El Observador
El Frente Amplio tiene una variedad de conflictos internos, cortocircuitos, chisporroteos, contradicciones y divergencias. No hay forma de superarlo sin dos cosas: debate profundo, negociación y transacción. Si las diferencias son tácticas, episódicas o de matices, es posible arribar a una síntesis; si las diferencias son de fondo, afectan a visiones sustantivas de la sociedad, solo es posible la transacción. Conviene marcar la diferencia. Síntesis es buscar un punto común a todos, en que todos los sectores se puedan reflejar parcialmente. Cada uno siente que lo más significativo de su pensamiento o lo más relevante de la medida circunstancial a adoptarse, está reflejado en esa síntesis, Transacción es algo diferente, es “consentir en parte con lo que no se cree justo, razonable o verdadero, a fin de acabar con una diferencia”.
Una síntesis supone buscar los elementos comunes y superiores a todas las propuestas sectoriales; transar en cambio es el resultado de un proceso de negociación, donde cada parte separa previamente lo que es sustancial e intransigible, y lo que es transable a cambio de obtener elementos sustanciales. Es diferente el espíritu de cada cual si lo que se busca es la síntesis o lo que se busca es la transacción. A diferencia de la búsqueda de síntesis, en la negociación no solo opera el peso de las razones y de los argumentos, sino la habilidad de los negociadores y el peso de la fuerza de los negociadores. Por tanto, es esperable en toda negociación que haya previamente ejercicios de fuerza de los contendientes para llegar al proceso de negociación lo mejor posicionados posibles.
Pero al Frente Amplio le hace falta debate. Se puede decir que hace dos décadas que no hay realmente debate, sino controversia, lucha, combate. El debate implica que cada uno exponga detenidamente sus puntos de vista, sus puntos de partida y los puntos de llegada que pretende, los aspectos que le son sustanciales e irrenunciables, y los aspectos que pueden ser disminuidos, acotados o diferidos. Un debate requiere un estudio comparativo de las diferentes posiciones. Una primera conclusión de un debate en profundidad es el listado de los puntos comunes, los puntos en que hay vecindad y los puntos de discordia, de síntesis imposible. De allí surge una segunda conclusión: cuán cerca se puede estar de una síntesis o cuán imposible es la misma, en cuyo caso debe irse a una negociación. Entonces, recién entonces es llegado el momento de emprender esa tarea de síntesis o esa tarea de negociación.
Lo que no debe debatir en una primera etapa es lo relacionado con la conformación del gobierno ni de la toma de decisiones. Son dos aspectos trascendentes en que hay fallas sustanciales. Pero son parte más de una discusión operacional donde la síntesis es posible, donde lo que falta es más bien concepciones de organización, funcionamiento y metodología. Lo que debe debatir es lo sustantivo. A título de inventario no exhaustivo se señalan algunos temas:
Uno. Cuál es el objetivo histórico: si perfeccionar la sociedad capitalista en base a ideas de mayor justicia social y equidad, o ir hacia la superación del capitalismo y crear una sociedad diferente. Y en este caso, qué otro modelo se quiere
Dos. Ya fuere como modelo de sociedad, ya como reglas de juego de una etapa determinada, qué papel le asigna al mercado y qué papel le asigna al Estado.
Tres. Si el vector fundamental en la vida económica y social es por encima de todo la libre determinación, ante la cual la reglamentación y el contralor son la excepción; o a la inversa el vector fundamental es la reglamentación y el contralor estatal, donde el individuo actúa en plena libertad a partir del marco trazado por la reglamentación.
Cuatro. A qué clase sociales pretende representar el FA y con cuáles pretende asociarse, y en definitiva a cuál considera sus enemigas o adversarias.
Cinco. Qué modelo persigue en cuanto a correlación de clases sociales, de poderes económicos y sociales. Si aspira a modificar esas correlaciones, a favor de quiénes, en contra de quiénes, en qué dimensión
Seis.Cuál es el grado de adhesión a la democracia liberal, entendida como poliarquía. Es una adhesión circunstancial hasta que se procese un cambio hacia otro tipo de sociedad u otro tipo de democracia, o es una adhesión a la poliarquía como modelo.
Siete. Cuál es su adhesión a la libertad individual, especialmente en el plano del pensamiento, en el eje en que en un extremo se pone el derecho del individuo a pensar cómo se le ocurra y decir lo que piensa (aunque ello implique racismo, sexismo, xenofobia) y en el otro extremo una libertad dentro de parámetros que marcan los límites de lo admisible (todo individuo es libre de expresar su pensamiento siempre y cuando no sea xenófobo, sexista, homófobo, racista y contrario a una larga de temas de lo socialmente correcto)
Ocho. Cuál es el papel del partido político y de lo político en la fijación del rumbo y la toma de decisiones, y cuál es el papel de los actores corporativos. Cuál es el grado de sujeción a la fuerza política y cuál es el grado de libertad de los actores sociales y corporativos frenteamplistas.
Nueve. Si apostar a la cantidad o apostar a la calidad. La opción entre distribuir recursos con la mayor dispersión posible a la mayor cantidad de gente o concentrar recursos a la búsqueda de altos resultados cualitativos.
Diez. Derivado de lo anterior, si aspira a la igualdad total de los individuos o acepta niveles de desigualdad.
Once. Cuál es el valor del trabajo. Si es un elemento en sí mismo de dignificación del individuo o es meramente una de las estrategias de vida o sobrevivencia. Si lo que importa es el trabajo como tal o lo que importa es que el individuo tenga ingresos para vivir, trabaje o no.
Estos once puntos, y otros muchos que se pueden agregar, constituyen una buena agenda para el necesario debate sustantivo que el Frente Amplio se debe.