El Observador
Desde el ángulo jurídico, en cada país y circunstancia, habrá siempre abogados y juristas para defender la licitud o ilicitud de toda limitación impuesta al Cuerpo Electoral […] la tesis de que hay un criterio para los tirios y un criterio opuesto para los troyanos es lo que hace que los pueblos descrean de los sistemas de poder […] el descreimiento de los pueblos afecta en mayor o en menor medida a todo Occidente
Cuando a los pueblos se limita poder elegir, explota el descreimiento
La relación entre magistrados y representantes del pueblo es uno de los temas de alta tensión y de difícil resolución en la teoría política, abordado desde Emmanuel-Joseph Sieyès, Alexis de Tocqueville, Woodrow Wilson hasta autores contemporáneos, generalmente en defensa o en grito de alarma ante la limitación que la justicia pone a los legisladores
En clave moderna, puede utilizarse el término “gobierno de los jueces” o -con perdón de la mezcolanza de fuentes lingüísticas- “magistradocracia”, es decir, cuando la magistratura toma decisiones fundamentales que limitan o condicionan las decisiones ciudadanas, o decisiones populares. En otras palabras, guste o no guste, cuando el pueblo es desplazado o condicionado en el derecho de elegir a sus representantes y sus gobernantes El tema puede analizarse desde el ángulo jurídico, y allí, en cada país y circunstancia, habrá siempre abogados y juristas para defender la licitud o ilicitud de toda limitación impuesta al Cuerpo Electoral.
Conviene repasar algunos casos de decisiones judiciales que afectan decisiones electorales:
Brasil. La magistratura condena a José Inazio Da Silva, “Lula” y dictamina su prisión. Con lo que le impide hacer campaña electoral y abre el camino a su proscripción como candidato. Ello, cuando todas las encuestas lo señalan como el ciudadano con mayor intención de voto para la Presidencia de la República y con las mayores probabilidades de ganar la elección, es decir, de ser electo presidente. En el medio, una formidable comedia de errores entre jueces de una parte y jueces de la otra parte. El corolario es una gran incertidumbre sobre el futuro electoral de Brasil y el riesgo de que una parte significativa de su población, circa la mitad, sienta -con razón o si ella- que le trampearon su derecho a decidir.
España/Cataluña. A fines de octubre, el gobierno central de España desplazó a las autoridades de la Generalitat, es decir, del gobierno de la Comunidad Autónoma de Cataluña, elegida por los los ciudadanos de la región. El 21 de diciembre se celebraron nuevas elecciones; no pudieron participar en la campaña electoral los líderes de los dos principales partidos soberanistas, independentistas, catalanistas o algo por el estilo: Carles Puigdemont del PdeCAT ( Partit Demòcrata Europeu Català), presidente cesado de la Generalitat, exiliado y perseguido judicialmente; y Oriol Junqueras de ERC (Esquerra Republicana de Catalunya), vicepresidente cesado de la Generalitat y preso. Pero he aquí que ambos partidos más Candidatura d'Unitat Popular (CUP) conformaron una mayoría absoluta en el nuevo Parlamento; sin embargo, fueron impedidos de reelegir a Carles Puigdemont como presidente y a Oriol Junqueras como vicepresidente por impedimento de la magistratura. Magistratura que además en los últimos días cesa en su banca de diputados a Puigdemont y otros cinco soberanstas recién elegidos por la ciudadanía.
Italia. El varias veces presidente del Gobierno Silvio Berlusconi fue inhabilitado como candidato y cesado en el Senado, a raíz de una condena judicial. En las pasadas elecciones del 4 de marzo, venció con holgura el Centro Destra, donde se disputaba la pesidencia del Gobierno entre Matteo Salvini (líder de la Lega) y Antonio Tajani (Forza Italia), como vicario del inhabilitado Berlusconi. Salvini derrotó a Tajani y politicamente a Berlusconi. Como está harto demostrado aquí con Mujica, hay líderes que no trasladan su captación electoral ni hacia su grupo político ni hacia un vicario. Existe la hipótesis que eso pudo haber ocurrido en el caso de Berlusconi y hay quien piensa -lo que no es descabellado, pero no se puede demostrar cientificamente- que con Berlusconi candidato, Forza Italia hubiese vencido a la Lega y hoy habría sido el presidente del gobierno italiano (por la mayor facilidad en obtener apoyos centristas para una mayoría de gobierno). Quizás. La historia pudo ser diferente y si ello pudiese haber ocurrido, el tiro le salió por la culata a los impulsores políticos de su proscripción. Porque resultó un gobierno euroescéptico y antiinmigración Pero lo realmente significativo es que la proscripción de Berlusconi fue levantada a escasos tres meses de transcurridas las elecciones. Aunque no pueda afirmarse con certeza, aunque menos aun pueda demostrarse, planea la sospecha que los magistrados incidieron en que cambiase el resultado electoral.
Venezuela. La magistratura judicial y la administrativa impiden -para los comicios del pasado 20 de mayo- la candidatura presidencial de los dirigentes opositores Leopoldo López y Henrique Capriles, quienes en las encuestas registraban la primera y segunda preferencia dentro de los líderes opositores. Además, el pueblo eligió una Asamblea Legislativa con amplia mayoría opositora y esa Asamblea Legislativa fue vaciada de competencias.
Cabe repetir. En todos los casos se pueden señalar disposiciones constitucionales, legales y reglamentarias, criterios doctrinarios o jurisprudencia, que avalan las decisiones de los magistrados. En todos los casos se pueden hacer los más perfectos razonamientos jurídicos. Pero hay algunas cosas que deben tenerse presente. Una es que si se apela a buscar y rebuscar en puntos y comas, ello debe ser válido para tirios y para troyanos; la tesis de que hay un criterio para los tirios y un criterio opuesto para los troyanos es lo que hace que los pueblos descrean de los sistemas de poder, no solo de los políticos, sino también de los magistrados, de los medios de comunicación, del poder económico. Lo segundo es que cuando a los pueblos se les limita o cercena su posibilidad de elegir, se potencia ese descreimiento popular en los sistemas de poder. Cabe recordar que el descreimiento de los pueblos afecta en mayor o en menor medida a todo Occidente, a Europa y a las Américas. Y en este confín del mundo conviene poner las barbas en remojo, porque como dice el dicho popular: acá las cosas tardan en llegar, pero llegan.