31 Jul. 2016

El FA en la hora de la reflexión

Oscar A. Bottinelli

El Observador

La tarea inicial de las próximas autoridades debería ser un diagnóstico frío, desapasionado, riguroso. Sin él, no hay forma de afrontar el futuro […] lo primero es terminar con la autocomplacencia. Lo segundo es salir del tono enojado de polémica con un interlocutor imaginario […] La dirigencia del Frente Amplio se debe un debate consigo misma, de cara a los frenteamplistas que en las encuestas contestan que votarían en blanco, anulado, a ninguno o en forma menos contundente, que no saben. Y a los que no fueron a votar el 24 de julio.

El Frente Amplio ha tenido un nivel de participación que es el más bajo desde que realiza elecciones internas propias para la elección completa de sus autoridades. Y es el corolario de una sucesión de datos que a cualquier actor político lo obliga a hacer una pausa y reflexionar. Sin duda la tarea inicial de las próximas autoridades debería ser un diagnóstico frío, desapasionado, riguroso. Sin él, no hay forma de afrontar el futuro.

Para ello, lo primero es terminar con la autocomplacencia. Lo segundo es salir del tono enojado de polémica con un interlocutor imaginario, donde se pone en ese imaginario ora a blancos y colorados, ora a analistas políticos (desde donde no hubo pronóstico alguno), ora a las encuestas (que no las hubo).

Tampoco buscar la complacencia en invocaciones insostenibles. Un candidato presidencial dijo en plena campaña: “No existe partido político en el mundo que en una elección interna vote siquiera por asomo el 10% de su electorado”. Muy contundente, pero nada que ver con la realidad. Cabe tomar un solo ejemplo, de un partido con algún símil con el Frente Amplio de un país con cultura y sistema político semejante al uruguayo: el centro izquierda italiano. En la última década realizó cinco elecciones internas, propias, en sus locales partidarios, con su organización y sus recursos, en que cada votante debió pagar 5 euros (reducido a 2 euros para los más jóvenes)1. Los porcentajes tienen como base el resultado del centro izquierda en las precedentes elecciones nacionales. En la columna de la derecha la cantidad de participación que debería haber tenido el FA en estas elecciones para igualar dicho porcentaje, respecto a las precedentes elecciones nacionales:

AñoItaliaHipótesis FA
200825,4%288 mil
200922,1%251 mil
201222,2%252 mil
2012 bis20,0%227 mil
201325,7%291 mil

Cómo ha sido el desempeño del Frente Amplio en las tres últimas elecciones internas, en porcentaje sobre sus votos en las precedentes elecciones nacionales:

AñoPorcentajeVotos
200621,0%220 mil
201215,6%170 mil
201628,5%96 mil

De estos cuadros surgen dos conclusiones. Una, que “por asomo” un solo partido en más de cinco oportunidades duplicó o más que duplicó el 10%. Dos, que el Frente Amplio estuvo en ese nivel de participación (el de Italia) en 2006, y luego construyó una línea fuertemente descendente. A esto hay que agregar que en las últimas tres Elecciones Internas Nacionales el Frente Amplio también registra una línea descendente. En cifra redondas: 450 mil, 440 mil, 300 mil.

En sí mismo, todos estos datos en principio permiten inferir un problema: la caída en la participación. Y ello puede obedecer a un fenómeno más general (caída de captación del Frente Amplio) o a un fenómeno más específico: han cambiado las formas de participación, la estructura y funcionamiento del Frente Amplio no se adecua a la era posmoderna, la comunicación y mensajes están fuera de sintonía, o alguna/s causa/s específica/s en relación a la convocatoria y la participación. Pero cabe agregar otros datos. El Frente Amplio obtuvo en octubre de 2004 el 50,5% del total del electorado. En la última década ha contado en su favor, y todavía algo cuenta, con el recambio biológico: se mueren bastantes más blancos y colorados que frenteamplistas; hay más nuevos votantes de extracción frenteamplista que de extracción tradicional. Aplicado el recambio biológico a la votación de 2004, sin pérdida de un solo voto ni captación de un solo voto fuera del espacio frenteamplista, en octubre de 2014 debió alcanzar el 54,2% del electorado; obtuvo el 48,0%. Hay pues una pérdida de captación de 6,2% de todo el electorado, lo cual equivale a unos 150 mil votos. Esa es la pérdida real de captación.

Además, de 2004 a 2014 el Frente Amplio perdió 2 diputados y 1 senador. Perdió 2 diputados de 2004 a 2009 y perdió 1 senador de 2009 a 2014. En las últimas elecciones, con la pérdida del senador, el Frente Amplio no obtuvo mayoría absoluta natural en la cámara alta, sino que la conformó con la incorporación del vicepresidente de la República. Y la mayoría absoluta en la cámara baja la logró por la magra diferencia de 5 mil votos. Entonces, en votos contantes y sonantes, a la pérdida de participación el Frente Amplio agrega pérdida de captación.

Todas las encuestas científicamente realizadas concluyen que la intención de voto del Frente Amplio se sitúa hoy -no es un pronóstico para 2019- en un rango del 30% al 35%, puntos más puntos menos3. En otras palabras, con una pérdida neta de 13 a 18 puntos porcentuales de la votación pasada. La otra conclusión de las encuestas es que no crece el área tradicional4. Aparece pues lo que Factum denomina “un muro invisible”, en que los votos que el Frente Amplio pierde se mantienen en el área que va del centro hacia la izquierda.

Entonces, el “muro invisible” es una fortaleza para el Frente Amplio, si la dirigencia entiende que toda su pérdida está dada por frenteamplistas disconformes, o desilusionados, o enojados. De donde, para nada vale polemizar con blancos y colorados, porque allí no está el problema. Demostrar las falencias de los partidos tradicionales no aporta al debate, porque esos frenteamplistas alejados no miran a los blancos, ni a los colorados y tampoco en mayor medida a Novick. La dirigencia del Frente Amplio se debe un debate consigo misma, de cara a los frenteamplistas que en las encuestas contestan que votarían en blanco, anulado, a ninguno o en forma menos contundente, que no saben. Y a los que no fueron a votar el 24 de julio.


1 Las elecciones de 2008, 2009 y 2013 corresponden al Partito Democratico. Las dos de 2012 corresponden al agente político “Italia. Bene comune”. La 2012 bis corresponde al balotaje entre los dos candidatos más votados.

2 Cálculo probable sumados los votos del exterior a los casi 89 mil votantes de Uruguay

3 La última Encuesta Nacional Factum, de junio, registra para el Frente Amplio una intención hipotética de voto del 30%

4 La misma encuesta arroja un total de 41% para la suma de Partido Nacional, Partido Colorado y Protopartido Novick (éste capta un uno por ciento del total del electorado de votantes del Frente Amplio en 2014).