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Dónde mantiene el FA su mayor electorado, y dónde lo pierde. Fortalezas y debilidades de acuerdo a franjas etarias, clases sociales e interés por la política.
A.S.: Características del electorado del Frente Amplio. Cambios en los últimos diez años.
E.B.: Si vamos un poco más atrás, de 2004 a 2009, el FA, en términos reales del electorado, cayó alrededor de dos puntos, dos puntos y medio, en la cantidad de votos que tuvo. Y entre 2009 y 2014 se mantuvo prácticamente igual. Bajó dos décimas. Parecería que el FA hizo que las mismas personas lo volvieran a votar. La idea que queremos presentar es ver cómo el FA, en el Gobierno, y en el caudal electoral, mantuvo niveles similares en términos de votación, pero hemos visto que ese caudal electoral, muy parecido, oculta algunos cambios que se han producido en términos del electorado. Se ha dado en el voto que el FA ha obtenido en Montevideo con respecto a lo que ha obtenido en el interior, hay algún cambio, muy lento, pero que se viene dando, en términos de edades, las nuevas generaciones, los nuevos votantes. También hay algunos cambios en términos de quienes se interesan y no se interesan por la política, y hemos ido viendo que hay cambios en la composición del electorado del FA por clase social. El electorado que tiene el FA no es el mismo que tenía hace diez años.
A.S.: ¿Y si hablamos de electorados, diferencias, qué es lo que cambiado entre Montevideo e interior, por ejemplo?
E.B.: Ese es el primer movimiento que se ha visto. El FA sigue siendo mayoría en Montevideo; tanto en las elecciones 2009 como 2014, y más o menos lo que se proyecta ahora, es que esté cerca de la mitad del voto en Montevideo, pero ha habido un proceso de descenso. Más o menos, hace diez años, el FA tenía seis de cada diez votos en Montevideo. Y ahora son cinco de cada diez. Hay una caída, lenta sistemática, de pérdida de voto en Montevideo. Se mantiene, incluso con un crecimiento, en el caso de Canelones, y lo que se dio, entre 2009 y 2014, fue un crecimiento del FA en el interior del país, fundamentalmente en lugares a los que no llegaba, como el interior más rural. Eso fue un cambio que se produjo entre 2009 y 2014. Ahora, según lo que venimos recogiendo, en términos de estimación de voto, es que retrocedería un par de puntos, con respecto a lo que había avanzado. Tiene, hoy en día, si esta estimación que estamos haciendo es correcta, el FA votaría menos de lo que votó en 2014, y menos de lo que votó en 2009, y retrocedería tanto en Montevideo como en el interior. No sería solo una continuidad de la caída en Montevideo, sino que, además, el terreno que había ganado en el interior, también lo estaría perdiendo.
A.S.: ¿Y cuándo hablamos de las edades, los nuevos votantes? ¿En qué tramos etarios podemos identificar cambios en el electorado frenteamplista?
E.B.: Ahí tenemos dos grandes elementos. Los grandes tramos etarios, hablando de generaciones electorales, y los nuevos votantes. Si comenzamos por los nuevos votantes, vemos que el FA, entre 2009 y 2014 tuvo una muy pequeña pérdida, que ya había tenido, también, entre 2004 y 2009. Más o menos cerca de un punto porcentual de nuevos votantes los pierde entre una elección y otra. Estaba más o menos en el 53%, 53,5%, en 2014 votó el 52,5%, y ahora, las proyecciones que estamos haciendo hacen que esté más cercano al 50% que al 51%, 52%. En los nuevos votantes, en este recambio generaciones, donde el FA salía muy fortalecido históricamente, en este caso estamos viendo que sigue siendo la primera opción, pero va perdiendo fuerza.
Hablando de las otras generaciones electorales, lo que venía sucediendo es que el FA, a medida que aumentaba la edad, descendía su caudal electoral. En esta medición estamos viendo que, en los mayores, crece un poco. No es que cambie el electorado, sino que algunos de los votantes son más viejos, pasan diez años y cambian de tramo etario. Pero es interesante que el FA empieza, lentamente, a envejecer su electorado, y su recambio biológico no se da en la misma proporción que se venía dando. Si estaba cerca del 54%, 55% de nuevos votantes, y ahora estamos hablando de que va a estar cerca del 50%, en 15 años, en los nuevos votantes, está perdiendo entre 4 y 5 puntos de lo que tenía. La gran fortaleza que tenía el FA era la base que tenía en la reproducción del voto a partir de estas nuevas generaciones que empezaban a votar. Sigue siendo una fortaleza, porque sigue siendo el primer partido y es donde mejor se desempeña, pero no en las mismas proporciones que hace cinco, diez o 15 años.
A.S.: ¿Qué pasa con los más interesados en política?
E.B.: Este es otro cambio interesante. Es un dato que puede sorprender, pero en los últimos diez años, en donde más ha perdido el FA es entre los interesados en política, entre las personas que dicen que les interesa la política. Entre los que no les interesa se ha mantenido en los mismos niveles. Entre quienes tienen un interés neutro, también se mantiene estable. Las pérdidas que ha tenido el FA a lo largo de este período, muy menor entre 2009 y 2014. En ese periodo el FA cayó entre los interesados en política, y aumentó entre quienes no les interesa. Y ahora se está dando que cae un escalón más entre los que les interesa la política. Las personas más informadas, en general, que tienden a ser las que más se interesan por la política, y ahí tiene que ver un poco el nivel educativo, son las que están siendo más críticas, y el FA está cayendo en ese grupo social. No lo podemos conformar de alguna forma ni ubicare geográficamente, sino por su interés o no hacia la política.
A.S.: Hablemos de cambios respecto a la clase social. ¿Cómo se manifiesta esto?
E.B.: Ahí es interesante ver cómo el FA tuvo un primer crecimiento, y una construcción a partir de lo que fueron los barrios obreros, de los sindicatos, y en la clase media intelectual. El FA nace, un poco, desde esas dos vertientes. Empieza a crecer a partir de esos lugares, con un incremento incluso en la clase media, importante, que se fue consolidando, y que el FA, como partido catch all en que se transformó, partido que abarca todos los niveles sociales, y que tuvo su punto cúlmine en 2004, cae levemente en todas las clases sociales en 2009, pero se produce un cambio entre 2009 y 2014, una pérdida del FA en las clases medias, y un crecimiento en el interior y el interior rural, y en la periferia de Montevideo. Ahora vemos que el FA, fundamentalmente, está perdiendo en las clases medias-bajas y bajas, en relación a la elección anterior. Ahí, más o menos, tenemos algunos elementos que podemos identificar, de cómo ese electorado, menos interesado en la política, más joven y por distribución territorial, pero también en términos socio-económicos, socio-culturales, ha tenido una transformación importante, y aparecen figuras de afuera del FA que van captando eso. A veces es algo momentáneo, y el FA lo vuelve a recuperar. Estoy poniendo como ejemplo los casos de Novick, Sartori y Manini, que son tres perfiles, distintos entre sí, que están en partidos distintos, y sin embargo captan parte de ese electorado. Algunos, como el caso de Manini, más fuerte en el interior, otros más fuerte en Montevideo. Es un electorado más volátil. En realidad, una de las primeras figuras que lo captó fue Tabaré Vázquez, en el 89, cuando fue candidato a intendente, después fue Mujica, si figura como gran referente de esas clases sociales, tanto en el interior como en la periferia de Montevideo.
A.S.: De cara al 27 de octubre, ¿Qué podemos esperar con todo esto?
E.B.: Podemos esperar, primero, y en función de la propia encuesta, que el FA pierda caudal electoral. Va a tener, seguramente, pérdidas en Montevideo y en el interior. Canelones está un poco más difuso y es difícil verlo con las encuestas, por la cantidad de casos, pero parece que se mantiene con fortaleza. Podemos esperar, también, que este recambio biológico que sigue siendo favorable al FA tenga un nuevo retroceso, que no se siga reproduciendo en la misma forma, y después, probablemente, tengamos algún cambio en el peso del FA en términos territoriales. En Montevideo es donde se puede ver más, cómo el territorio se distribuye con algunas referencias vinculadas a las clases sociales. Hay una división geográfica que también representa, de alguna forma, las distintas clases o niveles socioeconómicos, en una aproximación bastante cercana. Donde uno vive lo acerca bastante al nivel socioeconómico o a la clase social a la que pertenece. Ahí, en términos geográficos micro, o en términos de clase social, también tendremos cambios en la composición del FA. Queda por ver, como el electorado que está perdiendo es más volátil, y ahora aparece en campaña Mujica, qué sucede con esa gente, que hoy está como dispersa, eligiendo otras opciones, porque se ha ido moviendo. Hay que ver si esa salida en la campaña modifica algo. Esa es una incógnita que nos queda. Está ese llamado de atención hacia el FA, de que hay una caída en esos sectores, y están eligiendo cosas nuevas
Es una elección muy compleja. Por momentos se parece a la del año 99. El FA en el entorno al 40%, no digo que sea lo que va a pasar, pero es un gran elemento; un segundo gran partido tradicional fortalecido con un tercero más abajo, con una novedad importante: tenemos una participación de otras opciones, en cantidad de partidos, —estamos hablando de que podemos tener entre siete y nueve partidos en la Cámara de Diputados—, que implica un desafío para la gobernabilidad, pero también para esta campaña electoral, y para una segunda vuelta. Se presenta, en parte, similar a la del 99, y muy distinta en otra, porque tenemos un peso importante de partidos nuevos.
Cómo termine conformado el Parlamento puede tener un peso muy importante en lo que suceda en la segunda vuelta. No es lo mismo que el PN lleguen solos con mayoría parlamentaria, que hoy no aparece como un escenario muy probable, otra cosa es con el PI sumado, otra cosa es que necesiten del PdlG, y otra es que se necesite, además, un acuerdo con CA. Cuán cerca o cuán lejos esté el FA de esa mayoría. Podría llegar a darse el caso, que estuvo a punto de suceder en la elección pasada, que el Gobierno tenga mayoría en el Senado y sea minoría en Diputados.