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Surgen crecientes complicaciones relacionadas en gran medida por una concepción de considerar que las decisiones deben armarse desde la Presidencia de la República o su entorno político, con un técnico de confianza al frente, y pedir a los socios que hagan propuestas para luego recibirlas o rechazarlas, sin elaboración conjunta.
Entre fines de la semana pasada y este lunes reaparecieron diferencias en la coalición, esta vez entre el Ministerio del Interior y Cabildo Abierto ¿qué es lo que ocurre?¿qué pasa con la Coalición de gobierno?
En los análisis es necesario enfatizar que la coalición es de tres partidos relevantes, que son diferentes en tanto son partidos distintos. Por eso se trata de una coalición y no de un partido político. Y sin son partidos distintos es porque tienen visiones del país diferentes. Algunos partidos pueden tener proyectos de país con más puntos en común, como el Partido Nacional y el Partido Colorado, y el otro, como Cabildo Abierto, tener un proyecto de país más diferenciado. Esto es muy importante.
No hay que quedarse en lo anecdótico, como que son juegos electorales o de perfilismos. Eso es superficial. Hay que ir a lo esencial: no piensan completamente igual. Tienen la suficiente proximidad para armar una coalición y la suficiente distancia como para ser partidos diferentes.
Por eso, como planteamos en el análisis de hace dos semanas, es muy importante la forma de funcionamiento y las reglas de juego. Lo que vimos en relación a seguridad social se repite en relación a seguridad pública, o más específicamente al plan de “ESTRATEGIAS FOCALIZADAS DE PREVENCIÓN POLICIAL DEL DELITO”
Lo otro que hay que enfatizar es que en el cuarto año de gobierno, prácticamente en el último año útil de gobierno, se plantean reformas y planes que generalmente se consideran propios del primer año de gobierno, de cuando un gobierno se instala y da sus primeros pasos. Esto también es un problema. Son discusiones que se abordan en tiempos más tardíos de lo aconsejable.
Más aun, en esta oportunidad, la Pandemia como el gran foco de atención, era el escenario ideal para que se procesara y se avanzara en todos los temas de fondo, mucho más en temas ríspidos y difíciles de resolver y de obtener apoyo.
¿Cuál es esa forma de funcionamiento?
En una coalición o en la búsqueda de un entendimiento interpartidario, alguien puede ser mano y hacer un planteo inicial. Pero luego viene el intercambio de ideas, y es en forma conjunta que se van arribando a coincidencias y a la elaboración de consensos.
La forma de funcionamiento que surge desde la Presidencia de la República, se puede caracterizar como:
1. La Presidencia o el Ministerio (digamos a estos efectos, “el gobierno”) eligen a un técnico de su confianza política, sin ninguna duda de alta especialización. Rodolfo Saldain en seguridad social, Diego Sanjurjo en Seguridad Pública. De confianza política no quiere decir que sea ni de su partido ni de su sector, pero que sí se deposita una confianza que va más allá de lo técnico.
2. Ese técnico redacta una propuesta, se la entrega a los partidos políticos y le pide a los partidos que den su opinión.
3. Luego es el técnico o el responsable político (el presidente, el ministro) que recogen las sugerencias, toman algunas, desechan otras, e indican por sí la elaboración de un nuevo documento. Y lo presentan para su aprobación.
4. Cuando alguien considera que ese documento no recoge lo que plantean, o discrepan con él, el “gobierno” o “el oficialismo” se enoja. Entendido en ambos casos como lo que responde al presidente.
5. Tan central es el rol de ese técnico de confianza política, que en seguridad pública el Dr. Sanjurjo afirma:
“A partir de ahí le toca al Ministerio del Interior hacer un nuevo documento que tome en cuenta las observaciones que se han venido haciendo en esta etapa. Y ahí es cuando tenemos que abrir la cancha, invitar a académicos, a organizaciones de la sociedad, a los organismos que también tienen que estar involucrados en la implementación, y luego volveremos a los partidos”
6. Como se ve, la idea es que lo que responde a la Presidencia de la República es el centro, el que redacta, el que consulta, el que acepta o rechaza sugerencias. Lo que resulta muy claro es que no se entiende como un juego colectivo, como un trabajo colectivo.
Todo esto no debería sorprender, porque ya antes de asumir el nuevo gobierno, Lacalle Pou manejó así con los cinco líderes de la coalición el proyecto de Ley de Urgente Consideración. El Saldain o el Sanjurjo de la LUC fue Rodrigo Ferrés, luego prosecretario de la Presidencia de la República.
¿Y qué se extrae de esto?
Cuando se terminó el difícil proceso de acuerdo en la reforma de la seguridad social pensamos, lo dijimos hace dos semanas, que iba a tener que repensarse el funcionamiento, porque objetivamente produce cortocircuitos y dificultades para el entendimiento.
Se observa que el procedimiento sigue siendo el mismo. Y quedan por delante algunos puntos clave. Para señalar algunos, y faltan varios:
1. La Rendición de Cuentas, que es la última ley presupuestal de este gobierno. Luego vendrá el Presupuesto Nacional dentro de dos años, con otro gobierno.
2. La Ley de Medios de Comunicación Audiovisual
3. El tema del endeudamiento de las familias uruguayas, más de un millón, de personas, y ligado a ello el tema de las tasas de interés en los préstamos personales o familiares
4. La ley que reglamenta la intervención del Senado en el caso de concesiones que realice el Poder Ejecutivo más allá de su periodo de gobierno.
Pero además esta coalición se termina el 28 de febrero de 2025, o en términos políticos, más bien dentro de un año y medio. Y hacia las próximas elecciones nacionales o hacia el siguiente balotaje es posible que se plantee renovar la coalición. Surge con claridad que un punto de previo y especial pronunciamiento lo va a ser cuáles van a ser las reglas de juego, cómo se van a procesar los acuerdos y las decisiones.