Concierto Urbana FM – Después de Hora
“El general Manini Ríos ha dicho muchas veces que no están detrás de los cargos, que no ve a su gente sentada en los ministerios, lo que implica una cierta voluntad de apoyar, eventualmente, un gobierno, pero no estar plenamente comprometido con él”.
B.R.: Las más recientes encuestas de FACTUM hablan de un virtual balotaje en la próxima elección. Al parecer, ningún sector político va a tener mayoría parlamentaria, por lo que toma gran importancia el peso político que puede tener Cabildo Abierto, el sector liderado por Manini Ríos, que surgió hace poco tiempo, y ha logrado un muy bien resultado en las elecciones de junio. ¿Qué se puede esperar de CA? ¿De dónde llega toda esta votación? ¿Qué puede pasar en el futuro?
O.B.: La elección del 27 de octubre es muy importante, y lo más importante es la elección parlamentaria. Cómo queda el Parlamento es decisivo. Algunas cosas ya se saben: el que va a tener más bancas es el Frente Amplio, segundo el Partido Nacional, tercero el Partido Colorado, cuarto Cabildo Abierto. Por ahora, estos cuatro serían los únicos que ingresarían al Senado; está ahí, con la esperanza de retener la banca, el Partido Independiente, y de acceder el Partido de la Gente, pero, por ahora, están siendo estos cuatro.
Y en la Cámara de Diputados, además de esos cuatro, estaría el PI, el PdlG, Unidad Popular, probablemente el Partido Ecologista Radical Intransigente, es un mosaico bastante grande. El otro tema es que el FA va a quedar, en la mejor hipótesis, como a media docena de bancas de la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, y el PN muy lejos; incluso puede darse que la suma del PN, el PC e incluso el PI no de 50 bancas de Diputados, o 15 senadores más el vicepresidente. Ahí puede darse un escenario en el que lo que yo llamo la oposición sistémica, la oposición más acorde al clásico sistema político, y del otro lado, del FA, ninguno tenga mayoría, y en el medio, la gran balanza sea Cabildo Abierto, que, en esta última Encuesta Nacional FACTUM dio la probabilidad de dos senadores y ocho diputados, —la anterior daba tres senadores y nueve diputados—, que mueven mucho, cuando no queda, además, ni de un lado ni del otro. Más allá de que políticamente se siente muy distante del Frente Amplio, por otro lado tampoco se siente parte del bloque opositor clásico. Este es un elemento fundamental.
El general Manini Ríos ha dicho muchas veces que no están detrás de los cargos, que no ve a su gente sentada en los ministerios, lo que implica una cierta voluntad de apoyar, eventualmente, un gobierno, pero no estar plenamente comprometido con él. Después está el tema en cuanto a puntos de contacto o de discrepancias que tenga con todos los demás partidos, porque no es un partido cualquiera, ni un partido personalista de alguien con veleidad de caudillo, sino que estamos hablando de un líder. Es un partido originalmente personalista, con definiciones muy claras en muchas áreas.
B.R.: Está muy claro en algunas áreas en las que discrepa, por un lado, con el FA, y por el otro, con el PC, que ya ha tenido, no roces, pero piensan diferente.
O.B.: Es muy claro el roce entre Talvi y Manini, y entre el PI y Manini. Ahora, claramente es un partido, y en esto hay que ser cuidadoso en las palabras, de derecha. El error es creer que izquierda y derecha, y liberal y conservador en los valores, y liberal regulatorio, estatista, planificador en lo económico es una sola cosa. Son cosas distintas, donde no todos están siempre alineados igual. En ese sentido, desde el eje político, Manini se identifica como una clásica derecha. En el eje de valores es claramente un liderazgo de valores conservadores, lo que se llama cultura conservadora, de un catolicismo conservador muy fuerte. Es el partido político más claramente opuesto a toda la Nueva Agenda de Derechos. En el aspecto económico, no entra dentro del parámetro del liberalismo económico, sino más bien tiene una visión un poco más intervencionista del Estado en algunos temas. Sobre todo, la visión militar, en general, le presta mucha atención al control del Estado sobre las fuentes de energía, el agua, las comunicaciones, que no es la visión del liberalismo económico puro. Hay una distancia muy grande entre la visión de Talvi, e incluso la de Lacalle Pou, con la de Manini. Después, es de una fuerte impronta social. El artiguismo al que se refiere no es solo el “artiguismo militar”, sino al artiguismo social como expresión de las masas pobres.
B.R.: El Ideario Artiguista.
O.B.: Lo que pasa es que el Ideario Artiguista se puede referir a muchas cosas. Algunos lo relacionan con el concepto de patriotismo —él también— pero la izquierda, y en eso Manini coincide mucho más, lo relacionan con el ideario artiguista social, que los más infelices sean los más privilegiados, ese tipo de concepción. Por otro lado, la visión geopolítica. Manini es un hombre con mucha impronta en la visión del país que Methol Ferré llamaba “el país de los ríos”, el país de la Cuenca del Plata, que tiene una misión geopolítica en esta zona, un poco alejado de Europa, y también de Estados Unidos. Manini no es un individuo que sea claramente pro norteamericano, y mucho menos en el plano militar. Como se sabe, Estados Unidos impulsa, desde el fin de la Guerra Fría, la idea de que los Ejércitos latinoamericanos tienen como función el control interior del país, la función de Guardia Nacional. Esa concepción que decía, lleva a que no vea con simpatía el proyecto de Reforma Constitucional que, de hecho, transforma al Ejército en una especie de Guardia Nacional.
B.R.: ¿Tiene algo del ”viejo” Herrera?
O.B.: Tiene algún parentesco. Diría que, por un lado, se nota la influencia de Methol Ferré, se nota la influencia de José Enrique Rodó en su pensamiento, tiene algunos parentescos muy claros de visión geopolítica con Luis Alberto de Herrera, tiene también alguna visión que se podría entroncar con el ruralismo de Benito Nardone, ya que tiene una visión muy fuerte sobre el papel del agro, e incluso del agro tradicional, de la ganadería. Es un pensamiento muy elaborado, que en general tiene mayores coincidencias con los partidos tradicionales, pero algunas diferencias muy importantes. Desde el punto de vista electoral, compite con los tres partidos. Sin duda le ha quitado mucho voto al PC, es muy claro que en Artigas y Cerro Largo lo “desplumó”; en Rivera, en cambio, el más afectado ha sido el FA, que quedó cuarto en las internas, y se lo ve cuarto, y por otro lado, compite con el FA en Montevideo y Canelones en los sectores más bajos, donde hay una puja entre el “mujiquismo” y el “maninismo”. Por eso, los tres partidos han sido golpeados por la aparición de este fenómeno. No solo el PC y el PN; también el FA. Y diría que también el PdlG, porque aparece alguien que compite en la misma área electoral, y en algunos temas, como la Seguridad, que fue el gran tema de Novick durante buena parte de esta larga campaña electoral que empezó en 2016.
B.R.: Estamos encontrando el fiel de la balanza, en un Parlamento que puede estar muy dividido, en decisiones importantes puede definir para un lado o para otro.
O.B.: Puede ser decisivo hasta par el sostén del Gobierno, en el caso de interpelaciones. Una coalición, o un partido de gobierno, por sí solo, si no tiene mayoría absoluta, corre riesgos de que sus ministros no sobrevivan a algunas interpelaciones clave.
B.R.: La Encuesta Nacional FACTUM no contempla indecisos, pero hay indecisos en otro tipo de encuestas. En ese sector de indecisos, ¿Alguno de ellos puede ir a Manini o están más volcados hacia los partidos tradicionales?
O.B.: Cuando presentan las otras encuestas, muchas veces los periodistas y no los encuestadores, le dicen indecisos a personas que no sabemos si están indecisas. Son personas que no saben o no contestan, y eso no necesariamente quiere decir que estén indecisas. Incluso hemos visto algunas encuestas en la que suman No sabe/No contesta, en blanco y anulado. Y ninguno de esos puede ser indeciso. En el caso de la Encuesta FACTUM, tenemos el término “Voto débil”, porque indeciso puede querer decir muchas cosas. El Voto débil es entre el 10% y el 14% de todo el electorado, pero ya está con una prevalencia de orientación hacia un partido u otro. Para que cualquier partido crezca le tiene que quitar a otro. No se pueden mantener todos iguales y que uno crezca. En esa potencialidad de crecimiento, sin duda, CA sigue amenazando al FA, al PN y al PC. A la inversa, también puede haber algún desgaste de CA que pueda ser capitalizado por el mujiquismo, por el PN o el PC. Como pasa en todos estos juegos, es de ida y vuelta. Uno puede amenazar al otro y viceversa. Esto es muy fuerte en este mes y días que están quedando, porque se define el 27 de octubre. Para noviembre queda la Presidencia, que CA ya ha anunciado su voto contra el FA.
B.R.: ¿Puede ser decisivo en el balotaje que estos votos de CA vayan a la oposición?
O.B.: De un partido nuevo como este podemos saber el nivel de firmeza, de lealtad, que tuvieron los 50.000 votos en las internas. Cuando estamos hablando de un 8%, hablamos de cerca de 200.000 personas. No es claro que todos tienen un seguimiento automático de todo lo que diga Manini Ríos respecto al balotaje. Por ejemplo, muchos que eran mujiquistas pasan a votar a Manini, capaz que en el balotaje dicen “hasta acá llegamos”, porque una cosa era votar a Manini y otra a Lacalle Pou. También, a esta altura, lo más probable es que el balotaje sea entre el FA y el PN, entre Martínez y Lacalle Pou. ¿Cuál es el nivel de firmeza para el balotaje del voto del PC? Tanto sanguinettistas, pero mucho más los talvistas, más allá de lo que diga Sanguinetti o diga Talvi, ¿Votarán automáticamente a Lacalle Pou? Son muchas incógnitas que recién empezaremos a ver después de la noche del 27 de octubre.
Sí tenemos como antecedente que, hasta ahora, en los tres balotajes que hubo, la suma del PN y del PC siempre dio más que el candidato tradicional. Batlle obtuvo 52% de votos, y la suma de blancos y colorados 55%, y además recibió, en aquel momento, votos del Nuevo Espacio. Lacalle Herrera tuvo menos votos que la suma del PN y el PC, y además lo acompañó una parte del PI. Y Lacalle Pou tuvo muchos menos votos que la suma del PN y del PC, y parte del PI acompañó a Lacalle Pou. Es decir, hasta ahora hay tres balotajes en que el área tradicional rindió menos en el balotaje que en el Parlamento, y el FA al revés. Esta es una incógnita importante e interesante entre el 27 de octubre y el 24 de noviembre, si este comportamiento se mantiene. Diría que para el balotaje todo va a ser decisivo, porque casi nadie tiene una tropa que vaya a votar al grito del líder. Muchos lo van a hacer, pero no necesariamente todos.
B.R.: El FA sí…
O.B.: El FA lo tiene seguro en la medida que el balotaje sea con Lacalle Pou. En la hipótesis, que ahora parece más difícil, pero que hasta hace un mes se podía haber dado, de una segunda vuelta entre Daniel Martínez y Talvi, cabría dudar que todo el votante del FA en octubre se hubiera trasladado a Martínez en noviembre. Al FA lo puede ayudar que el balotaje sea contra Lacalle Pou, y no contra Talvi.
B.R.: Hay varias encuestadoras que han hecho una especie de estudio de posibilidades de ganadores del balotaje. ¿FACTUM está trabajando en eso, lo va a hacer antes del 27 de octubre?
O.B.: Hacemos estudios, pero no los divulgamos, porque creemos que no es correcto darle a la gente una imagen, como si fuera que puede ocurrir, que es como se traduce en la gente cuando se da públicamente. Nosotros sostenemos que el balotaje no se puede predecir hasta después del 27 de octubre, hasta que estén los datos de la elección y hasta ver qué hacen los partidos después de esa fecha. No es lo mismo. El PN y el PC, en noviembre de 1999 hicieron una coalición de Gobierno con once puntos programáticos definidos, formalmente firmado en la Casa del PN. Ese es un escenario. Otro escenario es que un partido diga que van a llamar a los demás, pero no acuerda con nadie, y nadie hace campaña por el otro. El saber cómo va a ser el escenario de los partidos entre el 27 de octubre y el 24 de noviembre es muy importante y puede cambiar mucho los datos y las perspectivas.