El Observador
Grosso modo hay dos grandes estilos: el de la síntesis y el del péndulo […]El estilo de búsqueda de la síntesis implica que el líder, en lo que dice y en lo que hace, siempre trasmita a todos algún elemento en común en que se puedan reflejar […] Como ocurre con el péndulo, mientras va de un extremo al otro, de un lado al otro, en cada momento hay alguien que se ve reflejado plenamente en él. Y cuando deja de verse reflejado, como sabe que está ante un péndulo, espera el momento en que el péndulo vuelva a coincidir con su propia postura.
Cuando se analiza una conducción se debe partir de lo conducido. En el caso de una fuerza política se conducen básicamente dos grandes cosas; por un lado las estructuras políticas y por otro, la gente (ya fuere militante u observante), entendida en algún momento como gente que se moviliza, dinámica, que milita, y en otro escalón como la gente pasiva, opinante y votante, que es lo que groseramente se denomina “opinión pública”.
Tanto en la colectividad blanca como en la colorada, desde que funcionan como partidos modernos, nunca ha habido un líder del todo. Los líderes son líderes de un sector. Y por supuesto, el líder del sector mayoritario tiende a tener un peso mayor que el líder o los líderes de los sectores minoritarios. Pero aunque su dominio fuese muy grande, fuese por ejemplo del 80% del partido, como ha ocurrido, no es reconocido como líder único de todo el partido. En el Frente Amplio es diferente. Por un lado, al igual que en los partidos tradicionales, existen los líderes sectoriales. Por ejemplo: Mujica o Lucía Topolansky en el MPP, Astori en el Frente Liber Seregni, Lorier en la 1001, Rubio en la Vertiente Artiguista, Fernández Huidobro en la Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad. Pero por encima de cada uno de ellos, hay un líder único de todo el Frente Amplio. En los orígenes lo fue el general Liber Seregni, ahora lo es Tabaré Vázquez. Hace poco se pudo dudar si Vázquez mantenía el liderazgo del Frente Amplio o quedaba desplazado por Mujica; ahora ya no hay dudas que retiene el liderazgo, o que ha reconquistado el liderazgo. Eso es lo que diferencia los liderazgos en el Frente Amplio y en los partidos tradicionales.
El líder del Frente tiene dos papeles. Uno es dirigir, conducir o moderar a los líderes sectoriales y sus sectores. Otro es conducir al conjunto de la gente frenteamplista, gente independiente o gente que adhiere a sectores, gente cuyo único líder es el líder del Frente Amplio y gente que sigue al líder del frente y al líder de su sector. Conducir a los sectores puede hacerse de dos maneras: una es coordinar, moderar; otra es marcar el rumbo e imponer. Sea para buscar un acuerdo sea para imponer una decisión, importa saber cómo se hace eso, cuál es el estilo del conductor. Grosso modo hay dos grandes estilos: el de la síntesis y el del péndulo.
En toda fuerza política -no sólo en el Frente Amplio- hay un abanico muy grande de corrientes, de fracciones articuladas a nivel de grupos políticos, pero además también hay un abanico muy grande de formas de pensar a nivel de la propia gente. La gente tiene muchos matices; hay matices muy grandes y entre una punta y la otra hay normalmente poca coincidencia. Cuando se representa a medio país, es evidente que hay formas distintas de ver las cosas sobre los más distintos temas y hasta sobre la valoración del país y de la sociedad. Entonces ¿qué hace un líder que pretender representar a toda esa gente, con ese nivel de matices y de diferencias? Una de las cosas que puede hacer es buscar la síntesis.¿A qué se le llama la síntesis? A buscar un punto en que todos se puedan reflejar, en que todas las corrientes y toda la gente se puedan reflejar parcialmente. Lograr que cada uno sienta que lo más significativo de su pensamiento o lo más relevante de la medida circunstancial a adoptarse, o por lo menos una parte muy importante del pensamiento o de la medida, esté reflejado en esa síntesis. El estilo de búsqueda de la síntesis implica que el líder, en lo que dice y en lo que hace, siempre trasmita a todos algún elemento en común en que se puedan reflejar. Puede decirse que la síntesis es como una especie de promedio matemático de las diferentes posturas. El líder no se identifica ni en su totalidad ni en su mayoría con una de las posturas, sino que siempre busca estar lo más en el medio posible de todas. Ese estilo de búsqueda de síntesis fue el estilo dominante del general Seregni, el estilo con que condujo al Frente Amplio la mayor parte del tiempo, en su cuarto de siglo de liderazgo.
El otro estilo, el del péndulo. La definición de péndulo la hace Juan Domingo Perón en una obra que recoge diez lecciones políticas que dio en 1949. El libro se llama “La conducción política”. Ahí define que su papel es ir oscilando en el abanico de lo que representa, del peronismo, de tal manera que en un momento determinado toda una corriente se vea reflejada en él; luego la va abandonando lentamente. Y se mueve hacia el otro extremo, y al llegar a ese otro extremo todos quienes están allí se ven reflejados en él. Como ocurre con el péndulo, mientras va de un extremo al otro, de un lado al otro, en cada momento hay alguien que se ve reflejado plenamente en él. Y cuando deja de verse reflejado, como sabe que está ante un péndulo, espera el momento en que el péndulo vuelva a coincidir con su propia postura.
El péndulo se mueve en un solo eje, en este caso en el tiempo. Hay otros ejes en el que se puede mover. A poco de comenzar su mandato presidencial, Vázquez sintió la necesidad de fortalecer los lazos con México, en la continuación de la política hacia ese país trazada en los gobiernos anteriores, y para ello debía entrevistarse con el presidente conservador Felipe Calderón. También era conveniente entrevistarse con el presidente colombiano Alvaro Uribe, en general bastante mal visto por buena parte de la izquierda. ¿Qué hace Vázquez? Visita a Calderón en México, a Fidel Castro en La Habana y a Uribe en Bogotá. Presenta un péndulo en que en algún momento de esa gira todo un sector del Uruguay se sienta reflejado, sea con Calderón, sea con Fidel Castro, sea con Uribe. Esto mismo lo hace al posicionarse en diferentes temas nacionales o programáticos.
Esto es básicamente el estilo de Vázquez. Que como pasa en todos los casos, se complementa con los aspectos personales y temperamentales de cada uno. Pero entender la teoría del péndulo ayuda mucho a comprender las actitudes de Tabaré Vázquez y la forma en que se posiciona. www.factum.edu.uy