Radiocero y Radio Monte Carlo
Hay cada vez más probabilidades de que el Partido Nacional y el Partido Colorado voten juntos en las elecciones departamentales de Montevideo [...] parece natural que el objetivo de que las dos divisas históricas se junten tiene como objetivo prevalecer sobre el Frente Amplio. [...] Como se ve, esto que empieza por Montevideo va a tentar a casi todo el mundo, a unos en un lado, a otros en otro lado, a todos en otro otro. Entonces, se sabe por dónde se empieza, pero no se sabe por dónde se termina.
OAB: Parece un hecho, o para ser más prudentes, que hay cada vez más probabilidades de que el Partido Nacional y el Partido Colorado voten juntos en las elecciones departamentales de Montevideo del 10 de mayo de 2015. Bajo un mismo lema. El tema da para muchos ángulos de análisis, desde el jurídico-electoral al de los impactos sobre los votantes blancos y colorados, hasta sobre las posibilidades de que tenga el Frente Amplio de tener en riesgo el gobierno capitalino, seguido por cuál puede ser la oferta de candidatos tanto del Frente Amplio como del nuevo partido que sumaría a blancos y colorados.
Ahora bien ¿el fenómeno se detiene aquí? ¿el acuerdo se limita a Montevideo? ¿o se va a extender al interior? ¿o se va a reclamar que se extienda al interior?
Conviene pues analizar algunas cosas
MT: Por dónde te parece empezar.
OAB: El punto de partida es que, más allá de claras e inequívocas diferencias históricas, de sensibilidad política y de cultura política entre lo blanco y lo colorado, hay mayor proximidad entre lo blanco y lo colorado que entre el conjunto, o el promedio, o lo dominante en los partidos tradicionales de un lado y el Frente Amplio del otro.
Es claro que desde 1999 en Uruguay comenzó a funcionar si no un bipartidismo, un bi bloquismo. Dos grandes bloques. De un lado el Frente Amplio, del otro lado, como dos partidos diferentes pero dentro del mismo bloque, al Partido Nacional y al Partido Colorado. Y se ha visto que hay bastante trasvasamiento de votos, lo que en ciencia política se llama bastante volatilidad electoral, tanto de elección nacional a elección nacional, como más acentuadamente, dentro del mismo ciclo electoral, del voto en octubre al voto en mayo, del voto nacional al voto departamental.
Planteada así las cosas, parece natural que el objetivo de que las dos divisas históricas, casi bicentenarias, se junten tiene como objetivo prevalecer sobre el Frente Amplio.
La apuesta en Montevideo es una apuesta que parte de números negativos. En el voto nacional la relación del Frente Amplio con los partidos tradicionales fue de 56 a 37; una fuerte diferencia de casi 20 puntos. Y en el voto departamental, donde el FA tuvo la fuga de un 10% de los montevideanos, que votaron en blanco, la relación a favor del FA fue de 46 a 38, es decir, 8 puntos. Por tanto, la alianza lo que plantea es mejorar las posibilidades de competencia, desde atrás. Es remontar una montaña o al menos una cuchilla.
Si esa la razón es la que apuntamos, de prevalecer quienes se sienten más próximos entre sí contra el más lejano, entonces la primera pregunta es ¿por qué no se empieza por el único departamento en que el Frente Amplio ganó la Intendencia gracias exclusivamente a la división de blancos y colorados?
MT: ¿Dónde ocurrió eso?
OAB: En Artigas. El Frente Amplio ganó la Intendencia de Artigas con el 45% del total de votantes, frente al 40% del Partido Nacional y el 9% del Partido Colorado. El resto fue para los otros dos partidos, para el voto en blanco y para el voto nulo. Como puede verse a simple vista, ambos partidos tradicionales sumados fueron el 49% y el FA el 45%. Hubiera cambiado la titularidad de la Intendencia.
Con un aditamento. En octubre, en el voto nacional, el Frente Amplio salió segundo y perdió con el Partido Nacional: 37% contra 41%. Entonces, todo indica que los dirigentes blancos y los dirigentes colorados de Artigas van a ver con mucho interés este tema, que no les es menor.
MT: Bueno, es el único caso. Ahí se termina el tema: Montevideo y Artigas
OAB: No. Ahí empieza el tema. Porque hay tres departamentos en que la elección se definió ni cabeza a cabeza, sino hocico a hocico. En Florida el Partido Nacional se impuso por el 1%; en Paysandú el Partido Nacional y en Salto el Partido Colorado se impusieron tan solo por el 2% de los votos. Cada uno podrá confiar en que su gestión le de más holgura, pero con los números crudos de la elección pasada no es para que estén tan cómodos. Máxime si se observa que la diferencia de los partidos tradicionales sobre el frenteamplismo fue de 14 puntos en Salto, 11 en Florida y 9 en Paysandú.
Pero aquí viene otro problema. El Partido Colorado ganó en Salto gracias a que se hundió el Partido Nacional: de octubre a mayo pasó del 27% al 12%, perdió 15 puntos porcentuales. Y en Paysandú fue al revés, se cayó el Partido Colorado del 14% al 8%. Y en Florida los colorados cayeron a la mitad, del 20% al 10%.
Pero este fenómeno es más grave para el coloradismo en los departamentos en que hay una hegemonía blanca en las elecciones departamentales, en los que el Partido Nacional gana ininterrumpida desde hace más de medio siglo, como esa diagonal que comprende Colonia, San José, Flores, Durazno, Lavalleja, Tacuarembó, y Cerro Largo. En esos siete departamentos el Partido Colorado de octubre a mayo pierde entre 11 y 14 puntos porcentuales. Como resultado queda con algún edil perdido. Pero la otra característica de esas elecciones es que se transforman en una elección interna dentro del Partido Nacional, entre figuras poderosas, como han sido las disputas entre caudillos o gobernantes como Moreira y Zimmer, Chiruchi y Cerdeña, Echeverría y Mazzulo, Bruno e Irazábal, Giorello y Vergara, Chiesa y Da Rosa, Barreiro y Botana.
Para la dirigencia del Partido Colorado de esos siete departamentos puede ser una gran tentación votar bajo el mismo lema junto al Partido Nacional. A ello hay que sumarle Treinta y Tres, donde después de un breve intervalo frenteamplista, que cortó la larga serie de intendencias blancas, y ello en gran medido debido a una feroz lucha interna en el Partido Nacional, éste recuperó el gobierno; pero también aquí se desplomó el Partido Colorado, por lo que hay que agregarlo a la lista de posibles interesados.
MT: Ya tenemos 13 departamentos en que puede interesar el votar bajo un mismo lema a blancos y colorados: Montevideo y 12 del interior.
OAB: Para empezar 13. Porque ¿qué piensan blancos y colorados en tres departamentos en que el intendente frenteamplista no es reelegible, como Canelones con Marcos Carámbula, Maldonado con Oscar de los Santos y Rocha con Artigas Barrios? Porque en los tres departamentos el intendente tiene un alto nivel de aprobación, pero no corre en las próximas. Pero por otro lado el Frente ganó con bastante luz sobre ambos partidos tradicionales sumados, sobre todo en Canelones con 20 puntos y Rocha con 15, pero no tanta luz en Maldonado con 5 puntos de diferencia.
Parecería que la posibilidad mayor para blancos y colorados de volcar la balanza es ir bajo un mismo lema.
MT: Llegamos a 16 departamentos.
OAB: Todavía no llegamos. Porque en Soriano y Río Negro el Frente Amplio fue la primera fuerza en octubre y luego perdió la Intendencia. Lo mismo pasó en San José, Salto y Paysandú, que ya analizamos.
Pero en Río Negro el FA perdió la Intendencia por solo 6 puntos porcentuales, lo que dado que el intendente blanco Omar Lafluf no es reelegible, también pone este departamento en la lista de los que una alianza blanqui-colorada parece aconsejable para los intereses tradicionales.
Quizás en Soriano sin la reelección de Guillermo Besozzi pueda plantearse una lucha triangular. No se sabe, pero a eso aspiran los colorados. Así que es el primero que uno dejaría como fuera de la tentación del lema común.
MT: Ahora sí llegamos a 17. Quedan 2, uno ya dijiste que es Soriano
OAB: El otro es Rivera, con hegemonía colorada en las elecciones departamentales. Como se ve, esto que empieza por Montevideo va a tentar a casi todo el mundo, a unos en un lado, a otros en otro lado, a todos en otro otro. Entonces, se sabe por dónde se empieza, pero no se sabe por dónde se termina.