Radio Universal – Fuentes Confiables
El balance de las elecciones internas. Las confirmaciones y las sorpresas, y las señales de alarma por la baja votación.
A.S.:: ¿Qué les dejó esta jornada electoral, en la que Luis Lacalle Pou anunció su fórmula con Beatriz Argimón, tuvimos el triunfo de Talvi y el de Martínez, y se dieron otras señales que podemos encontrar a la hora del balance final de la votación, partido por partido?
O.B.: A veces uno tiene cierta propensión a aguar la fiesta. En medio de todo esto hay una señal que el sistema político no toma, y es que fue a votar menos del 40% de los habilitados por segunda vez consecutiva. Estamos viendo en países con larga tradición competitiva, donde la gente cree en las elecciones, con democracias plenas, que este fenómeno es creciente. Es una situación de crisis. En Uruguay, el voto fue voluntario hasta 1966. Tenemos, por lo tanto, datos históricamente recientes, y votaba el 70% de un padrón mal hecho, mal depurado, inflado. Según nuestros cálculos votaba el 80%, y ahora está votando menos de la mitad. Está bien que en ese caso hablamos de elecciones nacionales y estas son internas, que pueden tener menos importancia. Pero esta señal tiene que ser recogida por el sistema político. Se festeja, se consigue la banca o no… ¿Qué está pasando con ciertos cuestionamientos a los gastos electorales que hace el Estado, que ve la carrera política como gente que trabaja para conseguir cargos para sí misma, y no que esté trabajando para la sociedad? Este es, me parece, el primer mensaje que el sistema político tiene que atender. Uruguay tiene la ventaja de que, todavía, no han salido movimientos sociales que desafíen al sistema político, como en otros países, donde la sociedad civil se considera otra cosa, distinta y opuesta al sistema político. Todavía somos un país partidocéntrico.
A.S.:: ¿Cuál sería la cifra de votación?
O.B.: 1.050.000, más o menos. Fue más que en la elección pasada, pero el padrón es de casi 2.700.000. ¿Quién ganó ayer? Ganó la abstención, por paliza. Una vez y media por encima de todos los partidos, de todos los candidatos habidos y por haber sumados. Cuidado con esta señal.
A.S.:: Yendo a lo estrictamente político, ¿Cómo le fue a Factum?
E.B.: Sin sorpresas, aunque alguna sí. Teníamos las líneas de tendencia, que es importante. La última encuesta es una foto, pero lo importante es cómo vienen las cosas. A veces se confirman, y a veces no. En el caso del Frente Amplio habíamos visto un debilitamiento de Martínez que se sostuvo en la segunda encuesta, donde estaba en el 47%, y votó por debajo de lo que se esperaba. También el Frente Amplio votó por debajo de lo esperado en su conjunto. Por otro lado, veíamos una línea creciente de Oscar Andrade, que había comenzado dos meses antes, y llegó a disputar el segundo lugar, a dos puntos porcentuales de Carolina Cosse. Y Bergara estuvo en los niveles que esperábamos.
Para el caso del Partido Nacional tenemos una mejor votación de Lacalle Pou, una peor votación de Sartori, bastante por debajo de lo que daban las últimas encuestas, e incluso rompiendo la línea de crecimiento que tenía. Los casos de Larrañaga y de Antía estuvieron dentro del comportamiento normal. Hubo un fortalecimiento de Lacalle Pou y un debilitamiento de Sartori con respecto a la última encuesta, e incluso a como veníamos viendo la película. La hipótesis central está en que había todo un conjunto de personas importante en términos de votos, de un perfil no votante y que declaraba que iba a ir a votar, y eso hacía crecer fuertemente la torta, la cantidad de personas que iban a votar por el PN. Con una hipótesis máxima pero razonable de que el PN tuviera 500.000 votos, 50.000 más de los que obtuvo, y no se confirmó. El aparato logístico que se pensaba que podía movilizar Sartori no logró movilizar a la gente que esperaba. No fue poco. Sartori, con el 20%, 21% que sacó en el PN, tiene unos 4.000 votos menos que Talvi, el gran triunfador de la noche. En términos de votos obtuvo casi 100.000.
En el Partido Colorado veíamos una línea ascendente fuerte de Talvi a lo largo de todo el año, y una línea decreciente de Sanguinetti, sobre todo en el último mes. Las líneas quedaban casi pegadas, en la última encuesta habían quedado dentro del margen de error. Vemos acá dos movimientos: el primero, que Talvi hizo una muy buena campaña, sin duda. Corrigió la campaña, porque había empezado muy despegado del propio Partido Colorado, después hizo un giro para pegarse al coloradismo, pero además hizo una muy buena campaña en redes, medios tradicionales, comunicación. Eso es un mérito. Y por el otro lado hay un jugador externo al Partido Colorado, que incide en su interna. Cabildo Abierto, el grueso de su electorado, unos casi 47.000 votos, tuvo que ver con eso. Y la distancia de votos entre Talvi y Sanguinetti es menor que los votos que obtuvo Cabildo Abierto. Todos los estudios que hemos hecho muestran que el grueso de CA viene del sanguinettismo. Si bien Talvi se posiciona muy bien, hace una muy buena campaña de comunicación, logra un crecimiento consistente, también es ayudado porque el PC cae en su volumen en la intención de voto, porque crece CA. Eso es parte de la explicación del resultado del PC. Las elecciones internas no son estrictamente internas. No es un conjunto cerrado de personas que se mueven adentro. Son elecciones primarias, y el conjunto del electorado puede elegir entre toda la oferta. Eso hace que, a veces, haya movimientos en las internas que se explican por cosas que pasan afuera.
A.S.:: Anoche conversé con Talvi, y cuando hablábamos de una posibilidad de alianza con Cabildo Abierto, él marcó una diferencia. Dijo que tiene algunos postulados que no entiende. Quedó claro que marcaba una distancia con cierto posicionamiento filosófico con Manini Ríos.
E.B.: Él manifestó distancias claras con el Partido de la Gente, con Cabildo Abierto y con el sanguinettismo. De hecho, es el desafío que tiene ahora. ¿Qué es lo que va a hacer el Partido Colorado y Talvi en las negociaciones que se vienen? Esta campaña se fue dando, tanto en el Partido Colorado como en el Partido Nacional en una discusión entre la nueva y la vieja política, posicionada por las candidaturas de Talvi y de Sartori. En ese escenario, en más de un momento, Talvi dio a entender que no había lugar para la vieja política. Hay que ver ahora, vistos los resultados, si finalmente decide que no hay lugar para la vieja política.
O.B.: Me gustaría hablar de los partidos. Primero, hay algo que para muchos puede ser anecdótico, que es hablar de los partidos menores. Es claro que ayer quedaron los tres partidos grandes, con distinto volumen, un partido “intermedio” para la interna, que es Cabildo Abierto, que desnivela respecto a los demás, y luego, los partidos que pasaron el examen para ir a octubre. Ahí el quinto más votado es el Partido de la Gente, de Novick, después viene Unidad Popular, y luego el Partido Verde Animalista, de Gustavo Salle, después el PERI (Partido Ecologista Radical Intransigente), recién después el Partido Independiente, que sale noveno. Luego aparece el Partido de los Trabajadores, que siempre está en este volumen de votos y llega, el Partido Digital, que compite en octubre, y el gran dato, que no es para competir políticamente en octubre, es que el Partido de la Concertación está pegando en el palo. Le faltan 20 votos para llegar a 500. Da la impresión de que hay gente comprometida que no votó. Claramente el sector de Talvi estaba en contra del Partido de la Concertación, al punto que registró los candidatos que le tocaban a último momento, cuando ya estaba elaborada la nómina de candidatos para sustituir a los candidatos que Talvi no quería incluir. Es probable que acá haya habido actores que no quieren al Partido de la Concertación, que está en riesgo de no presentarse en mayo, si no llega a los 500 votos.
Yendo a lo macro, estas cifras no tienen nada que ver con la elección de octubre. Esto hay que aclararlo. Este ranking no tiene nada que ver. Que no se vuelva a entusiasmar el PN pensando que son los primeros, lejos, que no necesitan alianzas con nadie. Eso lo creyeron varias veces y no se reflejó en octubre. Dicho esto, el FA registra el peor resultado de su historia. En su primera elección, en 1971, el FA no tuvo un solo voto por ser obligatorio. Era un voto comprometido y arriesgado, contrasistema, socialmente incómodo. Sacó 305.000 votos. Ahora está alrededor de los 270.000. Esta es una alerta grande para el FA.
Esta es una elección de cambio histórico. La aparición de Sartori, que vota bien, por debajo de las expectativas sí, pero está en el mismo nivel de votación de Talvi, que es un ganador. Sartori, en votos, está muy bien respaldado. Está también lo de Talvi, e incluso lo de Manini Ríos, con una candidatura que tiene tres meses, pero con un caudillismo que tiene años. Sin duda hay voto muy grande hacia Cabildo Abierto de lo que podemos llamar la “familia militar”. Esto se notó con mucha claridad. En esto tenemos que tener claro que no funcionaron, o que tienen una tremenda debilidad, los llamados “aparatos”. Y eso que hay aparatos “pesados” vinculados al Estado, a organismos públicos, de construcción de gente que está en cargos políticos, y a las intendencias, sobre todo. Vimos que tenedores importantes de intendencias, como Antía, tuvo una votación muy magra. El aparato del Partido Colorado, el sanguinettista o el de Amorín, no funcionó. Amorín votó mejor que lo que indicaban muchas mediciones, pero nosotros, que medíamos la incidencia del aparato, vimos que nos daba 12%, y estuvo un poquito por debajo, y muy lejos de las expectativas que tenía él. Este es un dato que hay que tener en cuenta. La sensación es que el aparato es una máquina que funciona si tiene combustible, que en este caso es el candidato. Que este canalice bien y ayude a expresar, sobre todo en una elección de voto voluntario, una corriente a favor. Esto es un antes y un después en la política uruguaya. Tampoco funcionó el acarreo. Se decía que con dinero iban a acarrear votantes.
E.B.: Se desmitifica esa creencia de que el voto es el voto de aparato. Claramente no es solo el voto del aparato, incluso en votaciones bajas. Probablemente tenga una incidencia, que no es medible, y era una de las incógnitas que teníamos de forma previa. Creo que, con los resultados a la vista, queda cuestionado ese mito.
O.B.: Yo quiero referirme a los desafíos, incluso hasta ideológicos, que plantea esta elección. El discurso de Lacalle Pou me pareció muy pensado. Él se posicionaba como ganador, y tuvo un escenario más favorable del que esperaba. Ya venía dando señales. Después de lo que ocurrió en el puerto, que fue la peor imagen que pudo dar el PN, Lacalle Pou giró rápidamente, y empezó a decir que había que hablar con todos los candidatos, que todos propongan nombres. Tomó una decisión muy inteligente, porque necesita unir al partido. La fórmula anunciada, paritaria, si bien el FA ya tenía resuelto incluir una mujer en la fórmula, ahora lo deja sin salida. Y no sé si no condiciona también al PC, en el que Talvi venía con la idea de una fórmula paritaria. Sanguinetti venía con la idea más tradicional del primero y el segundo. Ahora acá hay un tema ideológico.
Hay un dato: el batllismo como concepción, otra vez, ha quedado completamente disminuido en el PC. Talvi tiene una concepción diferente a lo que se considera el batllismo tradicional. Es una postura completamente diferente, al punto que él nunca usó la palabra batllismo. Su campaña estuvo basada en una cosa distinta: Ciudadanos. E incluso en una apelación más hacia afuera del sistema político, como hizo Ciudadanos en España. Pero no solo el batllismo como agrupamiento de personas. El discurso de Talvi, lo más nítido, lo hace en el debate con Andrade. Cuando dice que el modelo es Chile, la expresión más fuerte del liberalismo económico, del país contrario a las cerrazones comerciales, y en ese sentido diría que tiene cierto emparentamiento con el discurso del sector de Lacalle Pou. Quizás no tan claro. Y en materia educativa, la propuesta de Talvi y la propuesta de Pablo Da Silveira, gran ideólogo del PN, no tienen demasiadas diferencias. Hay una cercanía ideológica entre lo que hoy es la nueva mayoría del PC y la nueva mayoría del PN muy fuerte.
Este alejamiento de Larrañaga de sus posiciones tradicionales dejó al PN ideológicamente sin fronteras pegadas al FA. Y el sanguinettismo, dentro del PC, podía verse como algo hacia la derecha, compitiendo con Manini Ríos, pero a la vez el que ideológicamente, en todos estos temas, desde la nueva agenda de derechos o la visión del Estado, tenía fronteras con el FA. Al Frente Amplio se le han alejado las fronteras. Esa es la gran ventaja que saca en esta elección. Tiene bastante libre el campo, en que no tiene competidores en la agenda de derechos, el aborto es el símbolo principal, el matrimonio igualitario. Y en el papel central del Estado, regulatorio, dirigista, se queda sin competidores de primera línea, porque Talvi y Lacalle Pou no van por esa vía. Entonces, el FA, en su peor votación, adquiere el mayor oxígeno hacia octubre, desde el punto de vista ideológico. Obviamente está la gestión de Gobierno, que guste o no.
A.S.:: Anoche pensaba en que al FA le hubiera venido bárbaro un Sartori bien metido en la fórmula presidencial, para que hubiera otra situación electoral. El escenario que se presenta, por un lado Lacalle Pou y por el otro Talvi, tal vez no era el mejor para el Frente Amplio pensando en la segunda vuelta.
O.B.: Sartori hizo propuestas sociales fuertes, que no hicieron los otros candidatos. El Medicfarma, que es un sistema que existe en buena parte de Europa, por el que los jubilados tienen todos los medicamentos gratis, es una visión social. Eso compite más con el FA que la propuesta de hacer el modelo chileno. El FA ahí está claro en que no. Andrade fue muy claro, dijo lo que piensa casi todo el Frente Amplio del tema.
E.B.: De hecho, creo que el foco del Gobierno y del FA en la disminución de la desigualdad, usar el Índice de GINI en la publicidad, es el contrapunto principal con Chile. Eso lo usó Andrade en el debate, mencionó a Chile como un modelo que ha empeorado el Índice de GINI, ha generado mayores desigualdades, hay que endeudarse para la Educación. Quedan enfrentados dos modelos marcados. Y hay un jugador ahí, en el medio, que es Manini. En términos de Estado, en términos de políticas sociales, es el que queda reflejando más fuertemente esa postura más estatista dentro de la oposición. Después hay que ver cómo se recompone esta cantidad de partidos que vamos a tener. Dónde se posiciona el Partido de la Gente, el Partido Independiente, qué rol va a jugar en la campaña, esa es una de las incógnitas.
A.S.:: Ayer Lacalle Pou hablaba en su discurso del PI, del PC, de la necesidad de alianzas por ese lado, para sumar y formar un Gobierno de coalición.
O.B.: El que tiene más claro el papel del PI es Lacalle Pou. No es tan clara del lado de Talvi la afinidad con el PI. Ahora, quizás en el plano educativo tienen un poco más de afinidad, por todo el proyecto de Edu21, que no es exactamente la propuesta de Talvi pero pueden tener puntos en común. Ahora, lo que decía Eduardo respecto a Manini es muy importante. Es la derecha, puede ser. Clasificar es muy difícil porque hay varios ejes. Pero maneja que acá tiene que haber autoridad y mano dura, no importa la forma. Esa es una imagen que profesa Manini, ya solo por ser un general de cuatro estrellas. Y el FA lo ve como su antítesis en el análisis de los temas que han quedado del período militarista, dictatorial. Pero, por otro lado, en la concepción del Estado, Manini es lo que más entronca con el FA. La defensa del dominio del Estado en las fuentes de energía, en las comunicaciones. Su papel en la banca, en la previsión social. A nadie se le ocurra pensar que Manini va a estar de acuerdo en privatizar la Seguridad Social, ni UTE, ni Antel.
Hay algún pensador y dirigente político en Uruguay que, el otro día, en una conversación privada, decía que Manini es un peronista. Tiene esa cosa de caudillo, de populismo, de llegada a sectores del pueblo al que acaudilla para protegerlo, con una concepción paternal autoritaria, de la que Perón es una de las encarnaciones más claras. Pero esa protección se hace desde un Estado fuerte, que proteja. En ese sentido, Manini no es hoy sumable a la oposición como se venía hablando. Acá vamos a tener un actor, que es el FA, con Unidad Popular separado, pero en última instancia, de coincidir va a coincidir más con el FA que con los demás; una oposición que articule como articule incluye al PN, al PC, al PdlG y el PI, y luego un área que no está para ninguno de los dos lados. Con los números de ayer, lo más importante es Cabildo Abierto, pero está el PERI y el Partido Verde Animalista, que ahora ya es un actor al que hay que prestar atención hacia octubre. Vamos a tener dos grandes bloques, pero un juego de actores intermedios que puede llegar a ser decisivo en la construcción de la mayoría parlamentaria. Puede que no tenga nada que ver, pero podría llegar a ser decisivo. Y también para el balotaje.
A.S.:: ¿Es muy grosero decir que sumamos lo que dio el PN, el PC, el PI y el PdlG y ya está resuelto octubre?
E.B.: Para empezar, esto que pasó ayer no es extrapolable a octubre, ni mucho menos. Hemos visto, históricamente, que el porcentaje de votación en junio, en proporción a lo que votan en octubre en el PN es mucho mayor que en el resto de los partidos. Estamos hablando de que en el PN ha votado en junio el 70% de quienes lo votan en octubre. No es que haya habido votos cruzados, de que ahora una cosa y en octubre otra, pero, a partir del resultado, gente que votó en un partido luego vote en otro. Por ejemplo colorados que votaron a Sanguinetti, esa parte de la ciudadanía más volátil que veíamos en Sartori, más de 90.000 votos, ver si lo consolida o no o si ese electorado elige por otro partido. Se abre el abanico para los partidos menores que votaron muy mal en junio porque no había incentivos para ir a votar en internas que no tenían competencia. El voto extrapartidario solo lo es si hay una intención de ir a votar a otro partido para incidir en su interna. Y esto no es una elección interna a padrón cerrado, donde alguien se anota y vota para incidir. Y se han ido desdibujando en los últimos tiempos las fronteras entre partidos. Sobre todo cuando hablamos de los partidos tradicionales, pero también, en algunos casos, hay movimientos que no entran en el manual de las fronteras entre partidos. Gente que pasa de Novick al Frente Amplio, o viceversa. O del FA a Manini Ríos. En términos de lectura simple nos preguntamos cómo pueden. Y pueden pasar por muchas líneas. Manini expresa la defensa del Estado, por ejemplo.
A.S.:: ¿Qué podemos decir del Frente Amplio ante el escenario planteado con Martínez arriba y Carolina Cosse en segundo lugar?
O.B.: Mientras Talvi es el dueño del Partido Colorado, el gran desafío que tiene es que esta victoria sea un piso, que no sea pírrica. Tiene que administrar para evitar la fuga del votante batllista. No se van a ir los caudillos. Pero cuánto del votante de Sanguinetti retiene Talvi en el PC, sobre todo en un partido que había estado muy abajo, que levantó Sanguinetti y cuyo crecimiento aprovecha Talvi. Ahora tiene que conservarlo definitivamente. Se le puede ir hacia el PN, hacia el FA, hacia Cabildo Abierto. Talvi tiene un gran desafío por delante. ¿Cómo hace para completar la renovación del Partido Colorado sin fugas?
Para el PN, Lacalle Pou va por su segunda elección. Acá tiene que administrar con Sartori, de una manera un poco más difícil que en el esquema anterior. Y del FA no sale consolidado ningún liderazgo. Martínez vota bien, pero es intendente de Montevideo y donde vota más débil es en la capital. Gana, saca luz en el interior. Aparece un candidato ganador, pero no un líder. Es la primera vez que el candidato del FA no obtiene más del 50%. Este es un cambio. La suma de Cosse y Andrade es bastante más que el voto a Martínez. Este es un dato importante. En materia de sectores políticos, si esto se repite, la mayoría del FA no va a estar del lado que votó a Martínez. El FA tiene que ver cómo reconstruye el juego, cómo se reposicionan los sectores. Y hay que ver cuánto hay de apertura de un nuevo espacio político en torno a la votación de Bergara. En esta elección se veía a Bergara y a Martínez, Astori había quedado un poco subsumido. Para el Parlamento, Bergara es una cabeza de lista al Senado, y habrá una de Astori. Va a haber una competencia entre lo histórico y lo nuevo, prácticamente de un mismo espacio.
E.B.: En realidad, en este resultado de las internas, el FA queda como partido en dos. Las candidaturas de Daniel Martínez y Bergara, que tenían ciertos vasos comunicantes en términos del electorado, y Cosse y Andrade, que compartían parte del electorado. Esto muestra que el MPP no ha logrado movilizar como lo ha hecho cuando va Mujica. Una vez más, el MPP, cuando tiene una candidatura que no es Mujica, no logra imponerse sobre el resto. Y terminó siendo muy parejo con lo de Andrade.
O.B.: Y el aparato de Andrade no solo fue el único que funcionó, sino que estaba motivado. Ahora hay un dato con respecto al MPP: ¿Cuántos emepepistas votaron a Andrade? Esto era un dato no medible, pero que se notó. No solo vota mal el MPP porque no está Mujica y esto ya es una ley de hierro. El mujiquismo es una cosa y el MPP es otra. Además, en este MPP hubo mucho voto a Andrade. Gente que no sentía con fuerza la candidatura de Carolina Cosse, o que ideológicamente se identificaba más con Andrade que con Cosse. Un Andrade con una imagen fuerte, que salió favorecido junto a Talvi del debate en el que participaron.
A.S.:: Y ahora tendremos que hablar de las fórmulas.
O.B.: Los dirigentes políticos tuvieron una desgracia tremenda, que fue que Luis Suárez metía ese penal contra Perú teníamos por lo menos una semana en la que nadie se iba a preocupar de la fórmula presidencial e íbamos a estar todos pendientes del partido que debía ser mañana. Nos pasó hace cinco años con el Mundial, que la dirigencia política pudo aplacar todo y negociar, mientras todos estábamos pendientes del partido con Colombia, la mordida de Suárez y el Tribunal de la FIFA. Suárez ahora es culpable de poner a los políticos a negociar y ponerse de acuerdo en las fórmulas.