28 Oct. 2019

Primer análisis tras las elecciones

Oscar y Eduardo Bottinelli- Diálogo con Aldo Silva

Radio Universal – Fuentes Confiables

Los buenos números de las encuestas y la proyección de escrutinio de Factum, y los errores de las dirigencias políticas que no supieron leer esos resultados. Las fortalezas y debilidades de Lacalle Pou y Daniel Martínez para ganar en el balotaje, la nueva composición del Parlamento y los cambios en la interna del Frente Amplio.

A.S.: Felicitaciones, les fue muy bien.

O.B.: Felizmente sí. Ayer la proyección de escrutinio fue muy exacta para lo que da la técnica, y la encuesta, no solo la final, y ahí en general las consultoras que hacemos estudios probabilísticos anduvimos en números relativamente parecidos, y esto lo demuestra que es la primera vez que no hay ningún titular, que la noticia más importante de ayer fue que se equivocaron las encuestas.

E.B.: Hay alguna nota. Hay que reivindicar que, después de las internas, había salido un poco criticando, y esta vez salió a felicitar.

O.B.: Pero no fue titular, y en otras eran titulares. Lo otro que quiero reivindicar, porque pasé la posta de la dirección de Factum a Eduardo Bottinelli, por lo tanto no me corresponde el mérito a mí, aunque quede en familia, que, desde julio a ahora, toda esta etapa, este escenario que se vio anoche, fue marcado, con pequeñas variantes, únicamente por Factum; en julio/agosto, en setiembre, a principios de octubre y fin de octubre. Y tuvimos que afrontar críticas. “Mire Factum cómo le da el Frente Amplio”, cuando los demás daban empate o apenitas al FA arriba, y después en la última sí, la foto de todos fue igual. Nosotros, desde el primer momento, vimos este escenario. Evidentemente es un tema de metodología, de técnica, de teoría, que ya hemos explicado. Concebimos el voto como algo mucho más profundo, que no basta con una pregunta, si no explorar, porque la gente vota sintiendo mucho de adentro; a veces no es capaz de racionalizarlo, y empleamos una metodología que detectaba eso. Si la gente estaba bajo las piedras, nosotros veíamos, teníamos un aparato detector debajo de las piedras. En ese sentido estamos muy contentos, porque fue muy completo todo. Como actividad de encuestas en general y, en particular de Factum, tanto de encuestas como de proyección de escrutinio.

A.S.: Yendo a lo estrictamente político, estamos hablando de un porcentaje de votación que marca un Frente Amplio por debajo del 40%. ¿Qué pasó ayer? ¿Qué quedó delineado de aquí en adelante?

O.B.: Antes que nada, quiero decir un titular de aquí en adelante: el Frente Amplio tiene algo así como 16 horas, el día de hoy, para decidir si va a pelear la Presidencia de la República o ya se entregó. La señal que termine dando hoy es si revisa a fondo todas las falencias que ha tenido, asume los errores de gobierno, los errores políticos de estos cinco años, los errores de campaña políticos, no los eslóganes, errores de conducción de los referentes, de la fórmula, de la autoridad y los liderazgos del FA, ve cómo los juegos sectoriales actuaron cada uno por el suyo, la candidatura por el otro, el FA como institución por el otro… o asume todo eso, y estudia fuera de exitismos o derrotismos dónde están los puntos fuertes que tiene para pelear la presidencia, o tendremos una elección equivalente a la de 2014, donde, desde la noche de la elección, Lacalle Pou estuvo derrotado. Nos llamó la atención ayer el exitismo de dirigentes del FA, y los mensajes de sentirse golpeados por la noche, cuando el resultado estuvo de acuerdo a lo que se preveía, porque podría haber mejorado un poquito, y punto. Y hago una brevísima reflexión: los dirigentes políticos, todos, confunden mucho, un dato que es que, cuando una encuesta se hace muy a fondo, como la hace Factum, detectamos el voto dos años antes. Ese señor tiene una orientación de voto que a veces ni siquiera la manifiesta ante el espejo, mucho menos en el barrio. Cuando, tiempo después, comenta en el barrio que va a votar a “Pepito”, creen que “Pepito” tiene un voto más, pero eso la encuesta ya lo había dicho. Después, ese señor, anda más activo, y creen que es otro voto más. Y después va a un acto, a un comité, a una actividad, y dicen “otro voto más”. Después se entusiasma: “otro voto más”. Después grita, y anda con una bandera, y dicen “seguimos creciendo”. Y resulta que el voto hacía dos años que era el mismo, que lo manifestaba cada vez más entusiasta, y termina confundiéndose entusiasmo con mayor cantidad de votos. No es de esta elección, es de hace mucho tiempo que uno observa eso. También hay que entender que, a veces, las dirigencias políticas confunden, y por eso se enojan con las encuestas, los entusiasmos que van generando con el verdadero crecimiento, que es una mayor captación de gente. Yo diría que, ayer, casi todos los partidos, salvo alguno chico, no mucho más de uno, esperaban una votación mayor a la que obtuvieron. Algunos con más prudencia, otros menos. Esto también es un dato de cómo le cuesta a la dirigencia ver la realidad.

E.B.: Y el FA tiene que hacer algo que no hizo en 15 años, que es lograr transmitir que es capaz de hacer acuerdos con otros, porque, hasta ahora, en el Gobierno y en campaña, no ha tenido esa necesidad. Porque ganó en primera vuelta, tuvo la mayoría parlamentaria dos veces, y además, la última vez ganó la mayoría parlamentaria por muy poco, pero después de obtenida esa mayoría se olvidó de ese escaso margen.

O.B.: Se conformaron con decir que se equivocaron las encuestas. Decían que habían tenido mayoría, y no vieron que la mayoría había sido exigua.

E.B.: La falta de autocrítica. Pasó algo. Ya había pasado en 2010, cuando Ana Olivera es elegida intendente de Montevideo. Esa fue una señal hacia el FA, porque hubo un voto en blanco y anulado muy alto. Pero como ganó la Intendencia no hubo autocrítica fuerte. Lo que el FA no está logrando es reaccionar ante pequeñas adversidades porque, al final, el resultado termina siendo favorable. En este caso, en este período, se veía en los estudios, en los perfiles sociodemográficos, cómo estaba teniendo debilidades en el interior, en los mayores de 60 años, en las clases medias-bajas y bajas. Y no logró encontrarle la vuelta, re enamorar, re encantar a esa gente, porque un porcentaje importante de donde estaba teniendo problemas ya había votado al FA. El FA no necesitaba buscar nuevos votantes, sino conquistar a los que ya lo habían votado, y eso no lo logró. El desafío para el FA, ahora, es decidir ya si va a dar la pelea o no. La señal de ayer fue muy mala. Fue hablar primero y desaparecer. Esa es la señal de una derrota. El cierre de la noche fue un cierre triunfal de Lacalle Pou, convocando a todos los partidos, teniendo, además, el apoyo de todos los partidos de oposición, algunos más explícito, otros menos. No hubo una instancia de abrazos, no se armó esa foto. Hay que ver si se arma en los próximos días para dar una fuerza, o no se da.

O.B.: Hay dos cosas diferentes. Primero, que el FA, hace mucho, que se ha especializado en construir auto derrotas. En 1994, en una elección histórica, que marcó el tripartidismo perfecto, esa noche, a raíz de que hubo un anuncio erróneo hecho por la Facultad de Ciencias Económicas, el FA creyó que había ganado. Cuando no ganó, salió tercero pero a un punto del primero, que era su éxito histórico, el de igualar a los partidos tradicionales, lo vivió como derrota. Si se esperaba un resultado del 39%, 40% anoche, ya tenía un mensaje para noviembre. No que este resultado les cayera de golpe, inesperado.

E.B.: Quizás estaba la esperanza de que sucediera lo que pasó en 2014, de que hubiese un envión final, que las encuestas no registraban, o hubiese un sesgo de las encuestas. Cuando hablábamos el jueves recordábamos que, en 2009 y 2014, después de la última encuesta había crecido, y ahí dijimos que no sabíamos si iba a pasar eso este año. No se puede asumir que lo que pasó antes se va a repetir. Y no se repitió.

O.B.: Tampoco se puede asumir, de parte de una dirigencia política, que lo obvio es que necesariamente va a pasar. Además, Lacalle Pou, ayer se vio extraordinariamente beneficiado con un dato: la votación del Partido Colorado. Si el PC estaba en el 15% o 16%, la reacción de Talvi era otra. Talvi estuvo muy oscilante el último mes entre la posibilidad de hablar de coalición de la actual oposición, o de tener algunas líneas de coincidencia con el FA. Hizo un juego de mensajes que, cuando Daniel Martínez habla explícitamente de que va a gobernar, a mi juicio en un error táctico, con Talvi, lo lleva a él a tener que no, que de ninguna manera. Creó un hecho que no debió haber creado. Y una cosa era un Talvi sintiéndose fuerte, fiel de la balanza, y otra un Talvi que, ayer, registra el segundo peor resultado del PC en su historia. Votó peor que el peor resultado de Bordaberry. El PC, después del 10% de 2004, que fue récord, pasó con Bordaberry al 17%, después al 13%, y ahora va a estar un poquito por debajo. Nada dramático, pero no hubo recuperación. En bancas no se va a notar.

E.B.: Está la diferencia del cuarto partido, que afecta a todos.

O.B.: Sí. La aparición del cuarto partido es un tema que merece un análisis de arquitectura política. En el mes de marzo, hasta principios de abril, no estaba en la cabeza de nadie este cambio de la arquitectura política. Hay que analizar este fenómeno, que es un fenómeno social muy importante. ¿Por qué el FA pierde hacia Manini, por qué el PC pierde hacia Manini, por qué el PN pierde hacia Manini? ¿Qué expresa Manini? No solo lo ideológico. Ese espacio sintió la necesidad de un liderazgo, que cambió el escenario, porque golpeó a todos, incluyendo al FA. Creo que hay un tema bastante interesante. Hace poco, Álvaro Delgado dijo una frase muy irónica: “prefiero ganar el Gobierno con el 30%, y no perderlo con el 35%”. Efectivamente, Lacalle Pou se apresta a una elección donde, en principio, parecería que tiene un poquitito más de probabilidades, por lo menos. Y, sin embargo, el PN retrocede en relación a la elección pasada, y en relación a 2009. Esta es la segunda peor elección histórica de la colectividad blanca. La peor fue en 1999, con el 21%: luego había estado en el 29%, con Lacalle Herrera, en 2009. Siendo un resultado objetivamente malo, le abre las puertas a ir al Gobierno por el cambio de arquitectura. Es interesantísimo esto.

A.S.: Ayer, Marina Arismendi, desde la sede del FA, decía que le llamaba la atención lo mal que había votado el PN y el PC.

O.B.: El otro dato relevante de la arquitectura política es que desaparece como actor político que puede jugar un papel importante el Partido Independiente. El PI era un aliado necesario que tendría que haber cultivado el FA, lo tuvo a punto en 2014. Un partido con contradicciones internas, que viró de ser “la otra izquierda” al “partido bisagra”. Ya se asustó de esa izquierdización que había hecho, y ahora hizo un giro que lo lleva a esta especie de desaparición como actor relevante. Eso al FA lo deja prácticamente sin aliados. La Unidad Popular tampoco entró al Parlamento, más allá de que no era fácil hacer una alianza con ella, y lo que le queda es un partido que, si bien su líder, estructuralmente es un hombre de izquierda, no es una convocatoria propiamente de izquierda, como es el Partido Ecologista Radical Intransigente. Creo que el PERI tiene la situación de que quienes anulen el voto en la segunda vuelta será su líder, César Vega, y un grupito de dirigentes, porque es un partido de convocatoria llamémosle muy espontánea, y habrá que ver qué hacen los votantes. Probablemente se dividan.

E.B.: Respecto al nivel de votación de los partidos, sobre todo del PN y el PC, pero también del FA, hablamos del cuarto partido, pero también de la dispersión del voto que hay, por más que son todos muy menores y están peleando para entrar al Parlamento, eso también hace perder votos. Hay muchas más opciones, y un punto de acá y un punto de allá terminan sumando.

O.B.: Es un 5% la suma de los partidos chicos que entran o no al Parlamento. Más casi 4% de voto en blanco y anulado. Son nueve puntos que no gana ninguno de los partidos grandes.

E.B.: Entre los partidos más pequeños y Cabildo Abierto son más del 15% del electorado. Ese 15% está expresándose en alternativas distintas a los tres grandes partidos. Lo otro que decíamos respecto de los desafíos del FA, también de la oposición, es que hay un elemento clave que es no entender que la suma del resultado de los partidos es el resultado de la segunda vuelta. No es una suma matemática PN+PC+CA y, si se quiere, el PI y el Partido de la Gente. Ese no es el resultado de Lacalle Pou en segunda vuelta. Lacalle Pou tiene un desafío.

A.S.: ¿Consideran que hay una ventaja en favor de Lacalle Pou?

E.B.: Hoy, con el resultado, y tal como salieron públicamente, sí. Hay, inicialmente, una ventaja, pero no es una suma matemática.

O.B.: Tenemos ahí al PERI, al Partido Verde Animalista, que no sabemos dónde van a caer. Seguramente se pueden dividir, creo que, con mayor sesgo, hacia el FA. Y UP también, más allá de que proclamen en voto en blanco. Pero la diferencia entre el FA y toda la oposición, PN, PC, CA, PdlG y PI, es de unos 13 puntos. Es decir que el FA necesita seis puntos y medio para empatar a Lacalle Pou, no 13, porque no vienen de la Luna, se los tiene que sacar al otro. Ahí es donde tiene que apostar a que hay, más o menos, una cuarta parte del electorado, quizás un poquito más, entre el 25% y el 30%, de CA, es un electorado que fue, diría que hasta marzo, mujiquista, votante del MPP. Ahí tiene algo para tratar de pelear, son unos tres puntos de los seis y medio que necesita. La pregunta es qué tiene que hacer el FA, qué tiene que hacer Mujica y qué tiene que hacer Daniel Martínez, para captar ese electorado que se le acaba de ir, y que por algo se le fue. Del PC, probablemente esos 12 puntos y algo haya dos, dos y medio, que no quieren votar a Lacalle Pou. Eso es real, pero no es automático. Cuando uno está desencantado de un lado, necesita que otro lo re encante, que lo haga llegar a la conclusión de que cualquier cosa es mejor que esto otro, o que este me ofrece algo. Se podrían llegar a ir, pero hay que tener cuidado. En la suma de los dos, el FA puede estar acortando la diferencia en cinco y medio, más lo que puedan aportar los partidos chicos. Puede llegar a seis puntos, y todavía queda una rebanada en su contra. Pero no está decidida la elección de octubre. Tampoco, en este momento, lo vemos como lo veíamos hace diez días, o una semana, como una moneda al aire que tiene exactamente las mismas probabilidades de los dos lados. Los dos tienen desafíos. Lacalle Pou y la oposición, que dijeron que harían una coalición, la tienen que hacer. Si pasan los días y no se ve un acuerdo, si el programa de Gobierno de la coalición es estar de acuerdo en la felicidad de la gente y en contra de la maldad no es creíble. ¿Cuáles son los puntos? ¿Se van a comprometer todos en el Gobierno? Y del lado del FA es entender que necesitan, en este momento, un estratega ajedrecista mirando el tablero, mirando los pasos que tiene que dar.

A.S.: El tema es si el FA tiene a esa persona.

O.B.: A veces no es necesaria una persona sola, sino un equipo, un elenco de liderazgos, como tuvo el FA en varios momentos, incluyendo cuando empezó a gobernar. Los primeros años, el primer Consejo de Ministros, era un formidable elenco político, donde estaba Astori, Gargano, Mujica, Arana, Nin Novoa, Lescano, además de Vázquez. Era un formidable elenco. Se requiere un elenco para trazar esto.

A.S.: Estaba pensando en la composición del Parlamento, los cambios que se avecinan.

E.B.: Creo que están todos dentro de lo previsto. Esto también responde a que el FA terminó tomando una serie de decisiones que implicaron cambios, hacia afuera y hacia adentro. Cambios en una especie de parricidio de los liderazgos tradicionales, de la tríada que venía sosteniéndolo, Astori, Vázquez y Mujica, y fue explícito, al no considerarlos a la hora de armar la fórmula, no en el sentido de no integrarlos, sino de no considerar su opinión. Eso se discutió muchísimo, y tiene consecuencias, hacia el FA y hacia los liderazgos. En todo caso, Vázquez, como presidente, ha tenido una presidencia complicada, más allá de sus temas personales, en el ejercicio del gobierno, que ha tenido muchas dificultades desde el comienzo. Astori tuvo la dificultad de la Economía, y entonces le pega bastante esa situación, pero, además, le pega el haber quedado aislado, hacia el FA y hacia afuera del FA. Y hay una especie de desgrane del FA, donde cada uno empezó a armar su grupo. Primero las candidaturas a la interna, despegadas de los grupos, después liderazgos que se crean con nuevos grupos que después arman sublemas…

A.S.: El Frente Líber Seregni era una imagen de cierta solidez ideológica dentro del FA, con la presencia de Astori y las alianzas que tenía con otros sectores, y eso quedó como una cosa deshilvanada.

E.B.: Ahí pasaron dos cosas: primero, el movimiento que vimos en julio, donde el PC llega a su pico, y tiene un primer crecimiento vinculado al PN, pero también al FA, por ese lado. Después, quien asume públicamente el ataque a Talvi, y por ese lado, si se quiere, de centro del FA, es Bergara, que potencia de ese modo la candidatura en la interna. Astori también sale, y también es gran responsable de “pegarle” a Talvi, pero se configuró que, el representante de ese sector terminó siendo, fundamentalmente, Bergara. Ese es un tema que hay que estudiar, el rol que están teniendo las internas en la conformación de liderazgos, y, sobre todo, en este caso, el del FA, que tenía otras lógicas completamente distintas en las decisiones, y las ha ido cambiando. En 2014 eligió a Sendic como vicepresidente en función de que había sido la lista más votada en la interna. En 2019, el candidato a la presidencia elige a su compañera de fórmula, en forma no inconsulta pero sí independiente. Y se posicionan los liderazgos de Andrade, de Cosse y de Bergara, en función de haber participado en la interna. Eso los potenció, y no era una construcción, como se venía haciendo en el FA. Hay muchoe elementos.

O.B.: Hago unos apuntes. Ninguna de las cuatro candidaturas presidenciales del FA fue producto de lo que era la tradición de la izquierda: que un grupo político, en acuerdo con otros, o en conversaciones, lanzaba una candidatura. Todas son candidaturas que se autoconstruyen, incluyendo la de Andrade, que prácticamente termina llevando al Partido Comunista a apoyarlo. Cosse era un nombre manejado por Mujica, pero ella dijo que era candidata igual. Bergara se largó por las de él, y Daniel Martínez también.

Otro tema es que el FA tuvo 15 listas a la Cámara de Senadores. 38 listas a Diputados en Montevideo. Es un síntoma de que la búsqueda de protagonismos, de ubicaciones de tipo personal ha tomado un protagonismo en las lógicas políticas del FA, que no tenía antes, y esto es parte de los desencantos que generó. Y como último apunte, fuera de toda duda, no quiero dar porcentajes, pero lejísimo, por encima de la mayoría absoluta de todo el país, gana una vez una vez y media, en términos reales, de poder adquisitivo, que lo que ganaba hace 15 años. Todos los jubilados y pensionistas, los funcionarios públicos, nacionales y departamentales, y todos los que tiene salarios reales que no tienen riesgos. Y la fuerza política cae, pierde, groseramente, la quinta parte de su electorado. Entonces hay que explicar esto. No es que todo el mundo está viviendo peor. Económicamente no. O no vive tan bien por otros factores no económicos, o ha llegado a determinado nivel de logros económicos y hay otro tipo de insatisfacciones, que pueden ser externas, como el manejo del Gobierno, la seguridad, o temas estructurales. Se gana bien pero no se tiene acceso a la vivienda, los alquileres son caros. O alguien que perdió el empleo, o tiene miedo de perderlo. Hay un montón de temáticas que el FA no se planteó. Ligado a esto, el FA tiene un montón de realizaciones, así como tiene un montón de fallas. La oposición fue muy eficiente en marcar las falencias, y el FA también fue bastante eficiente en demostrar muchas de sus falencias, como el tema Sendic, pero no logró internalizar en la gente los logros que tenía. Y hablo desde los candidatos al propio gobierno como institución.