El Observador
No es nada menor la definición que la defensa nacional es el conjunto de actividades civiles y militares para la preservación de la soberanía y la integridad territorial, pero también para la preservación de los recursos estratégicos. Esto último lleva a concebir como discusiones de defensa nacional y temas de estudio en el ámbito de la defensa nacional, discusiones políticas como la explotación de los recursos naturales en general, de la minería y de la propiedad de la tierra en particular
La política de defensa nacional aparece como un tema marginal para la abrumadora mayoría de los civiles y de los propios dirigentes políticos. Solo algún que otro acontecimiento que tenga ribetes de escándalo o todo lo sobreviviente del periodo de facto constituyen los temas de preocupación para políticos y civiles en general. Son un puñado, caben en los dedos de una mano, los políticos de todos los partidos que se especializan en el tema de defensa y en el tema militar, que a su vez son dos cosas y no una sola, como habitualmente se cree.
Hubo dos grandes hitos históricos que llevaron a la obsolescencia de las anteriores doctrinas de defensa. Una fue el cambio sustantivo en la concepción del cambio en los principios del ordenamiento internacional que surge a partir del fin de la segunda guerra mundial, y la evolución subsiguiente de un incipiente derecho internacional. El otro lo fue el fin de la guerra fría y con ello la caída de las hipótesis sustantivas de conflicto.
En Uruguay la necesidad de rediscutir una política de Defensa y redefinir una nueva doctrina militar aparece luego de la restauración democrática, toma cuerpo en los sucesivos gobiernos de Lacalle, Sanguinetti, Batlle, Vázquez y Mujica. Con los Ministerios de Bayardi, Gonzalo Fernández, Rosadilla y Fernández Huidobro se va conformando un nuevo debate sobre la política de defensa y la puesta en marcha de una nueva estructura de pensamiento, uno de cuyos elementos centrales lo constituye el Estado Mayor de Defensa. Pieza clave hacia esta nueva política nacional lo es la denominada “Ley Marco de Defensa Nacional” (N° 18650, de 19 de febrero de 2010).
La sola lectura de los cinco artículos del Título Preliminar es esencial para comprender esta nueva concepción, en que la Defensa se basa en políticas de Estado y no en políticas de Gobierno. Los cinco párrafos sustanciales dicen:
“La Defensa Nacional comprende el conjunto de actividades civiles y militares dirigidas a preservar la soberanía y la independencia de nuestro país, a conservar la integridad del territorio y de sus recursos estratégicos, así como la paz de la República, en el marco de la Constitución y las leyes; contribuyendo a generar las condiciones para el bienestar social, presente y futuro de la población […] La Defensa Nacional constituye un derecho y un deber del conjunto de la ciudadanía, en la forma y en los términos que se establecen en la Constitución de la República y en las leyes. Es un bien público, una función esencial, permanente, indelegable e integral del Estado. En su instrumentación confluyen coordinadamente las energías y los recursos del conjunto de la sociedad […] La política de Defensa Nacional, como política pública, debe propender a través de acuerdos amplios a políticas de estado y debe cumplir con los principios generales del derecho interno y del derecho internacional, en coordinación con la política exterior del Estado; y respetar, especialmente, los principios de autodeterminación de los pueblos, de preservación de la paz, de no intervención en los asuntos internos de otras Naciones, de solución pacífica de las controversias y de cooperación entre los Estados. Se establece la acción diplomática como primer instrumento de solución de conflictos […] En el ejercicio del derecho de legítima defensa consagrado en la Carta de las Naciones Unidas, la República Oriental del Uruguay se reserva el recurso del uso de la fuerza para los casos de agresión militar, sin perjuicio de ejercer todos los medios disuasorios y preventivos que resulten adecuados […]La política militar de defensa establecerá la doctrina del empleo de los medios militares que aseguren la integridad territorial del país y el libre ejercicio de los derechos de jurisdicción y de soberanía en los espacios terrestre, marítimo y aéreo del Estado uruguayo. Asimismo, determinará la adecuada y eficaz preparación para enfrentar una agresión militar externa”
De la atenta lectura de estos cinco párrafos surgen algunos elementos sustantivos que corresponde resaltar. En primer término, el concepto de que la defensa nacional es una función indelegable del Estado y debe propender a acuerdos amplios que le permitan transformarse en política de Estado; y es además un derecho y un deber del conjunto de la ciudadanía. Pero no es nada menor la definición que la defensa nacional es el conjunto de actividades civiles y militares para la preservación de la soberanía y la integridad territorial, pero también –tema nada menor- para la preservación de los recursos estratégicos. Esto último lleva a concebir como discusiones de defensa nacional y temas de estudio en el ámbito de la defensa nacional, discusiones políticas como la explotación de los recursos naturales en general, de la minería y de la propiedad de la tierra en particular.
Así es como desde este ángulo de concebir la preservación de los recursos estratégicos como parte de la Defensa Nacional, es que el Estado Mayor de Defensa ha realizado un profundo estudio sobre la extranjerización de la tierra y sus consecuencias, que añade al tema un ángulo diferente al que surge de la discusión estrictamente económica o social. Una discusión que aflora tenuemente en muchos países del mundo, especialmente del Hemisferio Occidental, y que se prevé adquiera un alto voltaje en muy poco tiempo. Discusión que se realiza en países con las más diferentes concepciones políticas, pero que en líneas generales confronta una posición de tipo nacionalista –que es la que emerge de la Ley Marco de Defensa Nacional- con una posición que puede catalogarse más de tipo globalista o mundialista. Más o menos en paralelo va de un lado la concepción política, militar y social de los recursos naturales y de otro el análisis desde una conceptualización estrictamente económica cuando no exclusivamente financiera. El pensar y discutir los temas en el ámbito de una concepción más general de Defensa Nacional es lo nuevo que aparece y que cambia mucho los ejes de debate.