Cuando el voto se reproduce intergeneracionalmente, los cortes etáreos del electorado arrojan franjas similares: no hay predominio de ningún partido sobre los jóvenes, los adultos medios o los mayores.

Este fenómeno determina la siguiente composición del electorado en 2004[1], estudiada a partir de la clasificación deternida de los casi siete mil circuitos electorales (mesas de votación) en tres tramos de edad:

EN PORCENTAJES SOBRE EL TOTAL DE VOTANTES

Todo el electoradoMayores (52 y + años)Intermedios (33 a 51 años)Jóvenes (18 a 32 años)
Frente Amplio50.439.552.256.5
P.Nacional34.340.832.831.1
P.Colorado10.415.110.07.8
Partidos radicionales44.755.942.838.9

Como surge con absoluta nitidez, los partidos tradicionales son una fuerza con clara preponderancia en el electorado mayor (donde se sitúan casi en el 56%), son minoría (apenas por encima del 40%) en el nivel intermedio y una fuerza claramente minoritarias entre los jóvenes, donde están claramente por debajo del 40%. A la inversa, la izquierda arranca con menos del 40% entre los mayores, obtiene la mayoría absoluta en el nivel intermedio y la consolida entre los jóvenes. La diferencia entre la izquierda y los partidos tradicionales es negativa en 16.4 puntos entre los mayores, positiva en 9.4 puntos en el nivel intermedio y altamente positiva en 17.6 puntos entre los jóvenes.

Es necesario precisar que el recambio demográfico que impacta sobre el contingente electoral se compone de tres elementos:

1. El recambio biológico, es decir, las bajas producidas por muerte y las altas generadas por mayoridad

2. Los movimientos migratorios, es decir, las altas producidas por inmigración de habilitados para votar y las bajas producidas por emigración

3. Las suspensiones y recuperaciones de ejercicio de la ciudadanía, es decir, las bajas producidas por procesamientos o sentencias penales y las altas, por extinción de las penas o clausura de los procesamientos.

El estudio no incursiona en los últimos dos aspectos y se centra exclusivamente en los cambios biológicos ¿Qué pasa exclusivamente con ellos? En las elecciones del 25 de octubre de 2009 dejará de votar unas 205.000 personas, en una forma preponderante de los que en 2004 eran mayores de 51 años. Por otro lado habrá unos 281 mil nuevos votantes (dependiendo del factor emigración). Si se toma la hipótesis de que no exista ningún cambio de orientación política entre los actuales votantes y que los nuevos votantes se comportan exactamente igual que los jóvenes, se darían estos cambios:

PROCESO DE RECAMBIO BIOLÓGICO[2]

VOTOS 2004BAJASALTASBASE 2009%
FA112581158120252.1%
PN765848776833.3%
PC23131222229.6%
Otros1099141144.9%
TOTAL22302052812306100.0%
PP.TT.99611510999042.9%

* P.Independiente, En Blanco, Anulados, otros partidos

El factor biológico incrementa la diferencia del Frente Amplio sobre los partidos tradicionales en 83.000 votos, lo que amplía la ventaja frenteamplista en 1.7%, es decir, llevaría el voto del FA de 50.4% a 52.1%.

Esto es lo que puede considerarse el inventario de partida para las elecciones nacionales de 2009 y los porcentajes a partir de los cuales deben compararse los resultados del 25 de octubre de 2009. Todo punto porcentual del Frente Amplio por debajo del 52.1% es una pérdida neta, toda variación del Partido Nacional respecto al 33.3% es variación neta y toda votación del Partido Colorado por encima del 9.6% es ganancia neta. En otras palabras, una repetición exacta del resultado porcentual de 2004 implica una pérdida de 1.7% para el Frente Amplio, una ganancia de 1.0% para el Partido Nacional y una ganancia de 0.8% para el Partido Colorado.

El total de votantes estimados (2306 miles de votos) es lineal, producto de tomar los votantes habidos en 2004 más las altas menos las bajas, sin considerar otros efectos que puedan detraer esa cifra. El total de votantes validados de 2004 fue de 2230 miles sobre una población de 18 y más años de edad de 2309 miles, lo cual representa el 96.4%; si al total de votantes validados se detraen 18 mil personas que se estima provinieron del exterior, el total de votantes validados residentes en el país se estimaría en 2212 miles, lo cual representa el 95.6% de la población residente mayor de edad. La diferencia de 3.4% puede explicarse por las justificaciones de no emisión del sufragio, inscripciones tardías (personas no inscriptas en el Registro Cívico Nacional que regularizaron su situación en 2005), personas con ciudadanía suspendida y residentes extranjeros.

De lo anterior surgen dos conclusiones fundamentales. Una es la más obvia de todas que no merece fundamentación: todo partido o conjunto de partidos minoritarios necesitan para devenir en mayoritarios restarle votos al partido mayoritario, es decir, lograr que se produzca el desvío de votos de una parte hacia la otra, provocar un swing. Pero la segunda conclusión es fundamental desde el punto de vista estratégico: el futuro de los partidos tradicionales está en que se revierta esta tendencia. La batalla histórica está en la captación de los jóvenes en general, pero en particular entre los que están en proceso de socialización política, de elegir su opción electoral por primera vez.


[1] Ver “Con la mirada en los jóvenes”, El Observador, mayo 5 de 2007.

[2] Las bajas incluyen entre 25 y 30 mil nuevos inscriptos por el programa de documentación tardía del Plan de Emergencia, es decir, personas con edades superiores a las correspondientes al periodo inscripcional. Las alta incluyen una cifra relativamente similar de personas dadas de baja del Registro Cívico Nacional por no haber votado ni justificado su voto en dos elecciones nacionales consecutivas.