El Observador
Como síntesis, no se trata de una rueda de automóvil, compacta, que gira en torno a un eje, sino una rueda de carro, partida, sin llanta ni aro exterior. Como toda rueda de carro tiene un eje central del que parte un conjunto de rayos, y sin la llanta y el aro exterior que une a un rayo con otro […] Lo que reafirma esta centralidad presidencial es que el proyecte de ley no parte del documento programático suscrito por los cinco partidos al conformar la coalición electoral, denominado “Compromiso por el país”.
El presidente habla vis a vis con cada socio sin diálogo conjunto
A medida de que avanza la conformación del nuevo gobierno, queda más clara su arquitectura y su funcionamiento. Para describirlos, a riesgo de un exceso de sutilezas, es necesario definir con mucha precisión los conceptos. El punto de partida es un proceso en construcción de los partidos Nacional, Colorado, Cabildo Abierto, de la Gente e Independiente, proceso al que se llama La Coalición.
Por definición una coalición es un contrato específico para el cumplimiento de un fin determinado en un periodo también determinado. Una coalición -Maurice Duverger dixit, con reformulación y ampliación- puede ser electoral, gubernativa, legislativa y parlamentaria; y también puede ser política global. El acuerdo pentapartidario fue una coalición electoral para el balotaje, que cumplió su finalidad y con resultado exitoso: logró la Presidencia de la República. Coalición política global, que supone el funcionamiento conjunto en todos los campos, no la hay; lo demuestra la diversidad de arquitecturas de oferta electoral para las próximas elecciones departamentales y municipales.
Una coalición de gobierno puede tener diversos formatos, pero sustancialmente parte de un funcionamiento conjunto en la toma de decisiones, o de una división de campos para la toma de decisiones, con participación equitativa de todos sus componentes (puede ser paritaria, proporcionalidad a su caudal electoral o combinado el peso cuantitativo con el peso cualitativo que surge de su necesidad para el cumplimiento de la finalidad) Y en todos los casos, admite dos formas: un rol igualitario de todo los componentes o un rol central del conductor del gobierno en calidad de primus interpares. Es sustancial entender que una coalición supone la igualdad de sus componentes, o la plena participación de todos en la discusión, la elaboración y la discusión. Va de suyo, que ello supone una reunión conjunta de todos los líderes, referentes o representantes de los componentes de la coalición.
Lo que se observa es que ello no ocurre con el gobierno electo. La única vez que se reunieron todo los líderes a posteriori de las elecciones, esta semana, fue para recibir la presentación del anteproyecto de ley elaborado por la Presidencia electa de la República; una ley ferrocarril, compuesta de muchos vagones, cada uno de los cuales conceptualmente supone una ley diferente. Y quedó claro que el mecanismo de elaboración del proyecto propiamente dicho, el que será enviado como mensaje del Poder Ejecutivo con declaratoria de urgencia, no supone la continuidad de las reuniones conjuntas de los líderes, representantes o especialistas de los componentes del sujeto político. El mecanismo será una sumatoria de relaciones bilaterales de la Presidencia de la República con cada uno de los cuatro partidos asociados por separado. Y que la síntesis la hará la Presidencia de la República. O al menos por ahora no hay prevista una reunión conjunta de los cinco actores acordantes.
Lo que reafirma esta centralidad presidencial es que el proyecte de ley no parte del documento programático suscrito por los cinco partidos al conformar la coalición electoral, denominado “Compromiso por el país”, suscrito el 5 de noviembre pasado en forma separada por cada uno de los actores, sin reunión conjunta ni ceremonia conjunta. Documento que no fue discutido entre todos, sino elaborado también vis a vis por la candidatura presidencial con los otros cuatro entonces pretendientes a socios. Se observa que el proyecto de ley parte del programa del Partido Nacional, y algunas disposiciones solamente del programa del sector “Todos hacia adelante”. Más aún, puntos específicamente eliminados del “Compromiso por el país” están incluidos en el anteproyecto. Es decir, se comienza a negociar no a partir de la conformación de la coalición electoral, sino de más atrás, de un proyecto monopartidario que se somete a los socios.
Los pasos dados hasta ahora han ido por el mismo camino. El gabinete (Consejo de Ministros, subsecretarías, direcciones generales de ministerios) se designaron en conversaciones vis a vis del presidente con cada uno de los cuatro socios. Con cada uno acordó los cargos y los nombres. Pero ningún socio participó en la discusión del nombramiento de ningún cargo de otro socio; y ningún socio intervino en las adjudicaciones y designaciones del partido presidencial.
Todo ello significa que la relación es de un centro presidencial que se relaciona vis a vis con cada unos de sus asociados. Hay pues un gobierno presidencial apoyado en socios que coadyuvan a ese gobierno, pero no cogobiernan, que a lo sumo administran el área que les correspondiere en la distribución de responsabilidades, y la administran en conjunción con la Presidencia de la República. Una Presidencia de la República que además tendrá sus “ojos y oídos del rey” en todos y cada uno de los Ministerios, todos ellos coordinados por el que será el todopoderoso secretario de la Presidencia de la República.
Como síntesis, no se trata de una rueda de automóvil, compacta, que gira en torno a un eje, sino una rueda de carro, partida, sin llanta ni aro exterior. Como toda rueda de carro tiene un eje central del que parte un conjunto de rayos, y sin la llanta y el aro exterior que une a un rayo con otro.
Esta arquitectura y este esquema de funcionamiento no es malo ni bueno per se. Su éxito o su fracaso dependerán de cómo funcione, pero especialmente de la aceptación que tuviere fundamentalmente entre los dos socios relevantes, en cualquiera de los dos cuya ausencia o reticencia puede hacer tambalear o fracasar la mayoría parlamentaria que respaldará al gobierno.
La coalición parlamentaria (de sustento del gobierno) será un derivado de lo anterior, y la coalición legislativa probablemente sea lo más cercano a una coalición, porque en las dos cámaras es cuando la discusión se hace necesariamente entre todos y se precisa el acuerdo de todos para que las cosas caminen.