08 May. 2021

Gobernantes en tiempos de Covid

Oscar A. Bottinelli

El Observador

Solo dentro de dos o tres años, cuando arriben elecciones en 2023 y en 2024, se podrá ver cómo las sociedades llegan a decantar este presente actual de salud y vida amenazado, con el presente siguiente en que la amenaza se conjuga en términos de techo, comida, trabajo, deudas, alquileres, cuotas, educación. Cómo evalúan las secuelas de muertos y contagios, los habidos y los evitados, y cómo evalúan los debes y los haberes económicos.

Madrid plantea la conjunción de Coronavirus, popularidad y comunicación

El martes hubo unas relevantes elecciones en la Comunidad Autónoma de Madrid con un rotundo éxito de la novel lideresa del Partido Popular madrileño Isabel Díaz Ayuso, cuyo partido pasó de 30 a 65 bancas. Los resultados provocaron una sucesión de tsunamis: Uno, golpe al gobierno de España de Pedro Sánchez y a su Partido Socialista Obrero Español. Dos, golpe al principal socio en el gobierno, Unidas Podemos, cuyo líder -tras el fracaso de una jugada arriesgada e inexplicable- terminó abandonando su liderazgo, todos sus cargos y se retiró de la política; esto último marca un especial fenómeno de los tiempos recientes que parece repetirse aquende y allende el Atlántico. Tres, el desafío a Pablo Casado en el liderazgo nacional del PP (no en vano en la noche los ayusistas coreaban:”Oa, oa, oa, Ayuso a la Moncloa”)

De los ríos de tinta o de bytes que han corrido, de análisis con foco en las variadas consecuencias, es muy importante leer estas líneas de Guillermo Rodríguez, Director de El HuffPost (edición España):

“En dos años habrá nuevas elecciones y hay elementos que ayudan a deducir que, en 2023, sí habrán variado muchas cosas. La primera: descubriremos cómo gobierna Ayuso porque, si se echa la vista atrás, sólo la hemos visto gestionar la crisis del covid —que se lo ha comido prácticamente todo—, pero no los problemas del día a día de los madrileños. Es a partir de ahora cuando la presidenta de la Comunidad de Madrid deberá desvelar cómo piensa lidiar con un sistema sanitario público hecho trizas, con una educación con el gasto público por alumno más bajo de toda España y con la incidencia de coronavirus muy por encima de la media nacional”

“El éxito de Ayuso –agrega- no se debe en ningún caso a su gestión, que ha sido prácticamente nula, sino a la comunicación política: cualquiera es capaz de recordar un buen puñado de ayusadas —de los primerizos atascos en la ciudad al más reciente vivir a la madrileña— pero, al margen del covid, nadie podrá señalar una sola medida política puesta en marcha en estos menos dos años que lleva al frente de la región. Es ahora cuando debería sobresalir la Ayuso más política y desaparecer la Ayuso más polémica. Veremos”.

El analista pone en el tapete un tema relevante: el papel de la comunicación política en momentos en que la información se torna monotemática, con la Pandemia como centro de la acción del gobierno o del número uno del gobierno. Pandemia que un poco más en alguna comarca y un poco menos en otra, tiende a la comunicación no solo monotemática sino hegemónica: lleva al discurso dominante. Y el discurso único conduce al pensamiento hegemónico.

En la misma línea, tiempo antes, la analista política italiana Elisa Gamberini explica: “Los grupos sociales tienden a devenir más cohesionados frente a una amenaza proveniente de afuera: los politólogos hablan del efecto ‘rally round the flag’ para explicar la mayor aprobación de que puede gozar, en el breve término, un líder político durante los periodos de crisis”. Es que por allí se busca entender el fenómeno de la alta popularidad - en el auge de la Pandemia- de los jefes de los gobiernos con gestiones diferentes, resultados distintos y hasta opuestos, en países tan disímiles como Estados Unidos, México, Canadá, Brasil, Gran Bretaña, India, Alemania, Japón, Francia, Italia, Corea del Sur, España, Australia. Disímiles en valores y creencias, en cultura política y en estructuras sociales; que lo que más tienen en común es el impacto del Covid

Cabe agregar, en base a las series de datos del Morning Consult Political Intelligence, cómo el amortiguamiento de la Pandemia impacta de inmediato en la baja de la popularidad de los jefes de gobierno. Una baja que puede ser muy leve o muy fuerte; y que esa mayor o menor caída tiende a correlacionarse con los resultados que afrontan -y también con los efectos de las políticas seguidas en el auge de la Pandemia- en relación al ingreso de los hogares, la educación, la alimentación, el empleo, el costo de vida y el costo en vidas de la Pandemia.

Como surge de un debate entre politólogos de varias regiones del mundo, durante la Pandemia el sentir de la sociedad opera en dos planos: en un primer plano, el que impacta en forma directa, son los riesgos para la salud, de enfermedad y muerte; en un segundo plano, imperceptible para la conciencia, que aflora al amenguar la amenaza sanitaria, es la angustia que produce el factor económico. Porque durante la Pandemia se vive el presente y todo el temor es cómo se afronta ese presente. Cuando la Pandemia se amortigua, comienza a vivirse el futuro, el futuro inmediato.

El caso de Madrid es muy interesante en otro plano: la gestión de la movilidad como arma de combate al Covid. Cabe recordar que España es un Estado casi federal. En materia sanitaria el Estado central decretó el Estado de Alarma y dispuso un conjunto de medidas básicas, pero el gran desarrollo de esas medidas quedó como competencias de las regiones, llamadas Comunidades Autónomas. Mientras el Estado Central y las regiones de mayor peso siguieron la línea europea de alta reducción forzosa de la movilidad (confinamientos, cierres, cortes de desplazamientos), Madrid fue por el camino de las restricciones mínimas, el “vivir a la madrileña” en la jerga de Ayuso: salir de tapas, llenar los restaurantes. Como dijo un corresponsal británico: Madrid vive como si no existiese el Covid. El dato interesante -ese peso del presente- es que los madrileños votaron por el “vivir a la madrileña”, por la libertad es libre, aunque sea una región de España que se destaca por la cantidad de contagios y de muertes.

Solo dentro de dos o tres años, cuando arriben elecciones en 2023 y en 2024, se podrá ver cómo las sociedades llegan a decantar este presente actual de salud y vida amenazado, con el presente siguiente en que la amenaza se conjuga en términos de techo, comida, trabajo, deudas, alquileres, cuotas, educación. Cómo evalúan las secuelas de muertos y contagios, los habidos y los evitados, y cómo evalúan los debes y los haberes económicos.