Radiocero y Radio Monte Carlo
Errores hay muchos, y muchos candidatos tuvieron gran éxito luego de sus errores [...] Lo que importa es analizar con sentido panorámico lo que son las campañas electorales y el valor de los aciertos y los errores. [...] Si un candidato no tiene sostén por sí solo, cae. Por eso el efecto de las campañas largas es que los candidatos están sometidos al examen de la gente día a día, hora a hora, durante mucho tiempo..
OAB: Hace unos días, el precandidato presidencial Luis Lacalle Pou dijo que si fuera electo presidente iba a suspender las excavaciones en la búsqueda de resto de los detenidos-desaparecidos. Acto seguido hubo reacciones adversas desde los sectores afectados y además pronunciamientos opuestos de sus competidores inmediatos, Larrañaga en el Partido Nacional y Bordaberry en el Partido Colorado. Ante ello, el precandidato reconoció que metió la pata. Sin duda fue un error electoral.
Pero errores hay muchos, y muchos candidatos tuvieron gran éxito luego de sus errores. Para tomar un ejemplo de otro lado y otro tiempo. En 1999 Tabaré Vázquez en la localidad de Blanquillo, departamento de Durazno, dijo que si era elegido presidente no iban a subir más la luz, el agua, el teléfono, en otras palabras, que iba a congelar las tarifas públicas. Cuando sus palabras salieron en los titulares nacionales, dijo: ¿Cuándo dije eso? A ver ¿dónde lo dije? Dijo a ver y se vio: un periodista que estaba presente en Blanquillo, lo había grabado y emitió la grabación. El error fue más grande todavía, porque pretendió desmentir que lo hubiese dicho. Y ese error hace mucho que quedó olvidado.
El análisis de hoy no pretende ni hacer un largo raconto de anécdotas de errores en campaña electoral, que hay para todos los gustos y todas las épocas, ni mucho menos convertir el análisis en un rosario de chismes de revista porteña. Lo que importa es analizar con sentido panorámico lo que son las campañas electorales y el valor de los aciertos y los errores.
FV: ¿Por dónde empezamos?
OAB: Creo que conviene distinguir algunas cosas. No es lo mismo una campaña electoral en un país sin sistema de partidos o con un sistema de partidos inestable, cambiante, que una campaña electoral en un país como el Uruguay con un sólido sistema de partidos, con cambios muy graduales y con partidos de muy larga data. Basta tener en cuenta que los dos partidos tradicionales cuentan con 177 años de vida y que el más nuevo, el Frente Amplio, va a cumplir en febrero los 42 años, pero además es el heredero de corrientes políticas con más de un siglo.
Cuando se hacen encuestas en muchos países, a los encuestados hay que presentarle una lista con el nombre de los partidos. En Uruguay es obvio que todo el mundo conoce a los partidos de memoria, es un insulto a los encuestados darle una lista para que conozca los partidos. Este es un primer dato.
FV: ¿Qué más? ¿Qué pasa con los candidatos?
OAB: Hay países, como Estados Unidos, por ejemplo, o a veces en países europeos sólidos como ha ocurrido en España, Francia o Italia, que surgen candidatos no conocidos por el gran público. En Uruguay, para bien o para mal, de los candidatos de hoy tienen en general una larga trayectoria. Vázquez apareció en el escenario nacional en 1989, Larrañaga en 1999, Mieres ese mismo año, Bordaberry en 2005. Lo nuevo es Luis Alberto Lacalle Pou, diputado desde las elecciones de 1999, es decir ya en su tercera legislatura, con un apellido muy conocido, pero él como figura que recién apareció en el plano presidencial este año o como mucho en la pasada Navidad.
Cuando los partidos son ya viejos, cuando los candidatos tienen papel protagónico en muchas elecciones, la campaña electoral qué papel cumple. Esta es la interrogante
FV: ¿Y qué papel cumple?
OAB: Primero esbocemos una tesis, que desde ya decimos que no es para nada compartida ni por publicistas ni por gente del marketing político: El voto es el resumen de impactos recibidos en el largo tiempo.
A veces se sobre dimensiona la campaña electoral como ese período de discursos, jingles y spots televisivos. La campaña electoral dura los cinco años o toda la vida, ¿en qué sentido? El voto es el resumen de los impactos que la gente recibe de cada partido, de cada sector y cada dirigente a lo largo de toda su vida. La gente va formando una imagen de cada uno. Por eso hay que pensar la política como se piensa la vida : uno va juzgando a las personas día a día y eso pasa con los candidatos, con las corrientes y con los partidos.
La gente elige partido y dentro de él elige candidato, en función de los valores, de la identificación con lo que representa cada uno. Tiene en cuenta cuál es su formación, dónde se educó, dónde vive, donde vivió antes, qué hace, qué hobbies tiene, qué lee, qué escucha, qué piensa de las grandes cosas.
Por eso puede decirse que la campaña electoral es permanente, en ese sentido de que es permanente el que la gente reciba impactos para ir formando su opinión
FV: ¿Y entonces, para qué sirve la campaña electoral propiamente dicha, en la que ya estamos metidos?
OAB: La campaña electoral como tal es el tramo final de esa larga campaña. Y como pasa con todo tramo final, ahí se resumen todos esos impactos recibidos. La gente afirma sus certezas, despeja sus dudas, le afloran dudas donde creía certeza.
No va a descubrir errores nuevos en candidatos viejos. Va a descubrir cosas que ya intuía sobre esos candidatos. Cosas para afirmarle su adhesión o definir quitar la adhesión.
FV: ¿Y esto es lo mismos para todos?
OAB: No, estos es para los candidatos que podemos llamar standard. Es diferente para los que llegan de golpe a un nivel presidencial, como es el caso de Luis Lacalle Pou. Está más expuesto a la observación de la gente, a sus aciertos y a sus errores. Mucho más cuando es el candidato más joven. Más aún, de los candidatos con posibilidades de partidos con posibilidades, es decir, de los candidatos que pueden estar en la definición final, de partidos que pueden disputar realmente la Presidencia de la República, Lacalle Pou es el más joven desde que la Presidencia de la República la elige directamente la gente, desde hace casi un siglo.
Por tanto, tiene dos atributos de incertidumbre, que pueden ser su gran fuerza o su gran debilidad: es nuevo y es muy joven. Novedad y juventud son sus atributos, y por ahí puede estar la fortaleza y la debilidad.
Entonces sí, cuando un candidato es nuevo en el nivel presidencial, la campaña electoral adquiere un valor diferente, mayúsculo, similar a la que tienen las campañas en países acostumbrados a que los candidatos empiezan a ser conocidos en la propia campaña. Así pasó con Obama, así pasó con el Bill Clinton o con Jimmy Carter, dos ex presidentes de los Estados Unidos.
FV: Pero además hablas de campaña electoral propiamente dicha respecto a un largo periodo de más de un año ¿Tan largas son las campañas siempre?
OAB: Bueno, en Uruguay sí, en particular desde la reforma constitucional de 1996. Hay países en que las campañas cortas en realidad son las que duran uno o dos meses. Las de Uruguay son campañas que parecen de ciclos históricos.
Ahora bien, un politólogo norteamericano sostiene que en las campañas muy cortas es cuando pueden darse los fenómenos de outsiderismo, cuando aparecen los outsiders, esas personas que irrumpen en el firmamento y deslumbran de golpe a importantes sectores del electorado.
En cambio, sostiene este politólogo, cuando las campañas son largas, duran al menos un año, no se sostiene ningún candidato que no tenga bases para sostenerse. En política y en elecciones no hay fenómenos publicitarios ni de marketing que sostengan a un candidato insostenible durante doce largos meses.
Si un candidato no tiene sostén por sí solo, cae. Por eso el efecto de las campañas largas es que los candidatos están sometidos al examen de la gente día a día, hora a hora, durante mucho tiempo. Y en países como Uruguay, buena parte de esos candidatos ya han sido examinados días a día por muchos años.
FV: En resumen
OAB: En resumen tenemos que hay unos cuantos candidatos, sin duda Vázquez, Larrañaga, Bordaberry, que la gente va a examinar cuánto siguen siendo lo que ellos pensaron, cuánto han mejorado, cuánto han empeorado.
Y hay un candidato, Lacalle Pou, que es el caso opuesto. El examen lo va a ir dando a lo largo de la campaña electoral propiamente dicha, día por día.