El País
Fue cronista parlamentario, secretario político de Líber Seregni, y desde hace 30 años la cara visible de la consultora Factum, el lugar donde más cómodo de siente. Óscar Bottinelli es consciente que a diferencia de hace 15 años las encuestas hoy son objeto de críticas cuando no dan los números que se esperaban.
De cara al 2019, observa una elección abierta donde el Frente Amplio puede quedar a varias bancas de distancia de la mayoría parlamentaria.
—Las encuestadoras son una fuente de información para los políticos, pero también las primeras en recibir críticas. ¿Cómo enfrenta esto?
—Todo lo relacionado con la política es duro y obliga a endurecerse; lo que no quiere decir que uno sea insensible. Creo que hubo un cambio en los actores políticos y no es fácil decir a partir de tal fecha. Si se va 15 años para atrás se ve alguna discrepancia, pero con mucho respeto. Llegó un momento que ya no se vio a la encuesta como un insumo para entender la realidad, sino exclusivamente como un termómetro de cómo estoy en la carrera. Lo que más importa es qué numerito da, cómo se llega a eso no importa. Entonces si el número no da, viene la crítica en términos muchas veces descalificantes. Uno al final se ha tenido que ir acostumbrando a que gente con la cual tiene relación muy fluida salga a decir cosas fuera de lugar.
—¿Qué balance hace de esta segunda presidencia de Tabaré Vázquez?
—Da la impresión que es un gobierno que se ha quedado sin propuestas de innovación (...) Está apostando a llegar al 2019 con un shock de obra pública y eventualmente con una planta de UPM. Pero ya no es el gobierno innovador del Plan Ceibal, de los planes sociales del Mides del primer gobierno de Vázquez, o la nueva agenda de derechos del gobierno de José Mujica. Un poco apuestan al sistema de cuidados, pero no parece que tenga el impacto de otras reformas, más allá de que quienes los impulsan lo ven como algo muy innovador.
— Vázquez aparece apoyando al vicepresidente Raúl Sendic después de una cuestionada gestión en Ancap ¿El Frente no se está hundiendo con esta defensa?
—No estoy tan de acuerdo con que el presidente salió a respaldar a Sendic. Si se analiza detenidamente Vázquez es un individuo que cuando quiere usa las palabras en un juego muy sutil; en definitiva lo que dice es hay un exceso de ataques; cosa que analíticamente uno lo ve. En la imagen de gobernantes, del primer trimestre del año pasado, nos daba 23 puntos de imagen en una escala de 0 a 100 y ahora nos dio 28, también es el último. Por eso atribuimos que empieza a notarse un cansancio de la gente a los ataques a Sendic y Vázquez lo olfateó (...) Todo tema hay un momento en que se satura y a partir de ahí el seguir con eso no agrega nada. El caso Sendic llegó al punto de saturación. Lo que se pueden agregar ya son hechos por ejemplo qué pasa con un pronunciamiento del Tribunal de Conducta o la Justicia.
—¿Qué le juega más en contra lo del título o la gestión en Ancap?
—Lo del título lo enredó Sendic, podría haber salido en diez minutos. Podría haber dicho: Me endosaron un título que no era, sí fue un error, me equivoqué, pido disculpas. Y el tema se caía solo. Pero no, decía que viene, que está en camino y llegó al extremo que las murgas en Carnaval llegaron a hablar que las cosas demoraban más que el título de Sendic. Es decir, eso deterioró tremendamente a Sendic y al Frente que como tal no tuvo una actitud nítida sobre el tema (...) La defensa acrítica de lo que pasó en Ancap y decir que todo fue un invento de blancos y colorados también dañó. Hay una contradicción muy grande, no se puede decir que todo esto fue un invento y por otro lado cambiar el Directorio y capitalizar; algo no es lógico. Si hay que capitalizar es porque hubo pérdidas, si cambió el Directorio es porque lo que venía no funcionaba. El Frente se movió muy desprolijamente y se nota el quiebre con un sector muy significativo de su electorado. Hay una idea equivocada, porque blancos y colorados dicen son los votos prestados del Frente; y no, son los frentistas más duros.
—¿Quién puede captar a estos desencantados con el Frente?
—Estamos en una elección muy abierta. Hay muchos vacíos que alguien en algún momento los tiene que llenar. Sin duda al Partido Nacional y al Colorado les está faltando una clara corriente que pueda sintonizar con esta gente y está faltando también en el Frente.
—Se dice que en política no hay muertos sino heridos graves. ¿Hay posibilidades de que Sendic se recupere?
—Da la impresión que en el corto plazo, con vistas a la elección de 2019, se le ve muy difícil recuperación (...) Ha tenido al menos dos conjuntos de desprendimientos: primero la parte más académica y luego la ruptura prácticamente por mitades de su bancada. No es una debilidad de imagen, sino estructural. A su vez no se ve poder de captación, no hay noticia de nuevas adhesiones, eso hace que uno vea, como dicen los médicos, un pronóstico reservado para el 2019.
—¿El Frente Amplio corre el riesgo de no ganar en las próximas elecciones?
—Es muy difícil hoy pronosticar la elección. El Frente está bastante mal en la opinión pública, pero uno ve indicadores de que va a llegar mejor de lo que uno esperaba. Por ejemplo, la economía va a andar de manera razonable; no era como pensábamos que iba a tener un crujido grande (...) La oferta de los partidos condiciona, el Partido Independiente está tratando de armar un espacio socialdemócrata y hay que ver si eso cuaja. En el esquema actual uno lo que se imagina, y no es lo que está proyectando la encuesta, es un Frente con muy serias dificultades de mantener las mayorías parlamentarias. Cuando uno dice esto no es que lo más probable es que quede con 49 diputados, sino que quedará a algunas bancas de distancia de la mayoría. Eso es lo que se ve hoy, capaz que en octubre del 2019 tenemos un Frente con 50 diputados o con 35 (risas). Pero hoy lo que se ve es que el Frente va a estar bien, mejor de lo que se esperaba; pero no podrá acercarse a las mayorías. La elección dependerá de cómo procese el Frente las candidaturas, cómo las procese la oposición y si logra, algo que en tres balotajes no logró: que la suma de los partidos vaya al candidato opositor (...) El Frente tiene más probabilidades de poder ganar la Presidencia que de obtener las mayorías. Puede perder las dos, pero es más probable que pueda ganar la Presidencia a que pueda obtener la mayoría absoluta.
—¿Qué es más favorable para el senador Luis Lacalle Pou: que se presente un candidato renovador o que repitan Mujica y el ministro Danilo Astori?
—Es muy difícil saber porque yo no conozco elección que la gente no diga qué bueno que haya cambio y después vota lo opuesto (...) Hacia las elecciones internas de junio, parece un dato muy difícil que cambie que uno de los precandidatos sea el intendente Daniel Martínez. Y lo otro depende de decisiones personales; no es lo mismo si Astori dice sí soy candidato o no soy candidato. El otro dato es Mujica.
—Dice que no se presenta.
—Cuanto más afirma que no será candidato, más dudas se presentan. Si no es que cada vez que dice que no, está más cerca del sí. Uruguay tuvo un período de Colegiado donde Luis Alberto de Herrera ganó en 1958 con 85 años. Mujica no sería el más viejo (...) El factor biológico que tomara en cuenta para decir si es o no candidato son las encuestas.
"LAS REDES SOCIALES NO SUSTITUYEN LO TRADICIONAL".
El primer cambio que se produjo en la política "fue cuando se empieza a ver la inutilidad del acto público", explicó el director de Factum, Óscar Bottinelli.
Después de la dictadura, apareció la televisión como actor de campaña principal, luego le tocó el turno al uso de las cadenas de mails (muy usadas en campañas de Estados Unidos, principalmente la de Barack Obama) y por último las redes sociales como Twitter y Facebook.
Cuando todavía trabajaba como secretario político de Líber Seregni en el Frente Amplio (a fines de la década del 80), Bottinelli notó que los comités de bases ya no cumplían la función tradicional de informar a la población "porque la gente llegaba al comité ya sabiendo lo que tenía que saber".
Pero el mayor cambio en la forma de encarar la política tuvo lugar con el uso masivo de las redes sociales.
¿Se puede ganar una elección solo con el apoyo de las redes sociales? Para Bottinelli, "da la impresión de que las redes no sustituyen a medios tradicionales plenamente, pero no son de segunda". A lo que agregó: "Y no sé si no pueden terminar siendo de primera". En Uruguay, Bottinelli opinó que el senador colorado Pedro Bordaberry (Vamos Uruguay) fue un innovador en el uso del Twitter y se ubicó prácticamente "muy cerca" de él, el senador nacionalista Jorge Larrañaga.
En tanto, el empresario y líder del Partido de la Gente Edgardo Novick "es un gran innovador en el uso del microvideo en redes sociales". Esto fue implementado como novedad en la última campaña municipal donde compitió como candidato independiente dentro del Partido de la Concertación que crearon blancos y colorados.
"LA CANDIDATURA DE LARRAÑAGA ES POSITIVA PARA LACALLE POU".
—Al senador nacionalista Luis Lacalle Pou se lo ve ausente de los grandes temas. ¿Esta estrategia le está dando resultados?
—Si hay algo que es difícil es diseñar una estrategia de presencia y ausencia. Sin duda acá hubo dos figuras significativas que supieron manejar los tiempos de entrada y salida que fueron primero (Jorge) Pacheco Areco y después Tabaré Vázquez. Lacalle Pou usó primero una estrategia de sobreexposición que aparentemente no le fue mal, porque no sufrió desgaste. Antes de que ocurriera vino esta estrategia de salir de escena, hay que ver cómo continúa (...) Lo cierto es que hoy el Partido Nacional, de los partidos clásicos, es el que está más sólido. Está cerca de lo que votó en el 2015 y eso es muy alto (...) El Partido Nacional tiene un problema y es que hay un sector minoritario que está refractario al sector Todos y hacia Lacalle Pou.
—¿La decisión del senador Jorge Larrañaga de insistir en ser candidato cuando ya perdió varias internas es acertada?
—Aparentemente le da respuesta a un espacio que se estaba desarticulando. Si esto es para ganar o no es más difícil decir, pero contiene un espacio y en ese sentido le hace bien al Partido Nacional y es positivo para Lacalle Pou.
—¿La senadora nacionalista Verónica Alonso puede llegar a ganarle a Larrañaga?
—Bueno esto hay que verlo, sin duda es una figura con muy buena imagen. Todavía no ha tenido los desgastes, se empieza a ver que ya empezó el bombardeo contra ella de alguien que entra en la controversia (...) Larrañaga se ha ido consolidando como el referente, guste más o menos, de un sector del Partido Nacional.
—¿Los colorados pueden quedar debajo del partido liderado por Edgardo Novick?
—El Partido Colorado está en un proceso muy complicado de recomposición. Hay muchas dudas si la ida de Bordaberry es un gran debilitamiento o al revés, lo airea (...) Si quedara debajo de Novick es muy difícil de ver hoy, sobre todo porque el fenómeno de Novick es nuevo y hay que ver cuánto se sostiene. Es difícil hacer un análisis de un partido que no es conocido por su nombre sino por Novick.