02 Mar. 2013

Mujica: su último año efectivo

Oscar A. Bottinelli

El Observador

Este 2013 es el último año efectivo de gobierno, guste o no a los gobernantes. [...] El primer e ineludible desafío es compactar el elenco de gobierno. Hay una disputa de poder que esencialmente se da entre el neomujiquismo y el astorismo. [...] Otro desafío nada menor es elegir bien las áreas y los temas en que lo que ya se ejecute pueda ofrecer resultados

Cuando se diseñó la reforma constitucional de 1996 se vio que uno de sus efectos era la reducción del tiempo efectivo de gobierno. Con un largo ciclo electoral nacional que abarca todo un año y las primeras votaciones son ahora el 1° de junio, el último año formal de gobierno queda oculto por la campaña electoral. Las ideas, propuestas, ensoñaciones, promesas y expectativas pasan a ser patrimonio de los precandidatos primero y de los candidatos presidenciales luego. Al gobierno, al presidente de la República y su gabinete, le queda como tarea el funcionamiento administrativo del gobierno, concluir lo ya iniciado y -como tarea paraelectoral y broche de su gestión- cortar cintas, todas las posibles, o si no, poner piedras fundamentales. De donde, este 2013 es el último año efectivo de gobierno, guste o no a los gobernantes.

El primer e ineludible desafío -más aún con la forma en que comenzó el año- es compactar el elenco de gobierno. Hay una disputa de poder que esencialmente se da entre el neomujiquismo y el astorismo. Por neomujiquismo corresponde definir al proyecto que postula como referente a Raúl Sendic y tiene como constructor y operador a Diego Cánepa, el hombre fuerte de la Torre Ejecutiva. El astorismo es en esencia el Frente Liber Seregni, el liderazgo de Danilo Astori y en el gobierno la figura central del ministro de Economía Fernando Lorenzo. La lucha comenzó con trascendidos en la prensa en abril de 2011 con la forma de confrontación de dos líneas económicas y dos equipos económicos. Tuvo como puntos altos la renuncia de Pedro Buonomo a la subsecretaría de economía y su sustitución por Porto y los embates de cambios impositivos que tuvieron como centro al declarado inconstitucional ICIR, impuesto a la concentración de tierras. El affaire Pluna debilitó a Lorenzo y también a Astori y el astorismo. La ofensiva fallida desde el neomujiquismo reequilibró fuerzas y fortaleció relativamente a Astori-Lorenzo, pero condicionados a una mayor consulta a la estructura del Frente Amplio y al gobierno en su conjunto; no es el poder de un año atrás. La crisis evidenció la existencia de otras luchas y competencias: hay un juego triangular en el macro espacio mujiquista entre MPP de un lado, sus aliados independientes de la CAP-L (Fernández Huidobro) y el neomujiquismo del otro. Hay un juego complicado del mujiquismo con los comunistas. Y hay un juego de entendimiento y competencia entre socialistas y astoristas.

Es natural que en la pre-campaña electoral estos juegos se potencien, pero Mujica necesita imperiosamente que se hagan fuera del gobierno, en otro plano y otro terreno; y necesita que todo el elenco de gobierno se compacte. Solo así puede transcurrir este último año.

Otro desafío nada menor es elegir bien las áreas y los temas en que lo que ya se ejecute pueda ofrecer resultados (este año o el que viene), que se aterricen ideas en iniciativas de desarrollo creíble, que se empujen nuevos proyectos de comienzo inmediato, que se corrijan cosas que funcionan mal, que se ajusten otras que andan más o menos bien, que se potencien las que andan muy bien. Es un juego de opciones, prioridades y también de comunicación.