Concierto Urbana FM – Después de Hora
El análisis de la última Encuesta Nacional FACTUM, la posibilidad de ascenso de los partidos en la intención de voto y la relevancia de los debates. “Hay que entender que el debate, en un escenario de múltiples partidos, no necesariamente lleva a que haya un ganador y un perdedor”.
B.R.: De acuerdo a la última Encuesta Nacional FACTUM, el Frente Amplio tenía una intención de voto del 39%, el Partido Nacional 26%, el Partido Colorado 18%, y Cabildo Abierto 8%, entre los más importantes. Queda después el Partido Independiente con 2% y el Partido de la Gente con 2%, y otros pequeños partidos con 1%. ¿Qué mejor que el presidente de FACTUM, Oscar Bottinelli, analice los resultados de esta encuesta?
O.B.: Estos datos no son comparables con los de los colegas, porque la forma de presentación es completamente distinta. Si se observan los números de FACTUM, la suma de los partidos, más el voto en blanco y anulado, que no tiene nada que ver con un indeciso, da 100%. Esto es una estimación de voto que se presenta como si fuera un escrutinio. Estimación no quiere decir “a ojo”, sino en base a 21 preguntas que hacen que se llegue a esta conclusión.
Tenemos que, de todo este 100%, hay un 10% que le llamamos Voto débil, gente que tiene contradicciones entre las distintas preguntas, o en algún caso contesta y en otro no. Esta es un área que puede terminar moviendo los resultados, pero aclarando que si alguien sube es porque otro cae, no hay una bolsa de indecisos para sumar. El indeciso, si va a algún lado, sale de otro.
B.R.: En estos números no hay indecisos.
O.B.: Indecisos hay, pero no están puestos aparte. Están dentro de cada uno de los partidos. Para que haya una idea vamos a nombrar los tres principales partidos. El FA da 39%, firmes 37%, Voto débil 2%. PN da 26%, firmes 24%, débiles 2%. PC firme 16%, débil 2%. Es decir que, dentro de esta cifra, cada uno tiene una debilidad propia, que tiene que cuidar de no perder, y debilidades ajenas, que puede tratar de captar.
B.R.: Es importante porque, en las encuestas de algunos colegas, la diferencia que habría entre el FA y el PN, era de 5 o 6 puntos. Aquí hay 13 puntos. Pero en la mayoría de esas encuestas hay un 10%, un 12% de indecisos, que en este caso no están.
O.B.: Acá hay una decisión, a cuenta de mejor balance. Hoy, esos indecisos están votando de determinada manera. Hay que tener cuidado de esto. Parece que todo se dividiera entre decidido o indeciso, pero un indeciso puede estar entre votar al PN o al PC. Eso es un indeciso. Otro puede decir que piensa votar al FA, pero le quedan dudas. Es otra forma distinta. No todo indeciso tiene el mismo tipo de indecisión. Eso hay que traducirlo acá.
Nosotros ya planteamos algunas dudas en otras encuestas, y vamos a ver si algo se nos aclara. La primera duda era, visto lo que pasó el 30 de junio, sobre todo con la alta performance del PC y dentro del PC el rush de Ernesto Talvi. ¿Era seguro que el balotaje se iba a hacer con Luis Lacalle Pou como candidato desafiante, o, en lugar de él, cabía la posibilidad de que fuera Ernesto Talvi? Esa duda la planteamos, sobre todo cuando la última encuesta, la primera que hicimos después de las elecciones internas, había dado una suba del PC, y el PN, que, luego de una larga estabilidad, entorno al 30%, había bajado al 26%. Si el PN bajaba, el PC subía, uno miraba las líneas y parecía que podían cruzarse. Entonces, la duda de hace un mes era qué pasaba con eso. Lo que observamos en esta encuesta es que la suba del PC se detuvo. No fue esa línea ascendente, e incluso hay una pequeña caída que no hay que dramatizar porque, a veces, son movimientos de las propias encuestas. Esto es un síntoma de alguna debilidad del PC, o, por lo menos, indica con mucha claridad que la línea de ascenso se frenó. Y la caída del PN tampoco continuó. Tenía 30% desde hace dos años, hasta junio, cayó al 26%, y sigue en el 26%. No es un partido que esté en caída, sino que fue un escalón para atrás, de donde hoy, ya, parece muy difícil, que exista esa incertidumbre de quién va al balotaje del lado opositor o desafiante. Parecería que las posibilidades del PC han quedado muchísimo más lejanas que lo que podía generar alguna posibilidad en los datos del mes pasado.
B.R.: En este crecimiento de Talvi, tuvo mucho que ver, creo yo, el debate televisivo que tuvo con Andrade. Los debates televisivos que van a venir en el futuro, ¿Pueden cambiar esta situación? ¿Pueden hacer que Talvi crezca, o que crezcan los demás? ¿Qué influencias pueden tener los debates en todo esto?
O.B.: Creo que los debates tienen una influencia no demasiado decisiva, pero la tienen. Cuando afirman debilidades o fortalezas ya presentes. No es que, de golpe, se derrumba un candidato. Generalmente, cuando a un candidato se lo ve fortalecido, que es lo que le venía pasando a Talvi en mayo y junio, el debate le consolida la fortaleza. Lo mismo le pasó a Andrade. Se vio que, en el caso de Larrañaga y Cosse, el fenómeno fue el opuesto. Hay que ver. El único debate relativamente cierto, hasta ahora, es el de Daniel Martínez y Lacalle Pou, y existe la posibilidad de un debate entre Astori y Talvi, pero no está concretado. Sin duda, estos debates, pueden ayudar en algo. Ahora, cuando ya se observa que una caída se detuvo, que se detuvo un crecimiento opuesto, y que la distancia quedó, entre el PN y el PC, entre 7 y 8 puntos, para que esto cambie tiene que haber un derrumbe muy grande de Lacalle Pou y el PN, y un nuevo empuje, muy grande, de Talvi o del PC. Y estamos muy cerca de las elecciones.
B.R.: En ese debate Martínez-Lacalle, con posiciones bastante distantes, ¿Qué puede pasar?
O.B.: Partimos de la comparación del debate entre Talvi y Andrade, con dos personas con pensamiento muy distante, en el que los dos fueron “ganadores”, porque cada uno se dirigió a un público determinado. Si los únicos dos contendientes fueran Lacalle Pou y Daniel Martínez, como puede ser en el balotaje, ahí es difícil que los dos ganen. Pueden perder los dos, que uno gane y el otro pierda, o que empaten. Pero acá no estamos en el balotaje. Entonces, si a Lacalle Pou le va mal, no quiere decir que le vaya bien a Martínez. Puede beneficiar a Talvi, por ejemplo. Si le va mal a Martínez, capaz que beneficia a Talvi. O le va bien a los dos, y Lacalle Pou se fortalece en relación a Talvi y Martínez en relación a frenteamplistas desilusionados. Hay que entender que el debate, en un escenario de múltiples partidos, no necesariamente lleva a que haya un ganador y un perdedor.
Nosotros hicimos un ejercicio, respecto a cómo quedaría la distribución de bancas si estos datos fueran el escrutinio. Hay alguna modificación respecto al mes pasado. En la Cámara de Senadores nos sigue dando, por ahora, primero, cuatro partidos. Cabildo Abierto con dos bancas, Partido Colorado con seis, Partido Nacional ocho, Frente Amplio trece, y suman 29. La banca 30 nos da, en esta encuesta, en disputa entre la banca 14 del FA y la novena del PN. Los porcentajes son muy gruesos, y las bancas se definen con números muy afinados. Lo importante, en relación a la encuesta pasada, es que a CA le daba, redondo, tres senadores, y ahora le da, redondo, dos. Nos da un debilitamiento de CA. PN igual, entre ocho y nueve, PC igual, con seis, y FA nos da entre 13 y 14, el nivel más alto que da de posibilidades de bancas en el Senado, desde fines de 2015. El FA está en una fase de mejoramiento.
B.R.: Con estos números, si no hay coalición, no hay gobierno.
O.B.: De eso no hay duda. Diputados nos da, para el FA, entre 39 y 41, el PN entre 26 y 27, el PC entre 18 y 19, CA 8, el PI 2, el PdlG entre 1 y 2, el PERI 1, Unidad Popular 1 y el Partido Verde Animalista entre no tener bandas y poder llegar a una. Como vemos, el FA, en su mejor escenario a hoy, queda a nueve bancas de distancia de la mayoría absoluta. Y hay otro dato: si el PN y el PC llegan, los dos, al mejor escenario, llegarían a 46 bancas. También quedarían lejos de la mayoría absoluta. Si sumamos la mejor hipótesis, al día de hoy, que el PN y el PC, más el PI, más el PdlG, estamos en 49. Tendría que darse el mejor resultado del PN, el mejor del PC y el mejor del PdlG, y es imposible el mejor resultado de los tres. No hay tantas bancas en disputa. Entonces, para esta oposición sistémica, la hipótesis más favorable es 49 bancas. No llegan a la mayoría, y el FA tampoco. Ahora el FA más UP, más el PERI, que podríamos decir que es lo más próximo que podría tener, aunque es difícil que pueda formar una coalición ahí, le daría 44. Nos queda bastante claro que, para el lado que sea, hoy por hoy, el verdadero partido bisagra, el que inclina la mayoría parlamentaria en cualquiera de las dos cámaras, es CA. Se ha encontrado con un escenario de sueño, de carta a los Reyes Magos. Es un fenómeno muy raro en la historia del Uruguay.
B.R.: ¿Cómo se explica este fenómeno?
O.B.: Esto da lugar para un largo análisis. Veo que, en políticos, en periodistas, en analistas, hay una muy grande simplificación del fenómeno Manini Ríos, para hablar bien o mal de él. En todos los casos. Pero lo que parece claro es que hay, por un lado, un fenómeno de corte social, de determinado elemento de la sociedad, que tiene mucho en común con lo que llamamos la “familia militar”, que no es la tropa a la que se le da órdenes, porque toda la tropa del Ejército, sumada, no alcanza a un diputado, aunque todos votaran igual. Hay que tener ideas de los números. La banca de diputados es un Ejército y un tercio. Ocho diputados son entre 190.000 y 200.000 votos. Pero Sanidad Militar atiende entre 200.000 y 210.000 personas. Esto no quiere decir que todos son votos de Manini, porque hay gente colorada, blanca y frenteamplista. Pero Sanidad Militar no son todos militares, la mayoría de los que se atienden ahí son familiares de militares.
El segundo componente del voto a Manini es el voto de una derecha política dura, conservadora en materia de valores, sobre todo, en este caso, de un conservadurismo religioso, católico, y además, de clases sociales bajas, que buscan una figura paternal con autoridad para que la proteja. Necesita autoridad para que pueda ejercer protección. En Uruguay, un ejemplo típico fue el de Pacheco, pero también, en ese sentido y para esa misma clase social, lo fue Tabaré Vázquez, o Mujica. No quiere decir que una figura paternal con autoridad necesariamente es de derecha. No nos olvidemos que mucho del electorado de Manini pasa de dejar de votar al mujiquismo para pasar a votar a CA. Le ha sacado más votos al PC, en menor grado al PN, pero también al FA. Al FA, Manini le está sacando votos en las clases bajas, y para muestra de esto, en Rivera, en la elección de 2014, el FA peleó, cabeza a cabeza, el primer lugar con el PN, salió segundo, y ahora está cuarto en las encuestas, desplazado por CA. Es notorio que ha habido un trasvase casi directo de electores del FA a CA en Rivera. Y era un electorado mujiquista, que votó entre las 609 y la 711 de Sendic. Y ese electorado pasa a CA. Acá tenemos alguna explicación.
Yo he hecho la comparación, y a muchos les molesta, porque no son iguales las personas ni los candidatos, pero el fenómeno Talvi, el fenómeno Manini, el fenómeno Novick y el fenómeno Sartori tienen una cosa en común: clases sociales diferentes, personas completamente distintas, con ideas diferentes, pero que tienen en común que hay un vasto sector de la ciudadanía que está mirando de lejos al sistema político clásico, que busca cosas distintas, cosas nuevas. Uno la busca más a la derecha, otro más al centro, otro en una figura militar, otro en una figura técnica, otro en figuras exitosas en los negocios, pero están buscando cosas nuevas. Estoy hablando sin tocar todavía al FA, que es más confuso, pero también se detectan en ese panorama, que no es tan nítido, varios fenómenos de gente que busca lo diferente, lo nuevo, en relación a lo que hay.