Radiocero y Radio Monte Carlo
El presidente del Banco República Fernando Calloia sorprendió hace dos días con un duro ataque a gremiales y a dirigentes opositores, con nombre y apellido. [...] El tema tiene dos aristas: uno el institucional y otro el político. […] Sin duda lo que ha hecho es el peor favor al gobierno y al equipo económico. La pregunta que surge es por qué.
OAB: El presidente del Banco República Fernando Calloia sorprendió hace dos días con un duro ataque a gremiales y a dirigentes opositores, con nombre y apellido. Dijo: "... todos los que dijeron el aval es trucho, Heber y Larrañaga, esos grandes doctores, la Asociación Uruguaya de Empresas de Seguros, la Asociación de Escribanos, confirmaron la mayor operación política en contra del Estado que yo recuerdo"
El caso Calloia es un caso muy sorprendente, porque no se recuerda un presidente del Banco República que haya embestido contra los máximos líderes opositores y contra una gremial profesional de peso y contra una asociación empresarial de alto peso. Todo ello de manera extremadamente fuerte. La sorpresa mayor es que Calloia fue el primer presidente del Banco República, desde la restauración democrática a hoy, en ejercer casi dos periodos consecutivos (está en el cargo desde 2005, apenas asumido Vázquez), y durante siete años, hasta mediados de 2012, ejerció la función en forma asordinada, sin polémicas, con perfil entre gerencial y técnico. Además, cosechó juicios favorables a la forma en que dirigió el BROU y especialmente a la reforma de la institución. Todo ello hasta que comenzó el problema de Pluna, su cierre, el remate de los aviones y el aval del Banco República para ese remate.
El tema tiene dos aristas: uno el institucional y otro el político.
FV: ¿Cuál es el tema institucional?
OAB: El tema institucional abarca dos aspectos. El primero en cuanto a las responsabilidades del Banco República, en tanto ente autónomo. Ningún directorio de ente autónomo, Banco República incluido, puede recibir órdenes de nadie: ni del Poder Ejecutivo como conjunto, mucho menos del presidente de la República y para nada del ministro de Economía. El Ministerio de Economía estrictamente cumple funciones de coordinación entre el Poder Ejecutivo y los bancos del Estado. Y punto.
Otra cosa es en el plano político institucional, donde el peso del ministro de Economía, o del presidente de la República, o del vicepresidente, pueden pesar en el ánimo del presidente del Banco República, o de la mayoría del Directorio, o de todo el Directorio. Pero lo cierto es que puede pesar, pero a sabiendas que la decisión es exclusivamente del ámbito del Directorio, o del presidente, según el caso, y que esa responsabilidad no es ni compartible ni transferible. No hay obediencia debida. Este es un tema que debe quedar claro, porque hay mucha confusión al respecto.
El otro aspecto institucional es que todos los directores de entes autónomos, incluidos por supuesto los bancos del Estado, están sujetos a la prohibición de desarrollar actividad política. La Constitución en ese sentido es tajante. El numeral 4° del artículo 77 establece: "... los Directores de los Entes Autónomos ... deberán abstenerse, bajo pena de destitución e inhabilitación de dos a diez años para ocupar cualquier empleo público, de formar parte de comisiones o clubes políticos, de suscribir manifiestos de Partido, autorizar el uso de su nombre y, en general, ejecutar cualquier otro acto público o privado de carácter político, salvo el voto (...) Será competente para conocer y aplicar las penas de estos delitos electorales, la Corte Electoral. La denuncia deberá ser formulada ante ésta por cualquiera de las Cámaras, el Poder Ejecutivo o las autoridades nacionales de los Partidos”.
Aunque esta disposición se aplica en forma restrictiva, no hay duda que atacar a los líderes del segundo y del tercer partido, todos ellos senadores, es un acto público de carácter político. Así que el presidente del Banco República dejó en manos del Partido Nacional o del Partido Colorado la posibilidad de ser acusado ante la Corte Electoral.
FV: ¿Y cuál es el tema político?
OAB: El tema político comenzó en la propia discusión en la Cámara de Senadores, cuando el presidente del Banco República descolocó a la bancada oficialista con un ataque durísimo a los senadores opositores y fue más allá de lo que el Frente Amplio en general, y el astorismo en particular, querían fuese el debate, el nivel de dureza del debate.
Luego, mientras desde el gobierno, el equipo económico y el Frente Amplio se intentaba poner paños tibios al tema, el presidente del Banco República iba por otro lado y producía declaraciones duras e irritativas contra la oposición y contra actores gremiales.
Es conveniente aclarar que todo gobierno tiene cosas en las que hace las cosas mejor y otras en las que hace las cosas peor. Sin duda el cierre de Pluna, la ley de Pluna, el remate de los aviones, el tema del aval concedido por el Banco República para poder subastar los aviones, el no pago del aval por los deudores durante alrededor de seis meses, e inclusive el anuncio de que el aval será pagado pero a lo largo de cuatro años, todo ello es uno de los episodios peor manejados por el gobierno.
Cuando un gobierno, o parte de un gobierno, hace algo mal, lo que busca es hacer el mayor silencio sobre ello y poner el acento en las cosas que hace bien. Eso lo han hecho todos los gobiernos. Siempre. Es una regla política.
FV: ¿Y ahora eso no se cumplió?
OAB: Desde que comenzó 2013 el gobierno había logrado que el tema Pluna desapareciese de la gran controversia pública. Hasta que ahora el propio presidente del Banco República pone el tema en primera línea, pero además con estruendo, con ataques personales con nombre propio y apellido, y con agravios, al presidente del Partido Nacional y al senador, ex presidente del Partido, que desde hace tiempo encabeza las preferencias de los blancos hacia la candidatura presidencial. Además ataca a la principal figura del Partido Colorado. Y sale del ruedo político y embiste contra la Asociación de Escribanos y la Asociación de Empresas de Seguros.
Sin duda lo que ha hecho es el peor favor al gobierno y al equipo económico. La pregunta que surge es por qué ¿Es una estrategia? ¿Hacia dónde y con qué finalidad? ¿O es simplemente la expresión de enojo, el salirse de control?
Porque lo que verdaderamente llama la atención, aunque ataque a los líderes blancos y colorados, aunque ataque a Heber, Larrañaga y Bordaberry, en realidad el verdadero ataque, los perjudicados por este relanzamiento del tema, son el gobierno, el equipo económico y el astorismo.
Entonces la pregunta ¿está de verdad embistiendo deliberadamente contra el astorismo o contra el equipo económico, o embiste sin darse cuenta?
Al oír las expresiones de Calloia, uno piensa que en el gobierno, en el astorismo y en el equipo económico deben estar pensando en aquella vieja frase: Dios, cuídame de mis amigos, que de mis enemigos me cuido solo.