Radiocero y Radio Monte Carlo
Parecería que Tabaré Vázquez pretende que el vicepresidente sea fundamentalmente un presidente del Parlamento, que maneje institucionalmente el Parlamento, que maneje la bancada oficialista [...] Todo indica que el partido se juega entre Mónica Xavier de un lado, que podría ser la candidata in pectore del propio Vázquez, y una candidata del Espacio 609, del mujiquismo, del MPP.
OAB: Comencemos por algo: no existe la Vicepresidencia de la República, pese a que así lo pusimos en el título ¿Qué quiere decir? Que no hay ningún organismo ni ningún órgano llamado Vicepresidencia de la República. Lo que hay es un vicepresidente de la República. El vicepresidente de la República cumple dos funciones desde el punto de vista constitucional:
Una. La función permanente: es el presidente del Parlamento. Es decir, es miembro y presidente de la Cámara de Senadores y en tanto tal es presidente de la Asamblea General, que es el conjunto de las dos cámaras legislativas. Esta es el función permanente del vicepresidente de la República, que en realidad debería ser llamado no como vicepresidente sino por el título de su función permanente que es cabeza de un poder del Estado: presidente de la Asamblea General.
Dos. La función accesoria o supletoria. Es cuando por licencia del presidente de la República, ocupa ese cargo. Es decir, como suplente del presidente o presidente suplente de la República.
FV: Eso desde el punto de vista jurídico o formal ¿y qué pasa desde el punto de vista política?
OAB: En materia de derecho constitucional se dice que hay una constitución formal y una sustantiva. La formal es la que sale de los textos, de la letra de la constitución. La sustantiva es lo que a partir de los textos se genera con la práctica, las costumbres que terminan siendo de hecho obligatorias, o que marcan criterios, o que marcan normas.
El problema con el cargo de vicepresidente de la República es que en el Uruguay hay pocos antecedentes de larga data, el cargo se crea tarde, en 1934, y hasta el golpe de Estado de 1973 hubo muchas interrupciones, fue intermitente por distintas razones: cambios en sus funciones, supresión del cargo, vacancia del cargo porque el titular pasó a ocupar la Presidencia de la República. Así que la experiencia acumulada es a partir de la restauración institucional. Y tenemos entonces seis experiencias, las de Enrique Tarigo, Gonzalo Aguirre Ramírez, Hugo Batalla, Luis Hierro López, Rodolfo Nin Novoa y la actual de Danilo Astori.
Pero además debemos tener en cuenta no solo su rol en el Poder Ejecutivo y en el Parlamento, sino además que normalmente es un líder político. Y no hay que confundir los tres roles.
Se pueden encontrar varios modelos.
FV: Qué te parece si vemos los diferentes modelos.
OAB: Primero tengamos claro que todos los vicepresidentes actúan como número uno del Parlamento, en eso no hay diferencias. La diferencia es si además cumplen un rol en el Poder Ejecutivo o no.
Oficialmente en reuniones del Consejo de Ministros han participado solamente los vicepresidentes frenteamplistas, Nin Novoa y Astori. La praxis de los partidos tradicionales, que es la más ajustada al texto constitucional, es que mientras no supla al presidente, el vicepresidente no tiene nada que ver con el Poder Ejecutivo. Aquí entonces hay dos modelos.
En cuanto al rol político, en esencia puede ser manejar el partido y manejar la bancada oficialista. Ese rol fue cumplido en ambos extremos por Enrique Tarigo. Y en manejar el oficialismo aunque no el partido, por Luis Hierro López.
Distinto es cuando el vicepresidente es el líder de otra fracción del oficialismo, de una fracción diferente a la del presidente. En este caso la relación entre ellos se transforma en una relación entre líderes sectoriales: así fue la de Lacalle con Gonzalo Aguirre, o es la de Mujica con Astori.
Esta relación entre dos líderes sectoriales es parecida a cuando dos líderes se relacionan entre sí aunque no sea una relación de presidente y vice. El caso ejemplo es el de Batlle y Sanguinetti en la presidencia de Jorge Batlle, donde cada uno era el líder de la mitad del partido oficialista.
Esta confusión entre el rol de presidente y vice y los roles de líderes de medio partido cada uno, ha confundido a muchos periodistas extranjeros, especialmente argentinos. No saben leer bien las veces que hay chisporroteos entre Mujica y Astori. Dicen: hay un enfrentamiento institucional entre el presidente y el vicepresidente. Y uno debe aclarar: no, es un enfrentamiento entre los líderes de las dos principales corrientes del oficialismo. Eso es otra cosa.
FV: ¿Y ahora qué viene?
OAB: Hablemos del Frente Amplio, porque en los partidos tradicionales la candidatura a vicepresidente va a depender mucho de los resultados de la competencia interna. En cambio, en el Frente Amplio el candidato a presidente está decidido, más allá que haya otros precandidatos, y la elección del candidato a vicepresidente es un gran tema de discusión. Primero que todo hay un tema de tiempos. Hay tres posibilidades: Uno, que el candidato se decida o acuerde ahora, antes del Congreso del Frente Amplio de fines de noviembre. Dos que se resuelva el año que viene, antes de las elecciones internas del 1° de junio. Tres, que se decida después.
FV: ¿Y el otro tema es quién?
OAB: Bueno, más bien qué características puede tener.
Parecería que Tabaré Vázquez pretende que el vicepresidente sea fundamentalmente un presidente del Parlamento, que maneje institucionalmente el Parlamento, que maneje la bancada oficialista, lo que supone el manejo de las relaciones entre los sectores del Frente Amplio, y que maneje las relaciones políticas con la oposición. Además, que sea una persona de su más estricta confianza personal. Ha trascendido que en realidad su deseo es que él pudiera designar al candidato.
El mujiquismo, más estrictamente el Espacio 609, cuya fuerza central es el MPP, plantea el tema en otros términos. Lo ha dicho textualmente Lucía Topolansky: hay que seguir el modelo de 2009, que la fórmula sea un equilibrio dentro del Frente Amplio. ¿Qué quiere decir con esto? Que el mujiquismo sugiere que Vázquez no representa a todo el Frente Amplio, sino a una parte, a la coalición que apoyó a Danilo Astori en la disputa presidencial interna de 2009, y votó al Senado ese año bajo un mismo sublema y el año pasado llevó a Mónica Xavier a la Presidencia del Frente Amplio, es decir, a astoristas y socialistas. Entonces, dicen en el Espacio 609, Vázquez representa esa ala y el vicepresidente debe ser de la otra ala , del ala que responde a Mujica. Y dicen: debe ser igual que en 2009, cuando la fórmula fue integrada por los cabezas de las dos alas, Mujica y Astori.
Naturalmente del lado astorista y socialista sostienen otra cosa: que Tabaré es el líder de todo el Frente Amplio, no de uno de ellos, y por lo tanto la fórmula no necesita de reequilibrio alguno.
FV: ¿Y en materia de características personales?
OAB: El astorismo puso sobre el tapete el nombre de la presidente del Frente Amplio Mónica Xavier, que por disposición interna del Frente Amplio no puede ser candidata sectorial y solo puede ser candidata común.
Con ese movimiento, creó un hecho político que a nuestro juicio analítico es irreversible: el candidato a vicepresidente del Frente Amplio va a ser necesariamente una mujer. Se trata entonces de una candidata. No hay espacio para una candidatura masculina, porque si el Frente Amplio optara por un hombre, se le armaría dentro un lío fenomenal y muchos lo interpretarían como un retroceso en un tema tan sensible como la equidad de género.
FV: ¿Y nombres?
OAB: Todo indica que el partido se juega entre Mónica Xavier de un lado, que podría ser la candidata in pectore del propio Vázquez, y una candidata del Espacio 609, del mujiquismo, del MPP. El nombre que originariamente se puso sobre la mesa fue el de Lucía Topolansky, pero ahora se maneja con más fuerza el nombre de la diputada Ivonne Passada, ex presidente de la Cámara de Diputados y actual número dos de la Unión Inter Parlamentaria mundial. Cabe aclarar que Mónica Xavier fue la número uno del área mujeres de la Unión Inter Parlamentaria y por tanto si la decisión está entre ellas dos, está entre dos mujeres de alto nivel internacional parlamentario.
Fuera de estos nombres, hoy por hoy, no parece haber espacio. Y no hay espacio para candidatura masculina.