El Observador
Una discusión que no hubiese existido década y media atrás […] hasta el año 2005 , Uruguay como país y como sociedad exaltó el esfuerzo realizado en forma voluntaria […] Muchas veces se observan enroques en la política. Los trabajadores de Envidrio, los involucrados del MPP, el PIT-CNT vuelven a las viejas tesis enfrentados a la tesis Murro, a la cual adhiere el sector nacionalista que formula la denuncia.
Uruguay en el pasado exaltó la solidaridad, la fraternidad, la militancia
Con los chisporreteos propios de una campaña electoral que va camino a ser la más bélica de las últimas décadas (en términos uruguayos), surge una discusión en torno al trabajo gratuito realizado por dependientes de la empresa cooperativa Envidrio a fin de hacer mantenimiento en la planta paralizada. Y surgen dos visiones: la de los acusadores, desde un sector nacionalista, de que se trata de trabajo en negro; la de los defensores, empleados de la cooperativa, parlamentario del MPP y dirigencia del PIT-CNT, de que se trata de una acción militante o de voluntariado. Es decir, la discusión es si los hechos -que no se controvierten- están en el plano de la negritud o de la solidaridad
Esta es una discusión que no hubiese existido década y media atrás ¿Por qué? Porque a lo largo de su historia, pero en particular a lo largo de todo el siglo XX y exactamente hasta el año 2005 (con un primer aviso, poco advertido, hacia finales de 1989), Uruguay como país y como sociedad exaltó el esfuerzo realizado en forma voluntaria. Que presenta distintos nombres, diversas formas y también diferentes fuentes ideológicas. Se le ha llamado militancia, cooperación, solidaridad, fraternidad, gauchada y más modernamente voluntariado.
Las formas pueden ser de carácter colectivo, más o menos masivo, como la militancia o aporte físico personal a un partido político, un sindicato, una comisión de fomento, una entidad social o lo que más modernamente adquiere la denominación de ONG. Las formas pueden ser más individual, familiar, vecinal, como la solidaridad hacia un vecino. El ejemplo más clásico fue la vieja gauchada de vecinos y amigos aportando su esfuerzo personal para hacer la planchada de la casa del vecino, en medio de asado y vino. La izquierda política y sindical, durante mucho tiempo con escasez de medios financieros, lo compensó con el formidable aporte de sus militantes, que dieron horas de sueño y de descanso en pro de las causas que consideraban justas. Hay que agregar las organizaciones que recaudaban fondos para repartir alimentos y ropa a las personas carenciadas; hace años, esa solidaridad llamada filantropía tuvo sus detractores porque significaba dádivas o limosnas para perpetuar un orden social injusto. Sin duda chocaba y mucho ese dar sin contraprestación alguna, que hería el orgullo del receptor (esto da para otro análisis: la conceptualización de una parte de las políticas sociales que en viejo lenguaje tienen formas y sustancia de filantropía).
Las fuentes ideológicas se encuentran en el marxismo y el anarco sindicalismo, en el cristianismo, en el judaísmo, en el liberalismo filosófico, para mencionar aquéllas que en mayor o menor grado impactaron en esta sociedad.
Hasta que llegó el año 2005, en que el Frente Amplio realizó un inesperado giro ideológico, jamás debatido (como nunca debatió otras cosas sustanciales en que realizó giros más formidables aun, como su política de alianza de clases). Ese giro, inspirado desde el Banco de Previsión Social, supuso considerar que toda acción de trabajo voluntario es de por sí trabajo en negro, con la excepción del trabajo voluntario que sea limitado, por pocas horas, previo trámite burocrático y autorización de las autoridades. Como quien dice, se estatizó la solidaridad y el voluntariado. Toda actividad militante, comportamiento fraternal, actitud cooperativa o gauchada tiene la presunción de trabajo en negro y de evasión tributaria, hasta que se demuestre lo contrario. Este giro ideológico en la izquierda es un rechazo de los clásicos valores de la izquierda, como en el cristianismo es un rechazo a valores esenciales del cristianismo, como en el liberalismo filosófico es un rechazo al concepto de fraternidad.
Es interesante que como este giro ideológico parte desde el BPS, resulta mucho más combatido y casi prohibido el aporte físico personal, y en cambio -como la otra visión tiene como fuente administrativa a la DGI- casi no solo no ha sufrido cortapisas sino que se ha estimulado la solidaridad que no requiere aporte físico y cuyo aporte es material, en dinero o en especie. Es decir, se puede dar alimentos, ropa o dinero, pero no trabajo propio. En verdad no está prohibido, se puede hacer, siempre que no se superen muchas horas, en actividades determinadas, previo trámite ante el BPS y el Ministerio de Trabajo y se observen todas las inspecciones correspondientes. El aviso de este giro ocurrió en diciembre de 1989. Y no fue advertido. Desde 1971 el Frente Amplio marcó como un elemento diferencial a imprimir en la gestión del gobierno departamental de Montevideo, el aporte militante de los vecinos en hacer cosas por sí mismos: refugios en paradas de ómnibus, bancos en las plazas, limpiezas de calles, plazas, parques y playas, recogida de basura. Y lo ejemplificó en una formidable jornada del 6 y 7 de noviembre de 1971. Cuando Tabaré Vázquez es elegido intendente, anuncia -a pedido de una Adeom controlada por el viejo Partido Comunista- que la participación significa discutir las necesidades, fijar las prioridades y controlar la ejecución; la ejecución quedaba fuera de la militancia, reservada a los funcionarios municipales. Ese fue el primer aviso del cambio ideológico que se consagrará en 2005.
Cabe recordar que cuando un tornado devastó la ciudad de Dolores, la gente se lanzó sin dormir y hasta quedar exhausta a prestar solidaridad en las policlínicas, en las casas de los vecinos, a barrer escombros. Desde el Ministerio de Trabajo la preocupación fue que la gente no estuviese en planilla. Entre los doloreños y la autoridad se marcó la distancia entre la fraternidad y el burocratismo que pone la recaudación como un fin en sí mismo.
Muchas veces se observan enroques en la política. Los trabajadores de Envidrio, los involucrados del MPP, el PIT-CNT vuelven a las viejas tesis enfrentados a la tesis Murro, a la cual adhiere el sector nacionalista que formula la denuncia.